(Compruébelo Usted Mismo)
-por Jorge L. Trujillo
Hay dos escuelas de pensamiento predominantes en torno al final de los tiempos. Los Premilenaristas y los Amilenaristas. Los Premilenaristas son aquellos quienes creen y enseñan que habrá un reino terrenal de mil años después de la segunda venida de Cristo. Para ellos, los santos resucitan al comienzo de este reino y los impíos resucitan al final del mismo para ser juzgados y condenados. Los Amilenaristas son aquellos que niegan que haya tal reino de mil años después de la segunda venida de Cristo. Estos ven la resurrección y el juicio final tomando lugar al mismo tiempo que ocurre la segunda venida de Cristo. Se nos ha dicho constantemente que la “fe original y apostólica” de la iglesia desde sus mismos comienzos era ‘premilenial’, que los apóstoles y todos los primeros cristianos creían en un milenio futuro donde Cristo volvería a reinar sobre la tierra. Se nos dice también que la doctrina amilenial vino tardía a la iglesia siendo introducida por medio de la ‘alegorización’ y ‘espiritualización’ de la Escritura. Los proponentes del premilenarismo moderno sostienen que la doctrina amilenial surgió del estudio alegórico de San Agustín comenzando en el cuarto siglo. Según ellos declaran, si se estudia la biblia “literalmente”, esta nos llevará siempre a la doctrina premilenial. Pero, ¿será cierto eso?
Las primeras tres etapas (eras) de la iglesia cristiana se dividen de la siguiente manera:
Etapa |
Distintivo |
Fechas |
Era Apostólica |
Los Apóstoles vivieron y escribieron el NT (escritos canónicos, bíblicos) |
33dC - 99dC |
Padres Apostólicos |
Periodo después que los Apóstoles murieron (escritos no-Canónicos, no bíblicos) |
100dC -170dC |
Padres Ante-Nicenos |
Vivieron después de los Padres Apostólicos y Antes del Concilio de Nicea en 325dC |
170dC -325dC |
Padre Pos-Nicenos |
Vivieron después de los Padres Ante-Nicenos y el Concilio de Nicea en 325dC |
Después de 325dC |
Nuestra tesis es que “La Iglesia Apostólica era Amilenial” (33dC - 99dC). Creemos firmemente que la mejor fuente de información para saber con certidumbre que es lo que creían los apóstoles y los primeros cristianos debe venir directamente de ellos mismos, y a eso vamos, a ver que nos dicen ellos. Por medio de este estudio del texto sagrado según los escritos del Nuevo Testamento hemos de demostrar que la primera y única fe apostólica de la iglesia durante todo el primer siglo fue siempre y consistentemente “amilenial”. Eso es, todos los primeros Cristianos, incluyendo los mismos apóstoles de Cristo y los escritores del los libros que componen el canon del Nuevo Testamento vivieron y murieron sosteniendo una visión escatológica ‘amilenial’ y no ‘premilenial.’ El texto bíblico, tomado ‘literalmente’ y sin alegorías ni espiritualizaciones nos demuestra que no hay tal escatología premilenial enseñada en las páginas de la biblia.
Según las reglas puestas por los mismos literalistas, el método ‘histórico-gramático’ de la interpretación, el mensaje bíblico tiene que significar para nosotros “lo mismo” que significó para los que lo recibieron de primera mano. Creo que hasta cierto punto eso es justo y aceptable. Por lo tanto hemos de utilizar ese mismo método para demostrar que la iglesia de Cristo, desde sus comienzos sostuvo lo que hoy se conoce como Amilenarismo. ¿Qué estamos diciendo? Decimos que si usted hubiese vivido en la era cristiana del primer siglo, usted hubiese creído el mensaje escatológico de los apóstoles y ese mensaje fue siempre un mensaje amilenial.
El Testimonio de la Escritura
La iglesia de Cristo en el Nuevo Testamento se formó el día de Pentecostés cerca de 29dC -33dC. Durante los subsiguientes años, los apóstoles y discípulos del Señor se dieron a la tarea de ‘predicar’ el evangelio a todos cuanto podían, judíos y gentiles. Mientras se extendía esta predicación del evangelio también se extendía la predicación de las doctrinas Cristianas. Algunos Apóstoles escribieron tratados sobre la historia del ministerio de Cristo en la tierra. Estos son llamados ‘los evangelios’. Mateo escribió el evangelio que lleva su nombre, Marcos era el compañero de Pedro y escribió el evangelio según San Marcos, el cual puede ser atribuido indirectamente al apóstol Pedro. Lucas, el compañero de viajes de Pablo escribió dos tratados, el evangelio de Lucas y el libro de Hechos. Juan, el Apóstol escribió el evangelio según ‘San Juan’.
Adicional a estos ‘evangelios’ tenemos las epístolas o cartas escritas por los apóstoles de Cristo. Pablo escribió trece de ellas, o catorce si se incluye la carta a los Hebreos como lo hacen algunos. Pedro escribió dos cartas que llevan su nombre 1 y 2 de Pedro. Juan escribió tres cartas adicionales 1, 2 y 3 de Juan. Santiago el Apóstol escribió la carta que lleva su nombre. Se cree que este es el escrito más viejo de la iglesia. Judas, el hermano del Señor escribió una carta que lleva su nombre.
De acuerdo a la biblia de estudio de Charles Ryrie, las fechas de los escritos son los siguientes:
Nombre el Libro y su Orden de Fecha de Escritura |
|||
Nombre: |
Fecha: |
Nombre: |
Fecha: |
Santiago: |
45-50 |
Colosenses: |
61 |
Gálatas: |
49-50 |
Filemón: |
61 |
Evangelio de Marcos: |
Década de los 50 |
1 Timoteo: |
63 |
1 Tesalonicenses: |
51 |
1 Pedro: |
63 |
2 Tesalonicenses: |
51 |
Hebreos: |
64-68 |
1 Corintios: |
56 |
Tito: |
65 |
2 Corintios: |
57 |
2 Timoteo: |
66 |
Romanos: |
58 |
Judas: |
70-80 |
Evangelio de Lucas: |
60 |
Evangelio de Juan: |
85-90 |
Evangelio de Mateo: |
Década de los 60 |
1 Juan: |
90 |
Hechos: |
61 |
2 Juan: |
9 0 |
Efesios: |
61 |
3 Juan: |
90 |
Filipenses: |
61 |
Revelación |
94-96 |
Como vemos, las fechas de escritura de los libros del Nuevo Testamento, tomaron un espacio de 50 años. Eso es sin tomar en cuenta que algunos historiadores ponen la carta de Santiago tan temprano como el año 40 (de 7 a 10 años después de la muerte de Cristo). Pero debemos recordar que lo escrito cubre un periodo de casi un siglo (100 años) de historia, desde el nacimiento de Cristo (año 6-4aC) hasta la muerte del último apóstol después de 96dC. Jesucristo mismo dijo a sus apóstoles que cuando el Espíritu Santo viniera, el les recordaría TODAS las cosas que él había hablado.
Juan 14:26 Mas el Consolador, el Espíritu Santo, al cual el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todas las cosas que os he dicho.
