¿Son llamados los Cristianos a Pagar Diezmos?
Jorge L. Trujillo
El asunto de los diezmos es uno que siempre ha traído algún tipo de conflicto ó dudas entre los creyentes. Son muchos los cristianos honestos y sinceros que andan confundidos porque unos dicen que sí se debe de diezmar y otros que no se debe diezmar. Aunque son muchas las opiniones, es la Biblia la que nos debe guiar a la verdad.
La Historia del Diezmo en Israel
La palabra 'diezmo' significa 'la décima parte'. El diezmo fue incorporado en la ley de Moisés con el propósito de mantener la tribu de Leví, los sacerdotes de la nación que servían en el templo y no tenían tierra fija asignada a ellos. Esta tribu moraba en toda la tierra como sacerdotes para Dios y no tenían ninguna otra forma de mantenimiento económico ya que el trabajo de ellos era el de servir en el altar. Esta tribu de sacerdotes existía aparte de los 'Sumos Sacerdotes' que eran descendientes de Aarón. Así que el mantenimiento de esta tribu y de todo el sacerdocio dependía de la contribución o 'diezmo' del resto del pueblo. Cuando el pueblo no diezmaba, o no lo hacía correctamente, el sacerdocio y el servicio a Dios sufría las consecuencias.
Los Israelitas debían por obligación y mandato diezmar de todo (los animales, la cosecha, los granos, los frutos, etc.) y los levitas que recibían el diezmo del pueblo debían también ofrendar a Dios 'el diezmo' de todo lo recibido.
Números 18 (NVI)
Privilegios de los levitas
20 El Señor le dijo a Aarón: «Tú no tendrás herencia en el país, ni recibirás ninguna porción de tierra, porque yo soy tu porción; yo soy tu herencia entre los israelitas.21 »A los levitas les doy como herencia, y en pago por su servicio en la *Tienda de reunión, todos los diezmos de Israel. 22 Si los israelitas volvieran a cometer el pecado de acercarse a la Tienda de reunión, morirían. 23 Por eso únicamente los levitas servirán en la Tienda de reunión y cargarán con la culpa de los israelitas. El siguiente es un estatuto perpetuo para todas las generaciones venideras: Los levitas no recibirán herencia entre los israelitas, 24 porque yo les he dado como herencia los diezmos que los israelitas ofrecen al Señor como contribución. Por eso he decidido que no tengan herencia entre los Israelitas.»
El diezmo de los diezmos
25 El Señor le ordenó a Moisés 26 que les dijera a los levitas: «Cuando reciban de los israelitas los diezmos que les he dado a ustedes como herencia, ofrézcanme, como contribución, el diezmo de esos diezmos. 27 La contribución que ustedes me presenten les será contada como si fuera trigo de la era o mosto del lagar.
El diezmo era aparte de las ofrendas de libre voluntad, ofrendas especiales, los votos ofrecidos. En su artículo "Financial Faithfulness" (Fidelidad Financiera), J. Hampton Keathley III de Bible.org, menciona que había dos o posiblemente tres tipos de diezmos asignados a la nación de Israel:
(1) El primero era el diez por ciento de todas las posesiones (Lev. 27:30-33). Esto era entregado a los levitas para su uso en el ministerio en el templo (Números 18:20-21).
(2) Un segundo diezmo era tomado de todo producto agrícola que quedara después de que el primer diezmo era presentado. Este diezmo era para las fiestas del Señor y los Sacrificios (Deuteronomio 12:17-18; 14:22). "Este mandamiento era considerado por los intérpretes judíos como un segundo diezmo (ver Lev. 27:30 y Num. 18:21 [para el primero; Además la nota en Malaquías 3:8), el cual era traído al santuario central en producto o en dinero. Aparentemente el que ofrecía el diezmo podía usar parte de este diezmo para la fiesta en el santuario (vv. 26-27)."1
(3) Otro diezmo era tomado cada tres años para el beneficio de los Levitas, extranjeros, huérfanos y viudas (Deut. 14:26-29). Este tercer diezmo podía haber sido separado del segundo, aunque no estamos seguros. De cualquier manera, cada familia judía era responsable de dar no el diez por ciento, sino aproximadamente 19 por ciento.
