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¿Hablan "Isaías 2 y Miqueas 4" de un  Reino Milenio?
-Jorge L. Trujillo


"Las Naciones volviendo sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en hoces..."

Estos son dos pasajes que los Premilenaristas utilizan para ‘establecer’ su creencia de un reino milenial futuro es el que nos menciona a las naciones “volviendo sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en hoces...” A pesar de que los textos en cuestión no hablan por ninguna parte de ‘mil años’ los Premilenaristas así­ lo creen. 

Estamos convencidos que el texto debe tener consistencia con el resto de la Biblia y por eso es imposible aplicarlo a un periodo de reino milenial despues que Cristo venga.  Escudriñemos el contexto de los pasajes en cuestión para ver de que se trata.

:  

Isaías 2 (Miq. 4.1-3)

1 Lo que vio Isaías hijo de Amoz acerca de Judío y de Jerusalén. 2 Acontecerá¡ en lo postrero de los tiempos, que será¡ confirmado el monte de la casa de Jehová¡ como cabeza de los montes, y será¡ exaltado sobre los collados, y correrán a Él todas las naciones. 3 Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová. 4 Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; Y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra. 5 Venid, oh casa de Jacob, y caminaremos a la luz de Jehová.

Miqueas 4

1 Acontecerá en los postreros tiempos que el monte de la casa de Jehová será establecido por cabecera de montes, y más alto que los collados, y correrán a Él los pueblos. 2 Vendrán muchas naciones, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, y a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará en sus caminos, y andaremos por sus veredas; porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová. 3 Y Él juzgará entre muchos pueblos, y corregirá a naciones poderosas hasta muy lejos; y martillarán sus espadas para azadones, y sus lanzas para hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se ensayarán más para la guerra.
 



Los Tiempos Postreros

Tal como en el mensaje anterior podemos ver muy claramente que el cumplimiento de esta profecía será en “lo postrero de los tiempos” o literalmente en “los últimos tiempos”. Ya vimos arriba en el mensaje anterior como los Apóstoles bajo inspiración del Espíritu Santo nos declaran que la era de la Iglesia es “lo postrero de los tiempos”. Pedro en particular nos dice lo siguiente:


  

1 Pedro 1 (RV60)

19 sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, 20 ya destinado desde antes de la fundación del mundo, PERO MANIFESTADO EN LOS POSTREROS TIEMPOS por amor de vosotros, 21 y mediante el cual creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios.
 

 

Ya anteriormente también habíamos leído que el cumplimiento del derramamiento del Espíritu Santo el día de Pentecostés marcó el cumplimiento de la profecía dada por el profeta Joel para “Los Últimos tiempos”. En referencia a esa profecía Pedro dijo el día de Pentecostés:

   

Hechos 2 (RV60)

14 Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les habló diciendo: Varones judí­os, y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis palabras. 15 Porque Éstos no están ebrios, como vosotros suponéis, puesto que es la hora tercera del día. 16 Mas ESTO ES LO DICHO POR EL PROFETA JOEL: 17 Y EN LOS POSTREROS DÍ
AS, dice Dios, Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne...  



Como vemos “los postreros tiempos” comienzan desde el ministerio de Cristo, la cruz, el día de Pentecostés HASTA la segunda Venida de Cristo en Poder y Gloria. Por lo tanto podemos concluir que la profecía dada por el Profeta Isaías para “lo postrero de los tiempos”, al igual que la de Joel y la de Miqueas tiene que ver con el mismo periodo de tiempo.

