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-Por Jorge L. Trujillo
(Mateo 6:5-9/ Lucas 11:2-5)


Mateo 6:5  

Y cuando oren no sean como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.  


El Padre Nuestro es la oración más conocida en la Biblia. No importa cuál sea el antecedente de niñez cristiana, esta es una de las primeras oraciones que se les son enseñadas a los pequeñitos. Todos los que fuimos de niños a la iglesia podemos recordar nuestra maestra de escuela dominical quién nos la enseñó.

Los discípulos le pidieron a Jesús que le enseñar a orar y así Jesús lo hizo, Él les dijo que oraran así, y les dijo el Padre Nuestro. Muy a menudo algunos piensan que esta oración es simplemente para ser repetida vanamente como si tal acción tuviera algún tipo de efecto. Aunque en ciertos momentos podamos decir el Padre Nuestro, considero que es mejor si vemos esta oración como un modelo el cual se ha de seguir cuando vamos en oración ante nuestro Dios y Padre.

¿Piensa usted que Jesús quiso decir a sus discípulos que siempre repitieran lo mismo a Dios cuando oraran? Yo pienso que no. La repetición de un conjunto de palabras no lleva en sí ningún poder. Algunas religiones, aunque muy bien intencionadas, dicen a sus seguidores que para recibir perdón o ser escuchados por Dios necesitan repetir tantas o más veces algún tipo de oración o estribillo que alguien ha compuesto. Considero que eso es puro engaño, especialmente si no va acompañado de ‘fe’ en aquel quien ora.

La oración es una forma de adoración.  Por medio de la oración buscamos tener comunión con Dios y llegar a su presencia; se busca llegar a su corazón. Para llegar al corazón de Dios se requieren más que buenas intenciones. Jesús dijo que el Padre busca adoradores que le adoren en Espíritu y en Verdad. La oración incluye esto. El mismo apóstol Pablo escribió a los Efesios sobre la necesidad de orar en el Espíritu.

Efesios 6:18: Orando en todo tiempo con toda oración y suplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y suplica con toda perseverancia y suplica por todos los santos  

Para orar en el Espíritu necesitamos tener un buen entendimiento de lo que encierra la oración. En esta oración modelo, Jesús nos dejó un buen ejemplo de lo que es o debe estar incluido en la oración para que sea una oración de la cual Dios se agrade. A continuación presento un bosquejo de "El Padre Nuestro" en el cual se explican cada una de las partes de esta oración a la luz de la Sagrada Escritura.


Padre Nuestro

NO puede haber Padre sin Hijo(s). Todos los seres humanos NO SON hijos de Dios.   Las personas tienen la creencia de que todos los seres humanos son hijos de Dios y que por consiguiente todos somos hermanos. En cierto modo esta creencia es verdadera pero solamente desde un punto de vista amplio en la aplicación:

Hechos 17: 28 Porque en él [Dios] vivimos, y nos movemos y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos.  

Pablo les dice a los Atenienses que todos los humanos somos linaje de Dios, pero eso es desde el punto de vista en el cual todos somos hechos a la imagen y semejanza de Dios. Tenemos un espíritu, tenemos conciencia moral de lo bueno y lo malo y tenemos cierta libertad de actuación y control para funcionar y tomar decisiones.

Génesis 1: Y dijo Dios, hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza.

Ahora, desde el punto de vista estricto la Biblia misma nos indica lo contrario. Solamente aquellos que creen en Cristo y le reciben son hechos hijos de Dios:

Juan 1:12 Mas a todos los que le recibieron, los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de varón sino de Dios.

Estos son los verdaderos hijos de Dios. Los que son engendrados por El de su propia voluntad. No por voluntad humana. El apóstol Pablo dice a los Romanos que solo los que son guiados por el Espíritu son hijos de Dios:

Romanos 8:14 Porque los que son guiados por el Espíritu, estos son hijos de Dios.

Lo más interesante de esto es que Dios dice que él no oye a los impíos. El solo oye a sus hijos. La única ocasión cuando Dios oye al impío es cuando este clama a El arrepentido pidiendo perdón por su pecado.