Era importante que los discípulos del Señor supieran con detalle las cosas que Jesús les había hablado porque el mandamiento del Señor fue el siguiente: “ensenándoles que guarden todas las cosas que os he mandado”:
Mateo 28 19 Por tanto, id, y doctrinad á todos los Gentiles, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo: 20 Enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado: y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
¿Qué nos Enseñan los Evangelios?
Si miramos en los evangelios, el silencio sobre un futuro “reino de mil años” es ensordecedor. En ninguno de los evangelios, en ninguna de las parábolas, y en ninguna de las enseñanzas de Cristo vemos referencia alguna a un futuro “reino de mil años.”
Los Evangelios Sinópticos
El Apóstol Mateo
Mateo es quien más habla del reino de Dios. Su evangelio, se nos dice que fue escrito a una audiencia predominantemente Judía. Para Mateo el reino de Dios es tanto una realidad espiritual “presente” así como una realidad que había de ser manifestada en el “futuro”. Son muchas las citas en Mateo donde se ve el reino en ambos aspectos, y se habla tanto de lo presente y lo futuro. Sin embargo, siendo que su enfoque está en los judíos, es en el evangelio de Mateo donde podríamos haber esperado alguna referencia a un reino de Cristo en el futuro por mil años de duración, sin embargo tal reino de mil años no puede ser visto en ninguna parte en Mateo.
En Mateo 19 se menciona que en “la regeneración” los doce apóstoles se sentarían en doce tronos juzgando las doce tribus de Israel. La pregunta que debemos hacernos es a que se refiere Jesús cuando habla de la ‘regeneración’. La Biblia utiliza esta palabra solamente dos veces, aquí en este verso y en Tito 3:5 donde se refiere al nuevo nacimiento:
El nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino conforme a su misericordia, por medio del lavamiento de la regeneración y la renovación por el Espíritu Santo.
La palabra 'regeneración' es del griego [paliggenesia] una palabra compuesta de [pali] que significa 'volver', 'otra vez' o 're' y la otra palabra es [genesia] que significa 'comienzo', 'creación'. Esta palabra significa entonces re-nacimiento, re-crear, nuevo comienzo. Existen solamente dos puntos donde se habla de un 'nuevo nacimiento' o una 'nueva creación'. Cristo dijo que para ser salvo hay que 'nacer de nuevo' en Juan 3 y Pablo dice que si alguno está en Cristo es "nueva creación" (2 Corintios 5:17). Esto es con respecto al alma regenerada de los salvados. A eso es lo que se refiere Tito 3:5 y por lo tanto ocurre en el tiempo 'presente' de la iglesia del Nuevo Testamento. La otra mención de 'recrear' es mencionada en Apocalipsis 21:5 donde Dios dice "he aquí yo hago nuevas todas las cosas" y se refiere a la nueva creación de los "cielos nuevos y tierra nuevas" (Rev. 21:1).
¿A que 're-generación' (o re-creación) se refiere Cristo? ¿Es eso una referencia al estado presente con referencia a la iglesia desde Pentecostés en adelante (la era de la regeneración) o se refiere al tiempo cuando son hechas todas las cosas nuevas? En cualquiera de los casos, nada se dice de “un reino de mil años”. Tal idea está totalmente ausente en este contexto. Si se dice que se refiere al futuro (Rev. 2:5) a “la recreación de todas las cosas” (Rev. 21) entonces no puede ser posible porque tal 're-creación' ocurre después de terminados los mil años, no antes ni durante los mil años. Si se dice que la 'regeneración' es ahora (la única otra opción bíblica), entonces prueba que el milenio es presente y no futuro.
Mateo, en todas sus parábolas presenta un panorama consumacionista donde la historia presente culmina en la venida de Cristo. Es en ese momento en el cual se celebra un juicio final de separación de justos e injustos para dar lugar el reino eterno de Dios y su final manifestación. Por ejemplo, en la parábola de las diez vírgenes, cinco entran a las bodas y cinco se quedan fuera para no poder entrar jamás. La parábola de los talentos nos presenta al Señor como uno que viene a hacer juicio de separación entre buenos y malos. Los que hicieron buen uso de sus talentos se les dice “entra el gozo de tu Señor”, sin embargo al que lo enterró se le echa “a las tinieblas de afuera donde será el lloro y el crujir de dientes” (Mateo 25: 30).
Lo que es más interesante aún es el panorama presentado por Mateo en torno al retorno de Cristo. El dice:
Mateo 25 (RVA) 31 Y cuando el Hijo del hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará sobre el trono de su gloria. 32 Y serán reunidas delante de él todas las gentes: y los apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. 33 Y pondrá las ovejas á su derecha, y los cabritos á la izquierda.
En este cuadro donde se ven reunidas “TODAS LAS GENTES” apareciendo frente a Jesús para ser juzgados y su destino eterno determinado. En la venida de Cristo, dice Mateo, las ovejas son puestas a la derecha y los cabritos son puestos a la izquierda, unos van al reino y otros a la condenación eterna: los injustos van ‘inmediatamente’ a la condenación y los justos ‘inmediatamente’ al reino eterno. Si en algún lugar pudiéramos haber encontrado en todo el evangelio de Mateo una referencia a “un reino de mil años” sería aquí. Sin embargo, no vemos referencia alguna a “mil años de reino Mesiánico” en este cuadro - los “mil años” brillan por su ausencia.
Mateo y el “Fin del Mundo”
La idea del “fin del mundo” es un tema muy importante en los evangelios. La gran comisión de la iglesia es predicar el evangelio HASTA EL FIN DEL MUNDO. Cristo les dijo a los apóstoles y discípulos que el mismo estaría “con vosotros” (por medio del Espíritu Santo), “todos los días” mientras ellos predicaban el evangelio a los judíos y los gentiles para edificar la iglesia de Cristo “hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20)
En las siguientes enseñanzas de Jesús vemos el mismo escenario, un momento de consumación que hace separación entre “justos” e “injustos”. La parábola del trigo y la cizaña dada en Mateo 13 nos dice lo mismo que vimos en Mateo 25, un momento final de consumación que marca la separación de justos e injustos. Cristo dice que esta separación marca u ocurre “en el fin del mundo”.
Mateo 13:30 Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré á los segadores: Coged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; mas recoged el trigo en mi alfolí.
Obviamente el quemar la cizaña tiene referencia a su futuro “en el fin del mundo”. Como evidencia de esta verdad para nosotros, leemos que los discípulos de Jesús quedaron intrigados por la parábola del trigo y la cizaña y cuando se fuer la gente le preguntaron a Jesús “Decláranos la parábola de la cizaña del campo.” Y esta es la explicación del maestro:
Mateo 13:37 Y respondiendo él, les dijo: El que siembra la buena simiente es el Hijo del hombre; 38 Y el campo es el mundo; y la buena simiente son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo; 39 Y el enemigo que la sembró, es el diablo; y la siega es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles. 40 De manera que como es cogida la cizaña, y quemada al fuego, así será en el fin de este siglo. 41 Enviará el Hijo del hombre sus ángeles, y cogerán de su reino todos los escándalos, y los que hacen iniquidad, 42 Y los echarán en el horno de fuego: allí será el lloro y el crujir de dientes. 43 Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre: el que tiene oídos para oír, oiga.