El Nuevo Testamento
¿Existe mandamiento para diezmar en el Nuevo Testamento? No vemos en el Nuevo Testamento instrucción u orden 'directa' alguna para dar el diezmo a la congregación o iglesia, ni a los pastores o líderes de la congregación.
Eso, sin embargo no significa que no haya mandamientos indirectos dobde en varias ocasiones se le informa a la iglesia de su deber de sostener a sus ministros. Es lo que llamo un mandamiento 'indirecto' como veremos abajo.
Creemos que hay dos razones posibles por la cual no se indica en el Nuevo Testamento a que se diezme, es porque Dios espera que los Cristianos, no solo den parte de lo que poseen sino que se den en una entrega total de todo lo que son, su vida, su tiempo, su familia y por supuesto sus posesiones, lo cual incluye el dinero. Y dos, porque el mandamiento 'indirecto' es una continuación modificada del mandamiento y práctica del Antiguo Testamento.
El diez por ciento es un buen principio para comenzar a dar. Si lo era en el Antiguo Testamento, ¿Por qué no en el Nuevo?
Ofrendas y Diezmos o Ofrendas vs. Diezmos
Como solía ser en el Antiguo Testamento vemos también que en el Nuevo Testamento hay un modo de dar basado en ‘Diezmos' (indirectamente) y Ofrendas’ (directamente). Sin embargo, el método presentado a nosotros tiene que ver más con dar voluntariamente, con alegría y gratitud de corazón dando ofrendas de acuerdo a como Dios nos haya prosperado, y los diezmos según se aprecia la obra de los que están ministrando. El apóstol Pablo presenta los principios del dar en la carta a los Corintios, y aunque el tema principal en esta carta es una ofrenda especial para ser compartida a una congregación en necesidad (la de Jerusalén), no obstante, presenta muy buenos principios que pueden ser útiles para todos los cristianos.
2 Corintios 8 (NVI) 7 Pero ustedes, así como sobresalen en todo --en fe, en palabras, en conocimiento, en dedicación y en su amor hacia nosotros--, procuren también sobresalir en esta gracia de dar. 8 No es que esté dándoles órdenes, sino que quiero probar la sinceridad de su amor en comparación con la dedicación de los demás.
12 Porque si uno lo hace de buena voluntad, lo que da es bien recibido según lo que tiene, y no según lo que no tiene. 13 No se trata de que otros encuentren alivio mientras que ustedes sufren escasez; es más bien cuestión de igualdad. 14 En las circunstancias actuales la abundancia de ustedes suplirá lo que ellos necesitan, para que a su vez la abundancia de ellos supla lo que ustedes necesitan. Así habrá igualdad, 15 como está escrito: "Ni tuvo demasiado el que recogió mucho ni le faltó al que recogió poco."*
La manera en que una persona da ofrendas para el Señor, es un reflejo de su condición espiritual. Aquellos que dan pobremente, demuestran tener poca fe y confianza en Dios quien es el que provee al creyente todo lo que les falta.
2 Corintios 9 (NVI) 1 No hace falta que les escriba acerca de esta ayuda para los santos, 2 porque conozco la buena disposición que ustedes tienen. Esto lo he comentado con orgullo entre los macedonios, diciéndoles que desde el año pasado ustedes los de Acaya estaban preparados para dar. El entusiasmo de ustedes ha servido de estímulo a la mayoría de ellos
5 Así que me pareció necesario rogar a estos hermanos que se adelantaran a visitarlos y completaran los preparativos para esa generosa colecta que ustedes habían prometido. Entonces estará lista como una ofrenda generosa,* y no como una tacañería. 6 Recuerden esto: El que siembra escasamente, escasamente cosechará, y el que siembra en abundancia, en abundancia cosechará.* 7 Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría. 8 Y Dios puede hacer que toda gracia abunde para ustedes, de manera que siempre, en toda circunstancia, tengan todo lo necesario, y toda buena obra abunde en ustedes. 9 Como está escrito: "Esparció y dio a los pobres; su justicia permanece para siempre."* 10 El que le suple semilla al que siembra también le suplirá pan para que coma, aumentará los cultivos y hará que ustedes produzcan una abundante cosecha de justicia. 11 Ustedes serán enriquecidos en todo sentido para que en toda ocasión puedan ser generosos, y para que por medio de nosotros la generosidad de ustedes resulte en acciones de gracias a Dios. 12 Esta ayuda que es un servicio sagrado no sólo suple las necesidades de los santos sino que también redunda en abundantes acciones de gracias a Dios. 13 En efecto, al recibir esta demostración de servicio, ellos alabarán a Dios por la obediencia con que ustedes acompañan la confesión del evangelio de Cristo, y por su generosa solidaridad con ellos y con todos. 14 Además, en las oraciones de ellos por ustedes, expresarán el afecto que les tienen por la sobreabundante gracia que ustedes han recibido de Dios. 15 ¡Gracias a Dios por su don inefable!