La cabeza de los Montes

Ya hemos visto también que la Iglesia es referida como un ‘monte’ (reino/ poder) al cual se acercan los que profesan el nombre de Cristo, los Cristianos. La Biblia nos indica que Cristo es la cabeza de la iglesia y esta es SU CUERPO. En Efesios 1:21 vimos como Cristo ha sido puesto “por cabeza a la Iglesia” y está por “encima de todo principado, poder y señorío...”. Esto nos indica claramente que la Iglesia de Cristo es “la cabeza de los montes”. La iglesia es el reino en la tierra. La representación terrenal de la Jerusalén celestial:

:  

Hebreos 12 (RV60)

18 Porque no os habéis acercado al monte que se podía palpar, y que ardía en fuego, a la oscuridad, a las tinieblas y a la tempestad, 19 al sonido de la trompeta, y a la voz que hablaba, la cual los que la oyeron rogaron que no se les hablase mas, 20 porque no podían soportar lo que se ordenaba: Si aun una bestia tocare el monte, será apedreada, o pasada con dardo; 21 y tan terrible era lo que se veía, que Moisés dijo: Estoy espantado y temblando; (9) 22 sino que OS HAB͉IS ACERCADO AL MONTE DE SION, A LA CIUDAD DEL DIOS VIVO, JERUSAL͉N LA CELESTIAL, a la compañía de muchos millares de Ángeles, 23 a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos, 24 a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel
 



Ahora, con toda esta información claramente establecida por la Palabra podemos proceder a entender que hablan las siguientes palabras:

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Isaías 2

Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra.
 

 

Hay tres cosas que nos debemos preguntarnos sobre esta profecía: (1) ¿Qué? (2) ¿Cuándo? (3) ¿Cómo?

La contestación a la primera pregunta - ¿Qué? - es tomada directamente del verso y dice “volverán sus espadas en rejas de arado, y a sus lanzas en hoces”

La contestación a la Segunda Pregunta - ¿Cuándo? – es también tomada de la lectura donde ya la contestamos arriba y dice “en lo postrero de los tiempos” lo cual es una referencia como ya vimos a la era PRESENTE de la Iglesia.

La contestación a la Tercera Pregunta - ¿Cómo? – es la que nos mueve a escribir sobre el tema. Se refiere esta profecía a un tiempo cuándo literalmente las naciones (países) fundirán todos sus arsenales de guerra para crear de todos ellos armas de trabajar la tierra. ¿Se volverá el mundo de vuelta a la industria agrí­cola en su totalidad? Aunque los Pre-milenaristas así­ lo creen, creo que tal interpretación no se pasa la prueba del escrutinio bíblico.

La Biblia nos habla de que las naciones continuarán en guerra una con otra por toda la era de la iglesia hasta el fin de mundo (Mateo 24), cuándo Cristo vuelva con gloria y Majestad. Si esta profecía ha de tomar cumplimiento durante la era de la iglesia y no podemos esperar un cumplimento literal, entonces tenemos que la Única otra manera de interpretar estas declaraciones es de forma espiritual. El contexto donde se encuentra la profecía en su totalidad se ajusta más bien a una interpretación espiritual que una interpretación física. Aunque no podemos olvidar que lo espiritual tiene repercusiones en lo físico. Por ejemplo ¿Cómo es posible poner un monte por cabeza de otros montes? Es obviamente imposible a menos que entendamos de forma espiritual o alegórica. ¿Cómo es posible que las gentes de todas las naciones vayan literalmente corriendo a ese monte? Lo cierto es que tal cosa fuera también imposible si se tratara de un monte físico en la Jerusalén del Medio Oriente como lo proponen muchos. Imagínese el tamaño del monte, ¡no cabría en toda la región!

Por lo tanto, queda claro que una interpretación físicamente literal del pasaje no se justifica dentro del contexto, por lo tanto, creo que la pregunta - ¿Cómo? – debe de ser entendida de igual manera que lo anterior, de forma espiritual. Pero ahora toca preguntarnos ¿Cuál es la verdad espiritual detrás de estas palabras? ¿A qué se refiere la Biblia con este cuadro?