Juan 9:31

Sabemos que Dios NO OYE a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, a ese oye.

Padre Nuestro

Dios es padre no solamente mío en un sentido individual sino que también es padre "nuestro" en un sentido corporal. Cuando nos dirigimos a Dios en oración lo hacemos como "uno" de sus hijos. Debemos mantener claro que Dios es Padre de todos.

Esta frase nos debe recordar que debemos pensar en otros cuando oramos. Que no debemos pensar egoístamente pidiendo a Dios solo lo que necesitamos nosotros y nuestra familia olvidándonos de los demás. El creyente en su oración debe interceder por los demás miembros del cuerpo de Cristo que son tan hijos de Dios como lo es él o ella.

Que estas en los cielos

¿Dónde está Dios? La Biblia nos enseña que Dios es "Omni-presente", él está en todas partes. Esta, según dice el Salmista en todos lugares, no hay un lugar donde el hombre pueda irse que Dios no esté presente.

Salmo: ¿Dónde me esconderé de tu presencia?

No solamente Dios está en todas partes sino que mora individualmente en cada uno de nuestros corazones.

Juan 14:23 El que me ama, mis palabras guardará y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.

Aún con todas estas declaraciones, Dios tiene su morada en los cielos. Aunque Dios se nos presenta como un Padre que está a nuestro alcance y que desea comunicarse con nosotros sus hijos, también nos deja saber que está por encima de nosotros. Dios no está a nuestro nivel, Su morada esta en los cielos. El hijo de Dios debe mantener siempre en su mente de que aunque Dios es su padre y está dispuesto a ayudarle en todo, debe ser tratado con respeto, pues está por encima de Él.

Santificado sea tu Nombre

Adoración y Reconocimiento. Ese es el énfasis en esta frase. Jesús les dice a sus discípulos que Dios es Santo, que su nombre es Santo. Él es santo y debemos entenderlo muy claramente. En la actualidad hay gente que se comporta y se dirige a Dios como si fuera un cualquiera. Es necesario entender que Dios es santo y demanda santidad. El mínimo nivel de santidad que Dios requiere de sus hijos es la perfección. Dios demanda que sus hijos se interesen por ser como él es. En cierta ocasión Jesús dijo:

Mateo 5:48 Sed, pues vosotros perfectos como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.

El nombre de Dios ha de tenerse siempre en alta estima. Dios no dejara de castigar a quién tome su nombre en vano. El quinto mandamiento dice:

Éxodo 20 No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano, porque no dará Dios por inocente al que tomare su nombre en vano.

Cuando oramos debemos mantener el hecho de que Dios es santo y su nombre es santo. Debemos recordar que él merece toda Gloria y toda honra. A Dios se le debe adoración pues solo él la merece. Dios desea adoradores. Debemos de dedicar tiempo para adorar a Dios en nuestras oraciones. Es fácil pasar por alto esta parte tan importante de la oración e ir directamente a pedir a Dios por nuestra necesidad, por nuestro problema o por nuestros deseos. Sin embargo, Dios desea que le adoremos.

Cuando dedicamos tiempo para adorar a Dios entendiendo quién él es verdaderamente, entonces entenderemos que no importa cuál sea la situación la cual estemos pasando él cuidará de nosotros. El mismo Cristo nos dice:

Mateo 6:33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su Justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

La prioridad mayor en el creyente debe ser buscar a Dios por quién él es, no por lo que puede darle.

Venga tu Reino

¡Cristo es Rey! El reino está en el mundo.  El reino es su Iglesia. Él es Rey del mundo y del universo. Cristo tiene todo el poder. El dijo:

Mateo 28:18 "…Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra."

De acuerdo a la Palabra de Dios, David subió de la tumba para ocupar el lugar de rey, sino que fue Cristo mismo quién tomó esta posición de rey sobre la casa de Israel luego de levantarse de entre los muertos y ascender al cielo.

Hechos 2:34 Porque David no subió a los cielos; pero el mismo dice: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies. Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quién vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.

Jesús estará sentado en su trono celestial reinando y dominándolo todo y no se moverá de su silla hasta que haya puesto todo enemigo y poderío debajo de sus pies.