Lo que leemos es claro y contundente, según Jesucristo, “la siega es el fin del mundo”. Cuando Jesús venga, es el momento de la siega, habrá esta gran separación de justos e injustos. Los injustos son “recogidos y echados al fuego” y los justos disfrutan y “resplandecen como el sol en el reino de su Padre.” ¿Dónde está el milenio aquí? Obviamente esta escena es una que muestra una ‘consumación’ y juicio que coincide con “el fin del mundo”. Esta visión es confirmada cuando vemos que Mateo repite las palabras de Jesús en torno a una resurrección general de malos y buenos:
Mateo 12:41 Los hombres de Nínive se levantarán con esta generación en el juicio y la condenarán, porque ellos se arrepintieron con la predicación de Jonás; y mirad, algo más grande que Jonás está aquí. 42 La Reina del Sur se levantará con esta generación en el juicio y la condenará, porque ella vino desde los confines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón; y mirad, algo más grande que Salomón está aquí.
Podemos notar las palabras del maestro en este aspecto, él junta la resurrección de los buenos y los malos cuando dice que se levantaran los unos juntos CON los otros. Es claro que Jesús pone la resurrección de los malos (esta generación incrédula) juntamente con los buenos (los hombres de Nínive/ la Reina del Sur). Los malos se levantan para ‘condenación’ mientras que los justos para salvación. La Escatología de Mateo ¡ES AMILENIAL!
San Marcos
El Evangelio de Marcos está en total concordancia con Mateo. En Marcos 4, el escritor hace referencia a la parábola del sembrador que menciona Mateo. Marcos también concuerda que el tiempo de recoger el fruto es “la siega”, la cual Mateo identificó como “el fin del mundo”. El libro de Marcos no es muy extenso, no obstante en el capítulo 13 hace referencia a la venida del hijo del hombre en las nubes del cielo. Como ya vimos en el evangelio de Mateo, este suceso marca “el fin del mundo.” La Escatología de Marcos ¡ES AMILENIAL!
San Lucas
Lucas, el escritor que anduvo en el ministerio de Pablo escribió no solo el evangelio que lleva su nombre sino también el libro de Hechos. En ambos escritos notamos una ausencia no disimulada de un “reino de mil años”. Lo que se presenta en ambos escritos es una escatología consumacionista en la segunda venida de Cristo para dar lugar al reino eterno del Mesías. Lo primero que leemos en el primer capítulo de Lucas es cuanto ha de durar el reino del Mesías:
Lucas 1:33 Y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.
No hay en el evangelio de Lucas ninguna mención de “un reino de mil años”, simplemente no lo encontramos. Si encontramos, que tal como Mateo y Marcos, Lucas presenta que el reino de Dios ha llegado. Jesús es presentado anunciando “las buenas nuevas del reino” en las ciudades y aldeas de Israel. El reino en el evangelio de Lucas también tiene un carácter presente y un carácter futuro. Según dice Lucas había llegado, “ciertamente ya está entre vosotros” (Lucas 11:20) y “no viene con advertencia ni señales sino que ya está entre vosotros” (Lucas 17:21) y se puede entrar en él cuando “se recibe como un niño” (Lucas 18:17); el reino “viene con poder” (Lucas 9:27), en Pentecostés y es manifestado al fin del mundo cuando Cristo vuelva. El reino le ha sido dado a sus discípulos, el “rebano pequeño” (Lucas 12:32). En su aspecto presente y penetrante, el reino de los cielos es como un grano de mostaza que aunque pequeño produce una gran planta, y es también como la levadura, que un poco puede leudar toda la masa. El aspecto futuro del reino en Lucas es representado como una ‘casa’ la cual permite que gente entre a ella, pero que en un momento el dueño de la casa cerrará la puerta para que nadie más entre. Este aspecto nos muestra una vez más la forma consumacionista con la que finaliza el aspecto presente del reino de Dios. Los que entran quedan adentro y los que no entran son echados al infierno:
Lucas 13:28 Allí será el llanto y el crujir de dientes cuando veáis a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, pero vosotros echados fuera. 29 Y vendrán del oriente y del occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios. 30 Y he aquí, hay últimos que serán primeros, y hay primeros que serán últimos.
En este cuadro vemos el reino en su manifestación futura. Allí están Abraham, Isaac Jacob y todos los profetas junto a los que han de venir de oriente, de occidente, del norte y del sur (gentiles) que son admitidos al reino, pero los que no creen son dejados fuera. Estos dejados fuera del reino aquí son los mismos judíos.
Lucas también nos dice que en este siglo se dejan “casas, hermanos, padre, mujer e hijos” por causa del reino pero en el siglo venidero reciben la vida eterna. La visión de Lucas, es por lo tanto igual a la de Mateo y Marcos. La vida eterna es recibida en el siglo venidero.
Según relata Lucas el reino de los cielos es presentado como un hombre que fue a un lugar lejano a recibir un reino y volver. Cuando vuelve el Señor, llama a cuenta a sus siervos los cuales reciben recompensa de acuerdo a su obra. No obstante, uno de ellos escondió en un pañuelo el talento que se le había dado. La parábola termina diciendo que los que no querían que este Señor reinase sobre ellos serían matados:
Lucas 19:26 Os digo, que a cualquiera que tiene, más le será dado, pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. 27 Pero a estos mis enemigos, que no querían que reinara sobre ellos, traedlos acá y matadlos delante de mí.
Ciertamente, Lucas ve en la venida del Señor una consumación de este siglo para dar paso el reino eterno. Nada dice de un “reinado milenial futuro” siguiendo la venida de Cristo, al contrario el silencio sobre tal milenio es sepulcral. En el capítulo 21 Lucas relata los acontecimientos que sucederán durante el periodo presente desde su ascensión hasta su retorno. Se habla del juicio sobre los judíos, su dispersión hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan. Se habla de los tiempos de guerras, los terremotos etc. Finalmente se habla de las señales en la luna y las estrellas y se menciona “la venida del Hijo del hombre con las nubes del cielo” (Lucas 21:24-27ss). Nada se dice que en la venida del hijo del hombre se establecerá un reino terrenal por mil años. Lucas dice “cuando veáis estas cosas, estad alerta porque el reino de Dios está cerca” (v. 31), sin embargo, nada se dice de que ese reino es milenario. Si en algún lugar se pudiera mencionar tal reino milenario, este sería el lugar perfecto pero nada se dice acerca de eso. En el capítulo 22, se mencionan las palabras de Jesús dirigidas a sus apóstoles, en ellas se les dice que ellos se sentarían a la mesa a comer con Jesús y “en doce tronos juzgando las doce tribus de Israel” pero como Mateo, Lucas tampoco menciona “un reino de mil años” (mas adelante veremos más sobre este). Podemos decir confiadamente que la visión de Lucas, es por lo tanto, amilenial.