El Diezmo era una obligación que fue impuesta al pueblo. Las ofrendas siempre han sido voluntarias pero esperadas. El ofrendar no es asunto no de obligación sino de fe, gratitud y reconocimiento de la grandeza de Dios.
Cuando la Biblia menciona el diezmo por primera vez, no lo hace en referencia a la ley y al pueblo de Israel sino en referencia a Abraham, mucho antes de que el pueblo de Israel se formara como nación y que la Moisés recibiera la ley en el Monte Sinaí.
Abraham el padre de la fe y de los creyentes (Romanos 4) fue el primer ejemplo bíblico de un diezmador que dio su diezmo no a otro sino a Cristo mismo en la persona de Melquisedec:
Génesis 14: 18 Entonces Melquisedec, rey de Salem, sacó pan y vino; el cual era sacerdote del Dios alto; 19 Y bendíjole, y dijo: Bendito sea Abram del Dios alto, poseedor de los cielos y de la tierra; 20 Y bendito sea el Dios alto, que entregó tus enemigos en tu mano. Y dióle Abram los diezmos de todo.
Hebreos 7: 1 PORQUE este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, el cual salió á recibir á Abraham que volvía de la derrota de los reyes, y le bendijo, 2 Al cual asimismo dió Abraham los diezmos de todo, primeramente él se interpreta Rey de justicia; y luego también Rey de Salem, que es, Rey de paz; 3 Sin padre, sin madre, sin linaje; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, mas hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre. 4 Mirad pues cuán grande fue éste, al cual aun Abraham el patriarca dio diezmos de los despojos. 5 Y ciertamente los que de los hijos de Leví toman el sacerdocio, tienen mandamiento de tomar del pueblo los diezmos según la ley, es á saber, de sus hermanos aunque también hayan salido de los lomos de Abraham. 6 Mas aquél cuya genealogía no es contada de ellos, tomó de Abraham los diezmos, y bendijo al que tenía las promesas. 7 Y sin contradicción alguna, lo que es menos es bendecido de lo que es más. 8 Y aquí ciertamente los hombres mortales toman los diezmos: mas allí, aquel del cual está dado testimonio que vive. 9 Y, por decirlo así, en Abraham fué diezmado también Leví, que recibe los diezmos; 10 Porque aun estaba en los lomos de su padre cuando Melchîsedec le salió al encuentro. 11 Si pues la perfección era por el sacerdocio Levítico (porque debajo de él recibió el pueblo la ley) ¿qué necesidad había aún de que se levantase otro sacerdote según el orden de Melchîsedec, y que no fuese llamado según el orden de Aarón? 12 Pues mudado el sacerdocio, necesario es que se haga también mudanza de la ley. 13 Porque aquel del cual esto se dice, de otra tribu es, de la cual nadie asistió al altar. 14 Porque notorio es que el Señor nuestro nació de la tribu de Judá, sobre cuya tribu nada habló Moisés tocante al sacerdocio. 15 Y aun más manifiesto es, si á semejanza de Melchîsedec se levanta otro sacerdote, 16 El cual no es hecho conforme á la ley del mandamiento carnal, sino según la virtud de vida indisoluble; 17 Pues se da testimonio de él: Tú eres sacerdote para siempre, Según el orden de Melchîsedec. 18 El mandamiento precedente, cierto se abroga por su flaqueza é inutilidad; 19 Porque nada perfeccionó la ley; mas hízolo la introducción de mejor esperanza, por la cual nos acercamos á Dios. 20 Y por cuanto no fué sin juramento, 21 (Porque los otros cierto sin juramento fueron hechos sacerdotes; mas éste, con juramento por el que le dijo: Juró el Señor, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote eternamente Según el orden de Melchîsedec:) 22 Tanto de mejor testamento es hecho fiador Jesús. 23 Y los otros cierto fueron muchos sacerdotes, en cuanto por la muerte no podían permanecer. 24 Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable: 25 Por lo cual puede también salvar eternamente á los que por él se allegan á Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. 26 Porque tal pontífice nos convenía: santo, inocente, limpio, apartado de los pecadores, y hecho más sublime de los cielos; 27 Que no tiene necesidad cada día, como los otros sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus pecados, y luego por los del pueblo: porque esto lo hizo una sola vez, ofreciéndose á sí mismo. 28 Porque la ley constituye sacerdotes á hombres flacos; mas la palabra del juramento, después de la ley, constituye al Hijo, hecho perfecto para siempre.