Efesios 1:20-22 [Cristo resucitado de entre los muertos fue sentado a la diestra de Dios Padre] sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no solo en este siglo sino también en el venidero; y sometió todas las cosas bajo sus pies y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia…

El apóstol Pablo en referencia a este evento de Cristo sentado como Rey a la diestra del Padre, dice:

1 Corintios 15:23 Porque es preciso que reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies.

La Iglesia tiene la responsabilidad de que el reino espiritual e invisible de Cristo se haga visible en la tierra. Que las personas vengan a formar parte de este reino. Esto sucede cuando el evangelio es predicado y las personas nacen de nuevo. Nadie puede ver el reino de Dios si no ha nacido de nuevo (Juan 3:3). Que las almas sean trasladadas tal como hemos sido nosotros, del reino de las tinieblas de Satanás al reino de Cristo.

Colosenses 1:15 El cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas y nos ha trasladado al reino de su amado Hijo.

El mundo se rebela y no se somete al reinado de Cristo (Salmo 2:2-3) pero Cristo se burla de ellos (Salmo 2:4…)

Sea hecha tu voluntad

El hacer la voluntad de Dios es sumamente importante. El deseo de cada creyente en la oración debe ser que la voluntad de Dios sea hecha tanto en su vida como en los demás. Que la obediencia de parte de su pueblo sea hecha manifiesta. Que sus mandamientos sean guardados. Que el evangelio del reino sea predicado. Que el pueblo sea edificado.

Romanos 12:2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cual es la voluntad de Dios, agradable y perfecta.

El creyente debe buscar activamente la voluntad de Dios. El hacer la voluntad de Dios es lo que hace la diferencia entre uno que es verdaderamente un hijo de Dios y uno que no lo es. Jesús mismo dijo:

Mateo 7:21 No todo el que me dice Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.

Antes de decir estas palabras Jesús dijo: "Por sus frutos los conoceréis". Pero después dijo la parábola de los dos hombres que construyeron sus casas, uno sobre la roca y otro sobre la arena. El que construyó sobre la roca lo hizo de acuerdo a la voluntad de Dios. Construyo sobre la palabra de Dios. La Biblia es la roca que contiene la Palabra de Dios de acuerdo a su voluntad. El verdadero creyente va a la Palabra y funda su casa (su vida) sobre ella, pero el que no es verdadero no lo hace.

La Biblia está llena de instrucciones acerca de cómo debemos conducir nuestra vida. Es importante oír la Palabra pero mucho más importante es ser hacedores de la Palabra.

Santiago 1:22 Pero sed hacedores de la Palabra no tan solo oidores...

Esa es la voluntad de Dios. Que seamos hacedores de la Palabra. No podemos orar, "hágase tu voluntad" si no estamos viviendo en esa voluntad. No hay ningún misterio en esto. La voluntad de Dios se hará en la tierra a medida que personas como usted y yo estemos dispuestos a obedecer y no a poner excusas baratas por lo cual no puede ser este o aquello.

Juan 14:21 El que tiene mis mandamientos y los guarda, ese es el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a Él.

En la tierra como en el Cielo

No hay duda de que la voluntad de Dios se hace en el cielo. En el cielo, los Ángeles adoran a Dios sin cuestionarle. Sin embargo en la tierra, el hombre cuestiona todo. Aún los creyentes cuestionan las enseñanzas más simples de la Biblia. Todo lo que el hombre desea hacer es su voluntad y no la voluntad de Dios.

De la única manera que la voluntad de Dios será hecha en el cielo como en la tierra, será cuando comencemos a aceptar esta voluntad revelada en su Palabra y pongamos nuestras ideas y conceptos a un lado.

Danos el pan Diario (El pan de cada día dánoslo hoy)

De la misma manera que Dios cuida de los animales del campo, de la misma manera que Dios cuidó de su pueblo en el desierto (Salmo 105), así Dios cuidará de sus hijos. Como vemos, Dios desea que le pidamos el pan diario, es decir el de HOY. Hay un dicho que dice: Ayer es historia, Mañana es Misterio, pero hoy es un regalo, por eso le decimos "presente". Dios nos ha dado el día de hoy como un presente. Mañana quizás no llegue. Confiemos pues en Dios quién es poderoso para darnos nuestro pan cada día.