En el libro de Hechos, Lucas menciona que Jesús después de haber resucitado estuvo con los discípulos por cuarenta días hablando sobre el reino de Dios. En Hechos 1:6, los discípulos le preguntan si habrá de “restaurar el reino a Israel durante este tiempo” a lo que Jesús contesta “no os toca a vosotros saber los tiempos y las sazones que el Padre ha puesto en su sola potestad”. Obviamente por lo visto Cristo ni niega ni afirma que el reino ha de ser restaurado, simplemente dice que eso está en el plan de Dios. Interesantemente nada se dice en este contexto de que el reino tiene “mil años” de duración. Decir eso es añadir al texto algo que simplemente no dice allí. En vista de que hasta este momento en ninguna parte se habla de un ‘reino de mil años’, es más probable que los discípulos tuvieran en mente las ideas judías de un Mesías el cual establecería un reino en el cual los Israelitas estarían sobre sus enemigos, incluyendo los Romanos quienes los oprimían y gobernaban. La Escatología de Lucas ¡ES AMILENIAL!
El Apóstol Juan
El Apóstol Juan escribió el evangelio que lleva su nombre y de tres cartas del Nuevo Testamento, y del libro de Revelación. Antes de mirar el libro de Revelación (que fue el último libro de la biblia en ser escrito) consideraremos los cuatro escritos de Juan.
La palabra “reino” es mencionada solamente tres veces en este evangelio – dos veces en el capítulo 3 y una en el 18. Cuando Nicodemo se acercó a Jesús de noche, le fue dicho “el que no nace de nuevo no puede ver ni entrar al reino de Dios”. Esta referencia habla de la experiencia de la ‘regeneración’ la cual abre los oídos y ojos espirituales a los hombres para que puedan recibir y apreciar el mensaje del evangelio para ser salvos. En el primer capítulo es reconocido por Natanael como “el rey de Israel” (Juan 1:49). En el capitulo seis Jesús no permitió que se le coronara como rey terrenal – obviamente su reino “no es de este mundo” como bien lo dijo a Pilatos (Juan 18:36). En el capítulo doce se habla de su entrada triunfal a Jerusalén. En este momento fue proclamado como “rey de Israel”. Mateo, Marcos y Lucas también mencionan este evento. Cuando Cristo es cuestionado por Pilatos acerca de su reinado, el no le dice nada sobre un “futuro reino milenial” en la tierra, el simplemente le dice que su reino NO ES de este mundo.
Aunque Juan no habla mucho del reino presente de Cristo, sin embargo, su escatología presenta una visión consumadora del fin. En este evangelio se presenta la resurrección de justos e injustos ocurriendo en la misma “hora”:
Juan 5:28 No os maravilléis de esto; porque vendrá hora, cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; 29 Y los que hicieron bien, saldrán á resurrección de vida; mas los que hicieron mal, á resurrección de condenación.
La descripción de esta resurrección general establece una visión consumacionista del futuro. Tal como lo escribió Mateo en su evangelio (cap. 12), tanto malos como buenos resucitan juntos. Unos saldrán para resurrección de vida y los que hicieron lo malo para ser condenados. Esta visión se ajusta totalmente a la visión de Mateo, Marcos y Lucas. Todos ellos ven una resurrección y juicio final coincidiendo con la venida de Cristo.
En adición a esto, vemos que la visión de Juan sobre el tiempo de la resurrección de todos los muertos es clara, en el último día, es decir al fin del mundo. Según Juan esas fueron las palabras textuales de Jesús, los creyentes en su mensaje han de resucitar en el día postrero:
Juan 6 (Palabras de Jesús)
39 Y esta es la voluntad del que me envió: que de todo lo que El me ha dado yo no pierda nada, sino que lo resucite en el día final
40 Porque esta es la voluntad de mi Padre: que todo aquel que ve al Hijo y cree en El, tenga vida eterna, y yo mismo lo resucitaré en el día final.
44 Nadie puede venir a mí si no lo trae el Padre que me envió, y yo lo resucitaré en el día final.
54 El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el día final.
Pero Marta, la hermana de Lázaro nos confirma en su conversación con Jesús que la esperanza de Israel es que los muertos del Antiguo Testamento TAMBIEN han de resucitar en el día postrero:
24 Marta le contestó*: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día final.
Los justos resucitan en el día postrero y ya vimos que ‘junto’ con los buenos se levantan los malos, unos para vida y otros para condenación. Jesucristo confirma esto al decir que los malos serán juzgados por su palabra en el día postrero. Esto nos afirma que el día final es el día de juicio:
Juan 12:48 El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, ésa lo juzgará en el día final.
Esta visión concuerda también con las palabras de Mateo y Marcos cuando nos dicen que el fin del mundo es “la siega” y que la iglesia estará predicando el evangelio a todas las naciones en la tierra “hasta el fin del mundo”. Es por lo tanto literalmente claro y sin “espiritualizar” absolutamente NADA que para Juan (así como Mateo, Marcos y Lucas) no hay milenio futuro separando las resurrecciones de los buenos y los malos. Para estos escritores bíblicos la siega, la resurrección general, el juicio y la venida de Cristo son eventos que coinciden. El reino eterno sigue estos eventos sin espacio alguno para un periodo de mil años de un reino terrenal.
Las Epístolas de Juan
En su primera epístola, Juan no hace muchos comentarios sobre el tiempo del fin, pero si menciona la venida de Cristo:
1 Juan 2:28 Y ahora, hijos, permaneced en El, para que cuando se manifieste, tengamos confianza y no nos apartemos de El avergonzados en su venida.
El alejarse avergonzados “en su venida”, nos sugiere, tal como lo dicen los demás escritores y el mismo Juan en su evangelio, que en ese tiempo se hará un juicio final en donde algunos “los que hicieron lo malo” serán condenados y "los que hicieron lo bueno" reciben la vida eterna. Esta visión es confirmada en la misma carta cuando más adelante en el capítulo 4, Juan hace mención del día de juicio al cual han de comparecer todos:
1 Juan 4:17 En esto se perfecciona el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio, pues como El es, así somos también nosotros en este mundo.
Juan también habla de la transformación que ha de ocurrir en nosotros cuando Cristo se manifieste en su segunda venida:
1 Juan 3:2 Amados, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que habremos de ser. Pero sabemos que cuando El se manifieste, seremos semejantes a Él porque le veremos como El es.
Tenga en mente que Juan escribió su evangelio y sus tres cartas cerca del final del primer siglo, en la década de los 90, sin embargo no encontramos rastro alguno de un pensamiento 'premilenial' en sus escritos, al contrario, el pensamiento 'amilenial' predomina en todo tiempo. Juan presenta un cuadro de una consumación final coincidiendo con la venida de Cristo. La resurrección de todos los muertos, (malos y buenos) y un juicio final en el "último día" dominan la escatología de todos sus escritos.
La Escatología de Juan ¡ES AMILENIAL!
¿Qué Enseñó Pablo?