Consideramos que los verdaderos creyentes deben de dar 'el todo de todo’, sus fuerzas, sus ganancias, y su tiempo para aquel quien ha sido hecho sumo sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec, a Cristo por medio de su Iglesia (su cuerpo).
Diezmos y la Iglesia del Nuevo Testamento
Algunos sostienen que el Nuevo Testamento no habla absolutamente nada de recolección de diezmos en la iglesia y que la razón por la cual muchos pastores 'demandan' el diezmo es simple, para levantar fondos. Parece que si no se 'demanda' las personas simplemente 'no dan' o dan muy poco. De hecho, hemos escuchado de algunos líderes que hoy día han ido al extremo de 'demandar' a sus feligreses tres tipos de dádivas monetarias: (1) primicias, el primer cheque del año completo debe ser dado a la iglesia (2) diezmos, la décima parte del resto de las ganancias del año, y (3) Ofrendas, cuando estas son pedidas para cualquier necesidad o asunto que se presente a la discreción de los líderes.
Los diezmos en el Antiguo Testamento tenían como propósito alimentar los sacerdotes y levitas y venos un patrón semejante en cuanto a los ministros del Nuevo Testamento.
Es cierto que las congregaciones necesitan fondos para funcionar. La obra de Dios se mueve con el dinero que dan los feligreses. Se necesita dinero para pagar los gastos del local de reunión, el agua, la luz, teléfonos, imprenta, difusión, etc. La obra misionera, el ministerio de benevolencias, y aun el trabajo del pastor requiere de fondos monetarios para que puedan ser llevados a cabo. La Iglesia primitiva reconoció esta verdad y practicaban el dar de una forma muy espontánea y liberal:
Hechos 4:32: Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común.
Dar es un asunto de fe, cuando los creyentes dan de todo corazón, sin opresión, no por necesidad o compulsivamente, no por obligación demuestran que VERDADERAMENTE son hijos de Abraham por medio de la fe. Las ofrendas y/ o diezmos no son ni deben ser nunca medios para comprar posición ni favor dentro de la Iglesia. Es cierto que las ofrendas son una manera de conocer la espiritualidad de los cristianos pero no por el simple hecho de que alguien dé sus ofrendas, le gana un lugar de mérito en la congregación. La iglesia no es una empresa pública con acciones en la bolsa, donde el más que diezma más poder obtiene. Las bendiciones del ofrendar deben ser esperadas de parte de Dios de la manera que El quiera y no por posiciones y/ o poder eclesiástico.
Muchos utilizan Malaquías 3 para demostrar que los creyentes que no diezman están bajo maldición pero esto no es cierto en el sentido de que quien no diezma llegue a perder su salvación o perder el favor de Dios como ocurría en el Antiguo Testamento. Las maldiciones de la ley eran a consecuencia de desobedecer lo que Dios había demandado y estipulado. A los creyentes no se le 'demanda' dar ofrendas y diezmos, sino que como el apóstol Pablo dice:
2 Corintios 8: 7 Pero ustedes, así como sobresalen en todo --en fe, en palabras, en conocimiento, en dedicación y en su amor hacia nosotros*--, procuren también sobresalir en esta gracia de dar. 8 No es que esté dándoles órdenes, sino que quiero probar la sinceridad de su amor en comparación con la dedicación de los demás.