Interpretación

El verso comienza diciendo “Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos”. Esta es claramente una referencia a Cristo (Jehová) el Dios de Jacob. Al referirse a “lo postrero de los tiempos” sabemos que es con relación al reinado de Cristo por medio de la Iglesia. Cristo en su resurrección ascendió al trono de David su Padre (Hechos 2) donde está sentado para siempre actuando en su rol de “Real-Sacerdote” (Salmo 110; Hebreos 7-9). Desde allí­ por medio de su Palabra de Poder en la Predicación del Evangelio (Romanos 1:16) y la obra del Espíritu Santo Cristo juzga y reprende “muchos pueblos”. La reprensión que Dios da a estas gentes (naciones) les hace tener un cambio en sus comportamientos y sus intenciones y sus corazones. Bíblicamente esto se llama conversión y salvación y ese es precisamente el mensaje encerrado en estos versos. Es una profecía de la salvación del mundo por medio de Cristo a través de su Iglesia. Dios por medio del Evangelio llama al hombre a la reconciliación con Él (2 Corintios 5:19). Vemos entonces que el pasaje que dice “y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces” nos habla de una transformación en el hombre (2 Corintios 5:17), un ser hecho “nueva criatura” con nuevas intenciones y nuevos propósitos.


Hombres en guerra contra Dios y contra su prójimo

Debemos entender que el hombre pecador está en GUERRA contra Dios y contra su creación como lo son los otros hombres “hechos a imagen de Dios”. Dios llama las acciones pecaminosas “guerra”. En el mismo libro de Isaías Dios se refiere a tales acciones:

:  

Isaías 3

8 Pues arruinada está Jerusalén, y judío ha caído; Porque la lengua de ellos y sus obras han sido
contra Jehová para irritar los ojos de su majestad.  



Vemos que Dios utiliza la “lengua” (habla) y las “acciones” (manos) de las personas como tipo de armamento que se utiliza “contra Dios para irritar su majestad”. Esto nos dice en qué manera el hombre está en guerra contra Dios; Cuando procede en sus pecados, la obra de sus manos y en las palabras engañosas en contra de Dios y los hombres. Vemos otros ejemplos bíblicos donde la misma idea es acentuada:

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Salmos 57

4 Mi vida está entre leones; Estoy echado entre hijos de hombres que vomitan llamas;
Sus dientes son lanzas y saetas, Y su lengua espada aguda.

Salmos 64


1 Escucha, oh Dios, la voz de mi queja; Guarda mi vida del temor del enemigo.
2 Escóndeme del consejo secreto de los malignos, De la conspiración de los que hacen iniquidad, 3 Que afilan como espada su lengua; Lanzan cual saeta suya, palabra amarga, 4 Para asaetear a escondidas al Í­ntegro; De repente lo asaetean, y no temen.

Proverbios 12

17 El que habla verdad declara justicia; Mas el testigo mentiroso, engaña.
18 Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada; Mas la lengua de los sabios es medicina. 19 El labio veraz permanecerá para siempre; Mas la lengua mentirosa sólo por un momento.

Jeremías 9

2 ¡Oh, quién me diese en el desierto un albergue de caminantes, para que dejase a mi pueblo, y de ellos me apartase! Porque todos ellos son adúlteros, congregación de prevaricadores. 3 Hicieron que su lengua lanzara mentira como un arco, y no se fortalecieron para la verdad en la tierra; porque de mal en mal procedieron, y me han desconocido, dice Jehová. 4 Guárdese cada uno de su compañero, y en ningún hermano tenga confianza; porque todo hermano engaña con falacia, y todo compañero anda calumniando
 


El hombre pecador con la lengua HABLA EN CONTRA DE DIOS y contra su prójimo y con las manos OBRA EN CONTRA DE DIOS y contra su prójimo. Tales acciones son “guerra contra Dios”.

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2 Reyes 22

16 Así­ dijo Jehová: He aquí­ yo traigo sobre este lugar, y sobre los que en Él moran, todo el mal de que habla este libro que ha leído el rey de Judío; 17 por cuanto me dejaron a mí­, y quemaron incienso a dioses ajenos, provocándome a ira con toda la obra de sus manos; mi ira se ha encendido contra este lugar, y no se apagará.