Se cree, según la historia que el Apóstol Pablo murió cerca del año 68dC, decapitado por espada a manos de soldados Romanos. En su despedida de Éfeso, entendiendo que nunca más los vería cara a cara, y después de haber predicado el evangelio en toda la región, Pablo se dirigió a la multitud de ancianos y lideres que se reunieron a despedirlo y dijo lo siguiente:
Hechos 20:26 Por tanto, yo os protesto el día de hoy, que yo soy limpio de la sangre de todos: 27 Porque no he rehuido de anunciaros todo el consejo de Dios. 28 Por tanto mirad por vosotros y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual ganó por su sangre. 29 Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al ganado; 30 Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas, para llevar discípulos tras sí.
Pablo asegura haber hablado en las iglesias, “TODO EL CONSEJO DE DIOS”. Ciertamente, el mensaje de este importante Apóstol era total, incluía toda la perspectiva de los asuntos de la iglesia y es el más prolífico de todos los escritores del Nuevo Testamento. En las cartas de Pablo vemos que habló de temas históricos (historia), soteriológicos (salvación), pneumatológicos (del Espíritu), eclesiásticos (de la iglesia), y escatológicos (cosas finales). Lo más importante de esto es que Pablo no contradice en nada a lo que dicen los escritores de los evangelios y los apóstoles que estuvieron con Jesús mientras él enseñaba en su ministerio terrenal.
Además, Pablo dio interpretación a las profecías y escritos del Antiguo Testamento, se dirigió a problemas doctrinales dentro y a sucesos importantes afuera de la iglesia, hablo de temas doctrinales de profundidad incluyendo los eventos y detalles relacionados a la segunda venida de Cristo, la resurrección de los santos, el juicio final y el reino eterno. ¿Qué significa esto? Interesantemente en ninguna de las cartas de Pablo encontramos referencia a algún “reino terrenal de Cristo por mil años” después de su segunda venida. Desde la perspectiva paulina, el Nuevo Testamento es totalmente consumacioncita en este aspecto. Cuando Cristo venga será el fin de todas las cosas. Pablo presenta, igual que Mateo, un juicio general de “todas las gentes”, tanto para los malos como los buenos, coincidiendo con la venida de Cristo y juntos en el mismo día de juicio (ver Hechos 17:31 y Romanos 2:1-16).
Pablo, tal como Mateo, Marcos, Lucas y Juan ve un reino presente en el cual Cristo ya reina sobre su trono. Según Pablo Cristo está reinando ahora (Hechos 17:7); Cristo ha sido entronado y su reino en cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento
La iglesia es la expresión visible de ese reino sobre el cual Cristo reina. En los escritos Paulinos el reino de Cristo es una cuestión real y existente, no una mera imaginación. Los Cristianos hemos “sido trasladados al reino de Cristo” (Col. 1:13). Los colaboradores de la iglesia son obreros del reino (Col. 4:11). Es un reino que no tiene que ver con cosas físicas “no es comida ni bebida, sino gozo y paz” (Romanos 14:17), “no es palabras sino poder” (1 Corintios 4:20).
En cuanto al aspecto ‘futuro’ del reino, Pablo concuerda con Mateo, Marcos y Lucas en que solamente entraran a él los ‘justos’. Él lo dice de esta manera:
1 Corintios 6:9 ¿O no sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No os dejéis engañar: ni los inmorales, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, 10 ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los difamadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios.
Pero Pablo va un paso más allá en su explicación de quien entra y quién no entra el reino. El dice “la carne y la sangre no heredan el reino” (1 Cor. 15:50) y una vez más refiriéndose a este cuerpo de carne presente dice: “lo corruptible no hereda la incorruptible” (1 Cor. 15:50). En la escatología Paulina, el reino futuro viene después de la resurrección de los muertos y es un reino incorruptible el cual no pueden heredar los que siguen en cuerpos corruptibles. Sobre este tema debemos recordar que Jesús dijo respecto al siglo venidero (el reino) en contraste a este lado de la historia. Según Jesús después de la resurrección, en “los que son tenidos por dignos de entrar al siglo venidero ni se casan ni se dan en casamiento” (Lucas 20:34-35). A eso mismo es lo que Pablo se refiere cuando habla de que “la corrupción no hereda la incorrupción.” Los cuerpos que entran al reino venidero no son de carne y sangre, en 1 Cor. 15 Pablo dice que es un “cuerpos espiritual,” o “cuerpos celestial” distintos a los “cuerpos animal” o “cuerpo terrenal” (vs. 40, 44.)
El reinado ‘presente’ de Cristo tendrá un final para dar paso al reino celestial (el reino de Dios). En 1 Cor. 15 Pablo nos dice que las resurrecciones ocurren en orden, primeramente Cristo, luego los de Cristo en su venida. Seguidamente a eso dice “LUEGO EL FIN”, cuando entregue EL REINO al Padre:
1 Corintios 15: 22-25 22 Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. 23 Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo en su venida; 24 entonces el fin, cuando El entregue el reino al Dios y Padre, después que haya abolido todo dominio y toda autoridad y poder. 25 Pues Cristo debe reinar hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies.
Pablo, tal como los otros escritores que hemos estudiado, ve el fin del mundo coincidiendo con la ‘venida de Cristo’. En 1 tesalonicenses nos dice que cuando Cristo venga en aquel día “fuego caerá del cielo”, ese mismo día los justos son librados y los malos condenados:
2 Tesalonicenses 1:6-10 6 Porque después de todo, es justo delante de Dios retribuir con aflicción a los que os afligen, 7 y daros alivio a vosotros que sois afligidos, y también a nosotros, cuando el Señor Jesús sea revelado desde el cielo con sus poderosos ángeles en llama de fuego, 8 dando retribución a los que no conocen a Dios, y a los que no obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesús. 9 Estos sufrirán el castigo de eterna destrucción, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder, 10 cuando El venga para ser glorificado en sus santos en aquel día y para ser admirado entre todos los que han creído; porque nuestro testimonio ha sido creído por vosotros.
Sorprendentemente, pero consistentemente con lo que ya hemos estudiado, no encontramos ninguna, absolutamente ninguna referencia a un reino milenial en las cartas de Pablo. Pablo había predicado “todo el consejo de Dios” donde quiera que llegaba, sin embargo la doctrina del “futuro reino milenial” nunca formó parte de ese consejo de Dios del que Pablo predicaba. El susodicho milenio brilla por su ausencia en las epístolas paulinas. La Escatología de Pablo ¡ES AMILENIAL!
¿Qué dice el Autor de Hebreos?