Las amenazas de la ley no afectan al creyente de la misma manera porque no estamos bajo maldición sino que 'en Cristo' hemos sido bendecidos con TODA bendición espiritual.
Gálatas 3:13 Cristo nos rescató de la maldición de la ley al hacerse maldición por nosotros, pues está escrito: "Maldito todo el que es colgado de un madero." 14 Así sucedió, para que, por medio de Cristo Jesús, la bendición prometida a Abraham llegara a las naciones, y para que por la fe recibiéramos el Espíritu según la promesa.
El creyente no da para librarse de maldición, sino porque ha sido libertado de la maldición. El Cristiano da los diezmos (u ofrendas) como agradecimiento a Dios por haberle librado de maldición, y reconociendo que al hacerlo con gozo y felicidad en el corazón el creyente recibe el fruto de lo que siembra.
Si alguien siembra para el espíritu (las cosas de Dios) del espíritu cosechará bendiciones. Eso es, sin embargo, un punto de extrema importancia. Algunos hemos tenido experiencias de ver la mano de Dios en su provisión frente a la escasez y la necesidad que hemos enfrentado.
La Ofrenda, una forma de Adoración
En realidad el 'ofrendar' es una forma de adoración. Los cristianos no solamente adoran a Dios cuando dicen 'aleluya' y 'gloria Dios' sino que adoran también cuando traen su ofrenda al altar. Dios se agrada de nuestra ofrenda de acuerdo a la medida y disposición que nosotros lo hacemos. No es la cantidad (en comparación a otros) lo que importa sino la cantidad y la calidad en comparación a nosotros mismos. La ofrenda de la viuda fue solamente dos blancas pero ante Dios fue mucho más que todos los demás que dieron mayor cantidad que ella porque era todo lo que tenía:
Marcos 12:41-43
41 Estando Jesús sentado delante del arca de la ofrenda, miraba cómo el pueblo echaba dinero en el arca; y muchos ricos echaban mucho. 42 Y vino una viuda pobre, y echó dos blancas, o sea un cuadrante. 43 Entonces llamando a sus discípulos, les dijo: De cierto os digo que esta viuda pobre echó más que todos los que han echado en el arca; 44 porque todos han echado de lo que les sobra; pero ésta, de su pobreza echó todo lo que tenía, todo su sustento.
El Apóstol Pablo nos dice que el dar 'ofrenda' es una gracia (2 Corintios 8:7), es un privilegio (2 Corintios 8:4), especialmente cuando se trata de ayudar a otros menos afortunados. La gracia del ofrendar debe ser por lo tanto abundante (2 Corintios 8:7). Es por lo tanto importante que la 'ofrenda' sea dada con un corazón limpio para que también sea aceptada por Dios:
Mateo 5: 23 Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, 24 deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.
Dios bendice al dador alegre y aunque decimos como Pablo que no se tiene que dar de lo que no se tiene sino de lo que se tiene, recordamos que todos podamos dar aunque sea un poco. Recuerdo las palabras que oí de un ministro amigo mío quien dijo que "algunos no tienen para dar porque no dan para tener". ¡Y eso puede ser muy cierto!
La Recompensa Financiera de los Obreros (el diezmo indirecto)
El creyente que da libre y voluntariamente a Cristo quien está representado por aquellos que predican el evangelio ya sea en iglesias o ministerios, demuestra que está haciendo su tesoro en los cielos y no en la tierra, que tiene su mirada puesta en las cosas de arriba y no en lo terrenal. Aquellos que trabajan en la obra del Señor tienen derecho a recibir el fruto de su trabajo para su 'sustento', mas no para su 'enriquecimiento'; hay una gran diferencia.
Sobre este punto existe cierta continuidad entre el Antiguo y Nuevo Testamento. Aunque en el Nuevo Testamento no existe una clase especial de sacerdotes como la había en el Antiguo Testamento (ahora todos los creyentes son sacerdotes para Dios), a semejanza del Antiguo Testamento el ministro/ líder espiritual puede y tiene derecho a recibir compensación por su trabajo si opta por ello, ese es su 'derecho'.