El apóstol Pablo dice:

Filipenses 4:19 Mi Dios, pues suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.

El creyente debe de confiar en Dios. Él es nuestro suplidor. Él está al tanto de todo lo que nos hace falta y puede y desea suplirnos. La relación con Dios debe ser diaria, si queremos ver la bendición de Dios diariamente. Quizás usted nunca llegue a ser millonario pero si le es fiel a Dios y es obediente y es justo y hace su voluntad, entonces usted podrá decir como dijo el salmista:

Salmo 37:25 Joven fui y he envejecido, y no he visto justo desamparado, ni su simiente que mendigue pan.

Perdona nuestras deudas como nosotros perdonamos a nuestros deudores

Esta es una de las partes más peligrosas y más serias de esta oración. Muchos al orar saltarían esta parte si supieran y meditaran sobre lo que se está diciendo. Estamos diciendo a Dios que nos perdone nuestras faltas de la misma manera y al mismo grado que nosotros perdonamos a los que nos ofenden.

Quizás alguien pueda discutir sobre todas las razones para no perdonar a alguien. Puede haber miles buenas razones para que una persona no perdone a otra, pero ninguna debiera ser tan buena como para evitar que el perdón de Dios llegue a su vida.

Simplemente hablando, Dios no perdona a quién no puede perdonar. Le recomiendo que lea la historia (parábola) en Mateo 18-23-35 para un ejemplo de la severidad de Dios contra aquellos que no pueden perdonar a sus semejantes.

Jonathan Edwards En su famoso sermón "La justicia de Dios en la condenación de los pecadores" dijo:

"Cualquier pecado es más o menos odioso según sea el honor y majestad de quién hemos ofendido. Puesto que Dios es de infinito honor, infinita majestad e infinita santidad, el menor pecado es de infinita consecuencia"

Delante de Dios no existen pecaditos pequeños y mentiritas blancas. Cualquier mínimo pecado es grande delante de Dios. El no perdonar a los que nos deben es insultar a Dios.

El perdón a los demás es algo que Dios espera de nosotros. No podemos esperar un premio por haber perdonado ya que ese es nuestro deber. (Lucas 17:10) El creyente debe pedir constantemente perdón a Dios por sus faltas. (1 Juan 1:5-10). Y debe perdonar a otros las faltas.

El creyente que no puede perdonar las faltas a otros pone en duda su fe. Es imposible que una persona esté llena de amor de Dios, que tiene el Espíritu Santo y que haya nacido de Dios no pueda perdonar al que le ha hecho mal.

No nos metas en tentación, mas líbranos del maligno

Dios prueba pero no Tienta. La prueba tiene como propósito el crecimiento en nuestra fe, pero la tentación tiene como fin nuestra destrucción y el pecado. Es pedir a Dios que nos cerque nuestras vidas para que no caigamos en lazo del Diablo. Tal como Jesús pide en su "Oración Sumo Sacerdotal" (Juan: 17:15) "no los saques del mundo, guárdalos del mal".

Creo que existen dos maneras en las que el Satanás puede tocarnos, Primero, sola y únicamente con permiso de Dios. Job (Job) / Pedro (Lucas 22:31-32) / Pablo ( ) son ejemplos de esto. Y segundo si se le da lugar. (Efesios 4:27)

Jesús como nuestro Sumo Sacerdote, intercede por nosotros delante del Padre en el cielo. (Hebreos 4:15)

Porque tuyo es el reino el poder y la gloria

Aunque esta porción no se haya en algunos manuscritos, es aún así una forma apropiada para terminar nuestra plegaria a Dios. Alabando su nombre, como comenzamos. La alabanza nunca está de más en nuestras oraciones y Dios se agrada que le adoremos. Que mejor que terminar nuestra oración dándoles gracias y reconociendo que todo lo que le hemos pedido no puede ser si él así no lo desea y lo provee.


Más tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que te ve en lo secreto; y tu Padre que ve en secreto te recompensará en público.

Mateo 6:6


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