El reinado de Cristo es “presente” y según dice Pablo debe continuar HASTA que haya abolido todo dominio y toda autoridad y poder en la tierra. El escritor de hebreos que algunos piensan que es Pablo, también dice que Jesucristo está sentado a la diestra del Padre esperando que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies. Esta profecía del Antiguo Testamento (Salmo 110) habla del reinado y Sacerdocio Mesiánico, y como leemos, ambos escritores lo ponen en el tiempo presente. De hecho, el libro a los Hebreos presenta a Cristo 'sentado en su trono de rey' (Hebreos 1:13; 10:12-13) como cumplimiento a las profecías del Antiguo Testamento:"Pero del Hijo dice: TU TRONO, OH DIOS, ES POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS, Y CETRO DE EQUIDAD ES EL CETRO DE TU REINO." (Hebreos 1:8) y nos dice "que recibimos un reino que es inconmovible" después que las cosas movibles sean 'removidas' por su fuego consumidor:
Hebreos 12:26 Su voz hizo temblar entonces la tierra, pero ahora El ha prometido, diciendo: AUN UNA VEZ MÁS, YO HARE TEMBLAR NO SOLO LA TIERRA, SINO TAMBIEN EL CIELO. 27 Y esta expresión: Aún, una vez más, indica la remoción de las cosas movibles, como las cosas creadas, a fin de que permanezcan las cosas que son inconmovibles. 28 Por lo cual, puesto que recibimos un reino que es inconmovible, demostremos gratitud, mediante la cual ofrezcamos a Dios un servicio aceptable con temor y reverencia; 29 porque nuestro Dios es fuego consumidor.
La Escatología de Hebreos ¡ES AMILENIAL!
Santiago
La carta de Santiago fue escrita a los cristianos en la dispersión. En su carta vemos que hace referencia a “la venida del Señor” y nos dice que esa venida es como juez:
Santiago 5:7 Por tanto, hermanos, sed pacientes hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el fruto precioso de la tierra, siendo paciente en ello hasta que recibe la lluvia temprana y la tardía. 8 Sed también vosotros pacientes; fortaleced vuestros corazones, porque la venida del Señor está cerca. 9 Hermanos, no os quejéis unos contra otros, para que no seáis juzgados; mirad, el Juez está a las puertas.
Esto nos confirma dos cosas importantes: (1) cuando Cristo venga habrá juicio y (2) tanto justos como injustos estarán en ese juicio. Santiago insta a los cristianos a ser ‘pacientes’, y a estar fortalecidos’, viviendo sabiamente sin quejas unos contra otros “para que no seáis juzgados; mirad, el Juez está a las puertas.” Anteriormente Santiago había advertido: “Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos un juicio más severo.” (Santiago 3:1). Santiago es totalmente consistente con los demás escritores que hemos estudiado. Cuando Cristo venga habrá culminación de este siglo, un juicio donde habrán condenados y galardonados. La Escatología de Santiago ¡ES AMILENIAL!
El Apóstol Pedro
El Apóstol Pedro fue uno de los apóstoles más famosos. Su participación en la iglesia apostólica es de suma importancia. Pedro es muy vocal en cuanto a varios asuntos de interés incluyendo la interpretación de la profecía del Antiguo Testamento y acerca de los tiempos finales. Pedro presenta un panorama en el cual Cristo es un juez que viene a juzgar. Al hablar de los malos dice: “pero ellos darán cuenta a aquel que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos. “ (1Pe 4:5) pero también dice que “el juicio ha de comenzar por la casa de Dios” (1 Pedro 4:17.)
Pedro dice que “pero los cielos y la tierra actuales están reservados por su palabra para el fuego, guardados para el día del juicio y de la destrucción de los impíos.” (2 Pedro 3:7). Ya hemos visto, por las palabras del mismo Jesucristo que el día del juicio y la destrucción (condenación) de los impíos, será “el último día”, por lo tanto sabemos que ese mismo día es cuando los cielos y la tierra presentes serán consumidos por fuego.
¡Pedro y los Mil Años!
¡Aja!! Por fin encontramos la famosa frase “mil años” en la biblia. Sin embargo, no dice nada de un “reino de mil años”. Lo que Pedro dice sobre los mil años es que en el reloj divino, un día es como mil años, y mil años como un día. Esto Pedro lo dice en vista a que la promesa de su retorno parece alargarse, Pedro consuela sus lectores haciéndoles entender que los tiempos de Dios no son como los de los hombres. Aunque parezca que la promesa de la venida se tarda, no es así. Aunque para los hombres parezca mil años, para Dios es solamente un día. Esta expresión fue tomada muy probablemente de libro de Salmos donde el salmista dice algo similar “Porque mil años ante tus ojos son como el día de ayer que ya pasó, y como una vigilia de la noche.” (Salmo 90:4)
Lo que Pedro quiere decir se hace más claro cuando leemos el próximo verso “El Señor no se tarda en cumplir su promesa, según algunos entienden la tardanza, sino que es paciente para con vosotros, no queriendo que nadie perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento” (2 Pedro 3:9)
Pedro sigue con su mensaje escatológico alertando a los CRISTIANOS sobre las cosas que han de venir cuando Cristo vuelva y sobre la esperanza nuestra de recibir, no un reino milenial, sino “cielos nuevos y tierra nueva donde mora la justicia”. En otras palabras, Pedro reconoce que los ‘injustos’ no heredan el reino de Dios. Con esto concuerda Mateo, Marcos, Lucas, Juan y Pablo:
2 Pedro 3 Pero el día del Señor vendrá como ladrón, en el cual los cielos pasarán con gran estruendo, y los elementos serán destruidos con fuego intenso, y la tierra y las obras que hay en ella serán quemadas. 11 Puesto que todas estas cosas han de ser destruidas de esta manera, ¡qué clase de personas no debéis ser vosotros en santa conducta y en piedad, 12 esperando y apresurando la venida del día de Dios, en el cual los cielos serán destruidos por fuego y los elementos se fundirán con intenso calor! 13 Pero, según su promesa, nosotros esperamos nuevos cielos y nueva tierra, en los cuales mora la justicia. 14 Por tanto, amados, puesto que aguardáis estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por El en paz, sin mancha e irreprensibles
Nada en este pasaje nos sugiere que habrá un reino de mil años después que Cristo regrese. Al contrario lo que Pedro ve con la llegada del Mesías es "cielos nuevos y tierra nueva", Pedro ve “un reino eterno”:
2 Pedro 1 10 Así que, hermanos, sed tanto más diligentes para hacer firme vuestro llamado y elección de parte de Dios; porque mientras hagáis estas cosas nunca tropezaréis; 11 pues de esta manera os será concedida ampliamente la entrada al reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
La Escatología de Pedro ¡ES AMILENIAL!
Judas
Judas, el escritor de esta carta es hermano del Señor. Su epístola es un tratado corto sobre la importancia de guardar la sana doctrina y “por la fe que de una vez para siempre fue entregada a los santos”. En el entendimiento de Judas, la ‘fe’ (doctrina) había sido entregada una vez y para siempre. Esto significa que lo que fue dado no puede ser cambiado. Judas hace referencia al día final de juicio cuando dice lo siguiente:
Judas 1: 6 Y a los ángeles que no conservaron su señorío original, sino que abandonaron su morada legítima, los ha guardado en prisiones eternas, bajo tinieblas para el juicio del gran día.
La idea es la misma, habrá un día de gran juicio. Y ya hemos visto que el día de ese gran juicio coincide con la venida de Cristo como ya lo vimos de parte de Mateo, Marcos, Lucas, Juan, Pablo, Pedro y Santiago y así mismo lo dice Judas:
Judas 1:14 De éstos también profetizó Enóc, en la séptima generación desde Adán, diciendo: He aquí, el Señor vino con muchos millares de sus santos [ángeles], 15 para ejecutar juicio sobre todos, y para condenar a todos los impíos de todas sus obras de impiedad, que han hecho impíamente, y de todas las cosas ofensivas que pecadores impíos dijeron contra El.