Si el ministro está dedicado a la obra a tiempo completo no está mal que se le remunere por su trabajo. La iglesia debe ocuparse de cuidar de sus pastores en el aspecto financiero.
El ministro no debe enriquecerse ni vivir lujosamente a expensas de aquellos que dan sus ofrendas a la iglesia, pero no peca si recibe compensación por el trabajo que hace y el que recibe instrucción debe de reconocer la obra del que le instruye:
Gálatas 6: 5 Que cada uno cargue con su propia responsabilidad.6 El que recibe instrucción en la palabra de Dios, comparta todo lo bueno con quien le enseña. 7 No se engañen: de Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra.
1 Corintios 9 (NVI) 7 ¿Qué soldado presta servicio militar pagándose sus propios gastos? ¿Qué agricultor planta un viñedo y no come de sus uvas? ¿Qué pastor cuida un rebaño y no toma de la leche que ordeña? 8 No piensen que digo esto solamente desde un punto de vista humano. ¿No lo dice también la ley?9 Porque en la ley de Moisés está escrito: "No le pongas bozal al buey cuando trilla."* ¿Acaso se preocupa Dios por los bueyes, 10 o lo dice más bien por nosotros? Por supuesto que lo dice por nosotros, porque cuando el labrador ara y el segador trilla, deben hacerlo con la esperanza de participar de la cosecha. 11 Si hemos sembrado semilla espiritual entre ustedes, ¿será mucho pedir que cosechemos de ustedes lo material?* 12 Si otros tienen derecho a este sustento de parte de ustedes, ¿no lo tendremos aún más nosotros? Sin embargo, no ejercimos este derecho, sino que lo soportamos todo con tal de no crear obstáculo al evangelio de Cristo.
I Timoteo 5: 17 Los ancianos que dirigen bien los asuntos de la iglesia son dignos de doble honor, especialmente los que dedican sus esfuerzos a la predicación y a la enseñanza. 18 Pues la Escritura dice: "No le pongas bozal al buey que trilla", y "El trabajador merece que se le pague su salario".
El Nuevo Testamento habla del traer los frutos de nuestra prosperidad con referencia a los que son de la fe y no están bajo la ley. La ofrenda que dio Abraham nuestro padre, 400 años antes de la ley de Moisés fue el diez por ciento de todo lo que nos da indicio de que esta medida es un buen comienzo para todo creyente.
Romanos 12: 6 Tenemos dones diferentes, según la gracia que se nos ha dado. Si el don de alguien es el de profecía, que lo use en proporción con su fe;* 7 si es el de prestar un servicio, que lo preste; si es el de enseñar, que enseñe; 8 si es el de animar a otros, que los anime; si es el de socorrer a los necesitados, que dé con generosidad; si es el de dirigir, que dirija con esmero; si es el de mostrar compasión, que lo haga con alegría. 9 El amor debe ser sincero. Aborrezcan el mal; aférrense al bien.
2 Corintios 9 (RVA): 6 Esto empero digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra en bendiciones, en bendiciones también segará. 7 Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ó por necesidad; porque Dios ama el dador alegre. 8 Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia; á fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo que basta, abundéis para toda buena obra.
El cristiano de hoy debe estar alerta y al tanto de lo que ocurre dentro de la congregación donde asiste y lo que hacen sus líderes. El simple hecho de que un edificio tenga el nombre de "iglesia" al frente no significa que lo sea verdaderamente. Hay algunos hombres (y mujeres) que montan un negocio familiar o personal y le ponen al frente un rotulo de "iglesia" pero en realidad no lo son sino que han hecho del nombre de Cristo una fuente de ganancia.
1 Timoteo 6:5 ...hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia; apártate de los tales.
Por tal razón, Pablo aconseja a Timoteo que busque la ganancia espiritual de una vida piadosa llena de contentamiento sea en mucho o en poco pero que no busque enriquecerse de las ovejas
1 Timoteo 6:5-14 Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; 7 porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. 8 Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. 9 Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; 10 porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores. 11 Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. 12 Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos. 13 Te mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Jesucristo, que dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilatos, 14 que guardes el mandamiento sin mácula ni reprensión, hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo.