Isaías 2

6 Ciertamente tú has dejado tu pueblo, la casa de Jacob, porque están llenos de costumbres traídas del oriente, y de agoreros, como los filisteos; y pactan con hijos de extranjeros. 7 Su tierra está llena de plata y oro, sus tesoros no tienen fin. También está su tierra llena de caballos, y sus carros son innumerables. 8 Además su tierra está llena de Í­dolos, y se han arrodillado ante la obra de sus manos y ante lo que fabricaron sus dedos.

Jeremías 32

30 Porque los hijos de Israel y los hijos de Judá no han hecho sino lo malo delante de mis ojos desde su juventud; porque los hijos de Israel no han hecho más que provocarme a ira con la obra de sus manos, dice Jehová. 31 De tal manera que para enojo mío y para ira mía me ha sido esta ciudad desde el día que la edificaron hasta hoy, para que la haga quitar de mi presencia, 32 por toda la maldad de los hijos de Israel y de los hijos de Judá, que han hecho para enojarme, ellos, sus reyes, sus príncipes, sus sacerdotes y sus profetas, y los varones de Judá y los moradores de Jerusalén. 33 Y me volvieron la cerviz, y no el rostro; y cuando los enseñaba desde temprano y sin cesar, no escucharon para recibir corrección. 34 Antes pusieron sus abominaciones en la casa en la cual es invocado mi nombre, contaminándola. 35 Y edificaron lugares altos a Baal, los cuales están en el valle del hijo de Hinom, para hacer pasar por el fuego sus hijos y sus hijas a Moloc;(5) lo cual no les mandé, ni me vino al pensamiento que hiciesen esta abominación, para hacer pecar a Judá.
 


Cuando las personas no obran de manera apropiada hacia sus semejantes ni en obediencia a la Palabra, le están declarando la guerra a Dios. El hombre se ha vuelto “enemigo de Dios” y entra en discordia con él. Las naciones del mundo en su totalidad se han apartado de Dios desde tiempos muy antiguos. Es tan cierto que Dios mismo en el libro de Génesis desde muy temprano, después del diluvio declara “los pensamientos del hombre son de continuo solamente al mal desde su niñez” (Génesis 8:21). La depravación total que hay en el hombre le lleva de continuo a oponerse a Dios y “declararle la guerra”. El hombre impío y el que no es guiado por el Espíritu Santo no solamente vive en guerra con Dios sino que vive en guerra con los demás hombres y siempre buscan la manera de hacerse daños los unos a los otros. El Apóstol Santiago dice:

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Santiago 4

1 ¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros? 2 Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucíais, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. 3 Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites. 4 ¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. 5 ¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que Él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente? 6 Pero Él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. (1) 7 Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. 8 Acercaos a Dios, y Él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones. 9 Afligís, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza. 10 Humillaos delante del Señor, y Él os exaltará.
 



...
Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos
...

A diferencia de este cuadro tan horrible donde el hombre se encuentra terriblemente opuesto a Dios y en guerra contra su santidad tenemos la realidad de la obra que hace Dios en el corazón de aquellos que vienen a Él y escuchan su voz. La transformación del corazón cambia “la lengua” y “la obra de las manos”. El hombre deja de estar en contienda y guerra con su prójimo y con Dios. Por eso dice la Escritura “Justificados pues por la fe tenemos PAZ para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo” (Romanos 5:1). La paz viene al mundo por medio de la palabra del Evangelio. El hombre que ha sido transformado por esa palabra experimenta un cambio en su vida de tal manera que tiene no solamente paz con Dios sino también con sus semejantes. Ahora el hombre comienza a “amar a su prójimo como a Él mismo” y por eso Cristo dice “en esto conoceréis que sois mis discípulos, en que se aman los unos a los otros”. No importa la descendencia física, el pueblo o la nación a la que se pertenezca, los hombres renacidos por el poder de Dios se aman incondicionalmente. Esa es la obra de Dios que “juzga entre las naciones, y reprende a muchos pueblos” hace que los hombres “vuelvan sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces y que no alce espada nación contra nación, ni se adiestren más para la guerra.”. Esa es la paz la cual ofrece y Cristo “mi paz os dejo, mi paz os doy no como el mundo la da yo os la doy”. Esto en referencia a la venida de Cristo a establecer su reino dice el profeta Zacarí­as lo siguiente:

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Zacarías 9

9 Alégrate mucho, hija de Sion; Da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí­ tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna.(4) 10 Y de Efraín destruiré los carros, y los caballos de Jerusalén, y los arcos de guerra serán quebrados; y hablará paz a las naciones, y su señorío será de mar a mar, y desde el río hasta los fines de la tierra 11 Y tú también por la sangre de tu pacto serás salva; yo he sacado tus presos de la cisterna en que no hay agua.
 



Esa es la obra que vino a hacer Cristo tal como lo profetizó Isaías y Miqueas. “Los arcos serán quebrados; y hablará paz a las naciones”. Esa paz viene por medio de la predicación del Evangelio.

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Hechos 10

34 Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas, 35 sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia. 36 Dios envió mensaje a los hijos de Israel, anunciando el evangelio de la paz por medio de Jesucristo; Éste es Señor de todos.
 



...
Y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces
...

Una vez que la palabra “ha hecho aquello para lo cual fue enviada” y la transformación del hombre ha tomado lugar entonces vemos que los hombres que en un tiempo se ocupaban en hacer guerra contra Dios y contra su prójimo ahora “vuelven sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces”. Ya no hay más guerra sino que ahora hay paz. El hombre trabaja con su ‘lengua’ y con sus ‘manos’ para beneficio de la obra del Señor. La Biblia nos presenta la tarea de los Cristianos que trabajan en el reino de Dios como los que “ponen las manos en el arado” (Lucas 9:62). El mismo Cristo refiriéndose a la cosecha de almas para el reino de los cielos dijo:

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Mateo 9

36 Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor. (1) 37 Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. 38 Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies
 


La obra de los cristianos es una obra agrícola, en la vida espiritual de los demás. Los hombres han dejado las armas y las han convertidos en instrumentos de labranza de la tierra. La predicación del evangelio es el medio por el cual se siembra y se recoge el fruto:

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1 Corintios 3

6 Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. 7 Así­ que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento. 8 Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor. 9 Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios.

Salmos 126


5 Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán. 6 Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; Mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas.

Marcos 4

13 Y les dijo: ¿No sabéis esta parábola? ¿Cómo, pues, entenderéis todas las parábolas? 14 El sembrador es el que siembra la palabra. 15 Y Éstos son los de junto al camino: en quienes se siembra la palabra, pero después que la oyen, en seguida viene Satanás, y quita la palabra que se sembró en sus corazones.

Juan 4

34 Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra 35 ¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí­ os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega. 36 Y el que siega recibe salario, y recoge fruto para vida eterna, para que el que siembra goce juntamente con el que siega. 37 Porque en esto es verdadero el dicho: Uno es el que siembra, y otro es el que siega. 38 Yo os he enviado a segar lo que vosotros no labrasteis; otros labraron, y vosotros habéis entrado en sus labores. 39 Y muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en Él por la palabra de la mujer, que daba testimonio diciendo: Me dijo todo lo que he hecho.
 


Conclusión

Como hemos visto, el pasaje de Isaías 2 junto con el de Miqueas 4 No nos hablan de un tiempo de mil años de una paz mundial cuando las naciones fundirán sus cohetes de guerra, sus mísiles, aviones de guerra, barcos de batalla y sus rifles de asalto en instrumentos para labrar la tierra sino que habla del tiempo presente de la Iglesia cuando los redimidos que hayan sido transformados por el poder de la Palabra ya no estarán en guerra con Dios hablando (lengua) y haciendo (manos) pecados sino que se volverán en obreros de la viña del Señor, trabajadores en la mies y hombres y mujeres que siembran y riegan en la “labranza de Dios”.



 

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Escrito: 05-17-2003