La Escatología de Judas ¡ES AMILENIAL!
Resumen
La evidencia amilenial en la Biblia, en los escritos del Nuevo Testamento es ‘contundente’. Ninguno de ellos habla, y ni siquiera sugiere que habrá un milenio terrenal después de la venida de Cristo. Hemos recorrido toda la historia durante el siglo I y no hemos hallado ningún rastro de un milenio terrenal siguiendo la segunda venida de Cristo. Siendo que si fuera ese el caso, tal doctrina es sumamente importante para la iglesia de Cristo y debiera estar bien detallada en la Escritura. Hacemos bien en mencionar que TODOS estos escritores del Nuevo Testamento: Mateo, Marcos, Lucas, Juan, Pablo, Santiago, Pedro y Judas vivieron y murieron durante el primer siglo, tiempo en que se levantó la iglesia Cristiana. Esto significa que ellos murieron sin enterarse jamás de tal reino milenial futuro. Nada dijeron en sus escritos al respecto por lo que podemos también concluir confiadamente que NADA les dijo Jesucristo sobre un reino milenial futuro. Nuestra tesis es la siguiente: “La Iglesia Apostólica Era Amilenial”. Esa Iglesia Apostólica tuvo su comienzo entre (29DC – 33 DC) y duró hasta el año 98-99dC cuando murió el último Apóstol.
¿Qué hacemos con Revelación 20?
Al llegar al último libro del Nuevo Testamento, escrito cerca del año 94-96dC, nos encontramos ya casi al final de la Biblia con una referencia a un reinado de mil años. Esta declaración es la que ha hecho que muchos sostengan una visión ‘premilenarista’ de la escatología. El escritor del Apocalipsis (o Revelación) fue el Apóstol Juan, pero como ya vimos anteriormente, en ninguna de sus cuatro libros anteriores se halla señal de alguna referencia a un reino milenial. Juan hace referencia a que el juicio final es el último día, los santos resucitan en el último día y los injustos también. Ya que esto es así ¿Qué hacemos con Revelación 20? La respuesta es fácil, lo interpretamos de manera que no contradiga ni eche por tierra casi un siglo de enseñanza apostólica.
Una lectura detenida del texto nos da buena información:
Revelación 20: 1 Y vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo y una gran cadena en su mano. 2 Prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el Diablo y Satanás, y lo ató por mil años; 3 y lo arrojó al abismo, y lo cerró y lo selló sobre él, para que no engañara más a las naciones, hasta que se cumplieran los mil años; después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo. 4 También vi tronos, y se sentaron sobre ellos, y se les concedió autoridad para juzgar. Y vi las almas de los que habían sido decapitados por causa del testimonio de Jesús y de la palabra de Dios, y a los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, ni habían recibido la marca sobre su frente ni sobre su mano; y volvieron a la vida y reinaron con Cristo por mil años. 5 Los demás muertos no volvieron a la vida hasta que se cumplieron los mil años. Esta es la primera resurrección. 6 Bienaventurado y santo es el que tiene parte en la primera resurrección; la muerte segunda no tiene poder sobre éstos sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con El por mil años.
En vez de ‘desechar’ lo que hemos aprendido de todos los escritores del Nuevo Testamento, incluyendo a Juan mismo, debemos de ser cautelosos al interpretar este pasaje. El principio de interpretación bíblica debe de mostrar consistencia y fidelidad a la “fe que fue dada a los santos una vez y para siempre”. Debemos ver como este pasaje se puede interpretar a la luz de lo que ya se nos ha dicho y no al revés. Muchos interpretan la biblia a la luz del Apocalipsis y no el Apocalipsis a la luz de la Biblia.
Hay una serie de eventos que toman lugar en este pasaje. La atadura de Satanás (v. 1-3), hay algunos que juzgan sentados sobre tronos (v. 4), almas de los decapitados por el testimonio de Jesús que vivieron y reinaron con Cristo por mil años (v. 4); los otros muertos no viven hasta que se cumplen mil años.
Un detalle importante de este pasaje es que notamos en el verso seis (6). Allí dice:
“Bienaventurado y santo es el que tiene parte en la primera resurrección; la muerte segunda no tiene poder sobre éstos sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con El por mil años.”
La muerte segunda mencionada aquí es la condenación eterna (v. 14). Ese verso dice, que “BIENAVENTURADO Y SANTO ES EL QUE TIENE PARTE EN LA PRIMERA RESURRECCIÓN” porque “LA MUERTE SEGUNDA NO TIENE POTESTAD SOBRE ELLOS”. Meditemos sobre eso, los que se libran de la muerte segunda (condenación eterna) son los que “PARTICIPAN DE LA PRIMERA RESURRECCIÓN”; el que no participa de esta resurrección es echado al lago de fuego (la muerte segunda).
Los Premilenaristas dicen que la ‘primera resurrección’ es física, al levantarse de los muertos. Si es así, entonces es mejor morirse ANTES que Cristo venga porque son solamente los que participan de esa PRIMERA RESURRECCIÓN los que se libran de la muerte segunda. Si alguno está vivo cuando Cristo venga, al no haber pasado por la ‘primera resurrección’ quedaría automáticamente expuesto a la muerte segunda.
Por otra parte, los Premilenaristas enseñan que hay ‘justos’ que entran vivos al milenio y que se casan y dan en casamiento, procreando hijos y familias. TODOS ELLOS tampoco han de tomar parte en “LA PRIMERA RESURRECCIÓN” y por lo tanto la segunda muerte TIENE poder sobre ellos. En ese caso, ninguno de los que entran al milenio, ni los que le nacen a ellos se salvan – TODOS terminan en el lago de fuego.
Nótese que estamos tomando este texto LITERALMENTE, no estamos espiritualizando NADA aquí. Tampoco estamos sacando NADA fuera de contexto, simplemente estamos entendiendo lo que dice el verso TEXTUALMENTE.
Es obvio entonces que tal resultado LITERALMENTE HABLANDO no ayuda mucho a los Premilenaristas, pues cuando Cristo venga habrá personas cristianas vivas que no han de tomar parte en esa ‘PRIMERA RESURRECCIÓN’ física. TAMPOCO se salvan los que entran al milenio porque ahí dice LITERALMENTE que el que no toma parte en la PRIMERA RESURRECCION la Segunda muerte TIENE POTESTAD SOBRE EL.
Aparte de que la interpretación premilenarista echa abajo casi UN SIGLO de enseñanza apostólica, AL MISMO TIEMPO también crea un problema serio para ellos. ¿Qué hacemos entonces con Revelación 20?
¿Cuál es la Interpretación Amilenial?