Tristemente hoy día hay muchos ministros asalariados que viven como ricos y millonarios con lo obtenido de los feligreses. Manejan carros lujosos, tienen mansiones y posesiones extremas las cuales han conseguido por medio de las dádivas de sus seguidores a quienes han prometido 'bendiciones' por dar a ellos su dinero. Otros han establecido negocios gracias a la "posición" y "unción" que han alcanzado dentro del "ministerio". Tienen negocios "cristianos" de todo tipo, desde venta de libros, de música, de videos (DVDs), de espectáculos, de conferencias, etc; para lucro personal y no beneficio de la obra de Dios. Otros construyen edificios como monumentos a sí mismos que son vistos por sus seguidores como la 'marca' de su logro y su espiritualidad.
Es cierto, hay gente que le 'venden' a sus seguidores un mensaje "poderoso" y "bíblico" lleno de 'ofertas y promesas' a cambio de las ofrendas, de los diezmos o de las primicias. Estas son gentes que han hecho un gran arte de 'mercaderes' vendiendo palabras fingidas y lágrimas actuadas con el fin de obtener 'dinero':
2 Pedro 2 1 Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. 2 Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, 3 y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme.
Esto sin embargo no debe ser visto como un obstáculo para ayudar aquellos quienes hacen una obra fiel y dan su vida por las almas y por la causa del evangelio.
Práctica del Dar
Al ser una forma de adoración, y tanto un privilegio como deber de cada creyente capaz de hacer, el dar ofrendas debe ser parte continua del servicio y mayordomía Cristiana. El Apóstol Pablo estableció una norma a seguir, que las ofrendas sean dadas 'una vez a la semana', el primer día o domingo. En vez de dar un dólar en cada culto o reunión, es mejor que cada persona traiga el primer día de la semana su ofrenda a la iglesia.
1 Corintios 16:2 Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas.
De esta manera se hace la vida mucho más fácil tanto para los que dan como para los que recogen. Normalmente las personas cobran semanalmente o de cada dos semanas el Jueves o Viernes, por eso cuando llegue el día domingo, el día de reunión de los santos pueden tener algo separado según Dios les ha prosperado para dar al beneficio de la obra.
Conclusión
Finalmente podemos concluir lo siguiente, decir que el creyente no está bajo la ley de Moisés es totalmente cierto. Decir que no se debe dar ofrendas y diezmos, NO ES totalmente cierto, pues Abraham no estaba bajo la ley de Moisés cuando dio los diezmos a Melquisedec (tipo de Cristo) y la iglesia es el cuerpo de Cristo. Así que cuando se da a la Iglesia, se está dando a Cristo, su cabeza, tal como lo hizo Abraham. Los cristianos de la iglesia primitiva nos dan un buen ejemplo en cuanto al dar a la obra abnegadamente y sin reservas, tal cosa indica el agradecimiento que tiene el creyente hacia Dios y el deseo que tiene de que la obra continúe adelante.
En cuanto a establecer que la cantidad mínima es el diez por ciento podría ser cierto basado en el principio que encontramos en Abraham, el Padre de la fe. La ofrenda especial (aparte de los diezmos) que puede ser usada para necesidades especiales como en el caso de 2 Corintios 8, debe ser de acuerdo a lo que ha sido propuesto en el corazón de cada uno. Sin embargo, si alguno encuentra muy difícil dar el diez por ciento, puede comenzar con menos, pero debe hacerse.
El cristiano no debe auto limitarse a una cantidad máxima limitada al diez por ciento, puede ser más; repetimos, "cada cual debe dar según propone en su corazón" pero no demasiado poco que no le sienta sacrificio (no las sobras), y tampoco demasiado mucho que sufra necesidad. El pagar diezmos para la nación de Israel (bajo el Antiguo Pacto) fue obligatorio, para los cristianos (bajo el Nuevo Pacto) es voluntario pero esperado. Dios espera que lo hagamos con alegría. Dios bendice al dador alegre. Otro punto importante y que no debemos pasar por algo es que el dar no solo se refiere al dinero sino a todo lo que somos. Debemos dar primero que nada todo nuestro corazón a Dios y a su obra que es la iglesia, de eso depende si también damos nuestro tiempo, fuerzas y dinero. ¡Amén!
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Escrito: 01/2002
Reivsado: 06/04/2007
Última Revisión: 03/23/2023