por Daviel D’Paz
No existe ninguna otra doctrina bíblica que sea atacada con tanta intensidad y vehemencia como la doctrina de “Sola Scriptura”. Esto nos dice mucho sobre lo importante que es para nosotros como cristianos evangélicos y herederos de la Reforma, el conocer porque creemos que la Biblia y solo la Biblia es nuestra única fuente de autoridad. Los enemigos de la fe cristiana siempre han atacado esta doctrina intentando ridiculizarla tildándola hasta de “herejía”. Los motivos y las implicaciones son claras: si las personas pueden deshacerse de la autoridad de la Biblia, entonces son libres para hacer y creer lo que quieran sin tener que preocuparse por las consecuencias.
La Palabra de Dios siempre ha estado bajo un severo ataque. Desde el principio de la creación hemos visto esto, al ser cuestionada por la primera pareja bajo la instigación de Satanás. Uno de los ataques favoritos de Satanás hacia la Palabra de Dios es el cuestionarla: “¿Con que Dios os ha dicho…”? Este sutil ataque hacia la autoridad de la Palabra de Dios no es para nada nuevo y se sigue repitiendo día tras día. Este ataque llega de muchas formas y de distintas maneras. Pero el común denominador en este ataque es el deseo por cuestionar, redefinir y oscurecer lo que Dios ha dicho de manera clara y sin ambigüedades.
Los Reformadores comprendieron muy bien lo que estaba en juego en el ataque hacia la autoridad y suficiencia de la Palabra de Dios. Para ello, tuvieron que acuñar una frase que sirviera como un slogan con el cual pudieran identificarse todos los protestantes. Esa frase es “Sola Scriptura”. Esta es una frase en Latín que significa “Sólo las Escrituras” a diferencia de las enseñanzas de la Iglesia católica romana quien afirma que la fuente de autoridad es “la Escritura + la Tradición”.
La enseñanza de “Sola Scriptura” no solo ha sido malinterpretada por sus opositores, sino que también no ha sido comprendida correctamente aún por muchos de los que se supone, deberían defenderla. Los evangélicos modernos se encuentran más obsesionados por querer saber como vivir “Su mejor vida ahora” que por saber como defender esta importantísima doctrina. No es pues de sorprendernos que muchos evangélicos terminen atrapados en las garras de sectas y enseñanzas cuestionables debido a su terrible ignorancia de esta doctrina.
No me propongo examinar esta doctrina a fondo, pero sí deseo establecer lo que creo son las bases para entender el significado de “Sola Scriptura” e intentar disipar también los malos entendidos que esta doctrina ha generado entre aquellos que se oponen a ella.
Los postulados de la doctrina de “Sola Scriptura” son los siguientes:
Lo que NO es Sola Scriptura:
1) Sola Scriptura no enseña que la Biblia contenga todo el conocimiento habido y por haber.
La Palabra de Dios siempre ha estado bajo un severo ataque. Desde el principio de la creación hemos visto esto, al ser cuestionada por la primera pareja bajo la instigación de Satanás. Uno de los ataques favoritos de Satanás hacia la Palabra de Dios es el cuestionarla: “¿Con que Dios os ha dicho…”? Este sutil ataque hacia la autoridad de la Palabra de Dios no es para nada nuevo y se sigue repitiendo día tras día. Este ataque llega de muchas formas y de distintas maneras. Pero el común denominador en este ataque es el deseo por cuestionar, redefinir y oscurecer lo que Dios ha dicho de manera clara y sin ambigüedades.
Los Reformadores comprendieron muy bien lo que estaba en juego en el ataque hacia la autoridad y suficiencia de la Palabra de Dios. Para ello, tuvieron que acuñar una frase que sirviera como un slogan con el cual pudieran identificarse todos los protestantes. Esa frase es “Sola Scriptura”. Esta es una frase en Latín que significa “Sólo las Escrituras” a diferencia de las enseñanzas de la Iglesia católica romana quien afirma que la fuente de autoridad es “la Escritura + la Tradición”.
La enseñanza de “Sola Scriptura” no solo ha sido malinterpretada por sus opositores, sino que también no ha sido comprendida correctamente aún por muchos de los que se supone, deberían defenderla. Los evangélicos modernos se encuentran más obsesionados por querer saber como vivir “Su mejor vida ahora” que por saber como defender esta importantísima doctrina. No es pues de sorprendernos que muchos evangélicos terminen atrapados en las garras de sectas y enseñanzas cuestionables debido a su terrible ignorancia de esta doctrina.
No me propongo examinar esta doctrina a fondo, pero sí deseo establecer lo que creo son las bases para entender el significado de “Sola Scriptura” e intentar disipar también los malos entendidos que esta doctrina ha generado entre aquellos que se oponen a ella.
Los postulados de la doctrina de “Sola Scriptura” son los siguientes:
Lo que NO es Sola Scriptura:
1) Sola Scriptura no enseña que la Biblia contenga todo el conocimiento habido y por haber.
2) Sola Scriptura tampoco enseña que la Biblia sea un catálogo exhaustivo de todo el conocimiento religioso.
3) Sola Scriptura no niega lo que la Biblia enseña acerca de la autoridad de la Iglesia para enseñar la verdad divina.
4) Sola Scriptura no niega que la Palabra de Dios en ocasiones fue hablada de manera verbal.
5) Sola Scriptura no rechaza el uso y las formas de ciertas tradiciones.
6) Sola Scriptura no niega el papel del Espíritu Santo en la guianza y dirección de la Iglesia.
4) Sola Scriptura no niega que la Palabra de Dios en ocasiones fue hablada de manera verbal.
5) Sola Scriptura no rechaza el uso y las formas de ciertas tradiciones.
6) Sola Scriptura no niega el papel del Espíritu Santo en la guianza y dirección de la Iglesia.
Lo que SÍ es Sola Scriptura:
1. Sola Scriptura nos dice que la Biblia es la única regla de fe para la Iglesia debido a que ella es la Palabra de Dios.
2. Nos enseña que no hay necesidad de otra revelación para la Iglesia, debido a que todo lo que uno necesita para ser cristiano se encuentra en las Escrituras y sólo en ellas.
3. Nos enseña que no existe ninguna otra regla de fe infalible fuera de las Escrituras, pues ellas son “inspiradas por Dios”, literalmente “del aliento de Dios”.
4. Nos enseña que las Escrituras nos revelan TODO lo que necesitamos saber para nuestra salvación.
5. Nos enseña que toda tradición debe someterse a una autoridad superior y esa autoridad superior son las Escrituras y solo ellas.