Siguiendo las leyes que gobiernan la interpretación, si una interpretación LITERAL no es posible, pues obviamente la interpretación debe ser ESPIRITUAL. Eso va de acuerdo a lo que dicen los Dispensacionalistas modernos, se interpreta literalmente a menos que tal interpretación no haga sentido al texto. Así que por lo visto, la interpretación ‘LITERAL’ no hace sentido al texto. En realidad crea un problema en el texto, especialmente cuando se dice que los que reinan por mil años son solamente aquellos que pasan por la primera resurrección:
Revelación 20:4 Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos, y les fue dado juicio; y vi las almas de los degollados por el testimonio de Jesús, y por la palabra de Dios, y que no habían adorado la bestia, ni á su imagen, y que no recibieron la señal en sus frentes, ni en sus manos, y vivieron y reinaron con Cristo mil años. 5 Mas los otros muertos no tornaron á vivir hasta que sean cumplidos mil años. Esta es la primera resurrección. 6 Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad en éstos; antes serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.
Notamos que los que se sientan en tronos son aquellos que han muerto, los que no se sometieron a la bestia, ni fueron marcados por ella, y vivieron y reinaron con Cristo… Los que participan de la ‘primera resurrección’ son sacerdotes de Dios y de Cristo y reinan con él mil años.
No cabe duda que este pasaje es difícil de comprender a simple vista. Sin embargo, si vemos que todos los privilegios que se mencionan, “estar en tronos”, “reinar”, “juzgar”, “ser sacerdotes”, “ser santo y bienaventurado” solo lo reciben aquellos que tienen parte en la primera resurrección, entonces la primera resurrección NO PUEDE SER FISICA sino ESPIRITUAL. Una interpretación LITERAL (o física) de este pasaje deja muchos Cristianos fuera de este reinado de mil años, y lo que es aún PEOR, los deja condenados a la Segunda Muerte, pues no todos los Cristianos califican LITERLAMENTE para participar de esos privilegios. Ahora, si la interpretación a este pasaje es espiritual, ENTONCES TODOS los cristianos pueden tomar parte de estos privilegios, y lo que es más importante aún, la muerte segunda no tiene potestad sobre ellos.
Hay dos opciones ‘espirituales’ que pueden ser aplicadas a la ‘primera resurrección’. La primera es que sea una referencia a lo que ocurre inmediatamente DESPUES de la muerte física. Por ejemplo Cristo dijo “Dios no es Dios de muertos, sino de vivos”. Que los muertos, una vez mueren físicamente viven para con Dios en los cielos y gozan de los beneficios y privilegios de haber estados unidos a Cristo en vida. Otra interpretación puede ser referencia al nuevo nacimiento o ‘regeneración’ la cual la biblia presenta como “pasar de muerte a vida”. En Efesios, por ejemplo, Pablo nos dice que “juntamente con el nos resucitó y nos hizo sentar en lugares celestiales”. Ese pasaje se asemeja muchísimo a lo que ocurre en este relato de Apocalipsis 20. O quizás sea una combinación de ambas verdades bíblicas: La 'primera resurrección' es el nuevo nacimiento, por lo tanto TODOS los que nacen de nuevo participan de la primera resurrección (pasan de muerte a vida) y están sentados con Cristo en lugares celestiales tanto en esta vida como después de la muerte. Estos son por lo tanto "sacerdotes de Dios y de Cristo" (Rev. 1:6) y reinan con el por mil años y la muerte segunda no tiene potestad sobre ellos porque han pasado de muerte a vida (Juan 5:24-25).
Cualquiera de las dos interpretaciones Amilanares (o ambas unidas) hacen más sentido al texto que cualquier otra interpretación premilenial (sea dispensacionalista o histórica) por las razones que ya hemos mencionado y por muchas otras más como hemos visto en este estudio tales como:
- · carne y sangre no heredan el reino
- · la corrupción, no hereda incorrupción
- · en el siglo venidero ni se casan ni se dan en casamiento
- · la venida de Cristo es la siega y el fin del siglo
- · los muertos, malos y buenos resucitan juntos, a la misma hora en el día postrero
- · En su segunda venida Cristo juzgará a los vivos y los muertos (justos e injustos)
Por otra parte, la Biblia nos dice que el diablo fue atado por Cristo en su primera venida como evidencia de que "el reino de Dios" ya había llegado y por eso las almas son libres de su poder (Mateo 12:28; Lucas 11: 21-22) y también nos dice que no solamente ha sido ‘atado’ sino que ha sido “echado fuera” (Juan 12:31) y “destruido” (Hebreos 2:14). Esto refleja perfectamente el mensaje de Revelación 20 y lo que es más importante no hace violencia a la interpretación LITERAL de la biblia como es presentada en todos los evangelios y epístolas del Nuevo Testamento. Los mil años deben ser entendidos correctamente como el espacio de tiempo que transcurre entre la primera y la segunda venida de Cristo. Es el periodo de expansión de la iglesia, cuando muchos experimentan la primera resurrección y reinan con Cristo y son “santos y bienaventurados” porque la muerte segunda no tiene potestad sobre ellos.
El origen del Premilenarismo
De acuerdo a la Biblia (Sola Scriptura), en todo el primer siglo de la iglesia, EN TODA LA ERA APOSTOLICA no encontramos ninguna alusión bíblica a un reino futuro de 1000 años siguiendo la Venida de Cristo. Si somos honestos con nosotros mismos y con Dios, no tenemos otra alternativa que admitir que tal reino no existe en los escritos apostólicos. No hay absolutamente nada que respalde tal creencia en las páginas del Nuevo Testamento.
El premilenarismo nace a partir del segundo siglo, después que todos los apóstoles habían muerto y fue obviamente promovido por personas que simplemente no tomaron el tiempo suficiente para estudiar y escudriñar las Escrituras y “la fe una vez dada a los santos” y quienes por lo tanto fracasaron en guardar las doctrinas tal y como fueron entregadas (1 Timoteo 1:3,4; 2 Timoteo 2:2; Tito 1:9). Algunas fuentes atribuyen las ideas de un reino Mesiánico terrenal a fuentes judías no Cristianas. Pero Dios no nos deja solos en el error, LA VERDAD SIEMPRE SALE A LA LUZ. Podemos concluir entonces que San Agustín no inventó el Amilenarismo, él mismo era un premilenarista, pero fue el vaso utilizado por Dios para devolver a la iglesia el verdadero mensaje APOSTOLICO y literal de las Sagradas Escrituras, el Amilenarismo.
CONCLUSION
Siguiendo LITERALMENTE lo expresado en las Sagradas Escrituras, entendemos que TODOS los cristianos del primer siglo que recibieron la predicación del Evangelio y las doctrinas fundamentales de la fe Cristiana de la boca y mano de los mismos Apóstoles y de Cristo mismo, durante su ministerio terrenal y desde el día de Pentecostés hasta el año 100 (todo el primer siglo) creyeron y sostuvieron la doctrina Amilenial. No cabe duda alguna y ha sido demostrado fielmente con la Biblia que nuestra tesis es correcta: “La Iglesia Apostólica era Amilenial”. Por lo tanto, hoy nosotros, haciendo eco a esa verdad BIBLICA seguimos llevando fielmente adelante el mismo mensaje y doctrina de los Apóstoles del Cordero: ¡El Amilenarismo!
¡La Iglesia Apostólica ERA AMILENIAL!
Sola Scriptura
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Escrito: 04-01-2008