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FALACIAS EN LA LOGICA ARMINIANA

por  

Roger Smalling, D. Min. 

1. Dios no nos puede ordenar hacer algo que no podemos. 

O ‘Dios no nos mandaría hacer algo que no podemos hacerlo’. Dios dio la Ley a Moisés, los Diez Mandamientos, para revelar lo que el ser humano no puede hacer, no aquello que sí puede. 

A. Esta premisa no corresponde a las Escrituras. Dios entregó la ley por dos razones: para dar a conocer el pecado y aumentarlo para no dejar ninguna posibilidad de que el hombre declare su propia justicia. ¿Por qué? Porque en el contexto, el hombre no hace justicia. Como Martín Lutero le dijera a Erasmo: cuando termines todos tus mandatos y exhortaciones del Antiguo Testamento, yo escribiré Romanos 3:20 sobre todo aquello. ¿Por qué tratar de demostrar el libre albedrío con exhortaciones del Antiguo Testamento, cuando éstas fueron dadas para probar la pecaminosidad humana? Están allí para demostrar lo que no podemos hacer, no lo que sí podemos.  

Así es, Dios dio sus mandamientos que el humano no puede cumplir. Por lo tanto, dichos mandatos y exhortaciones no constituyen prueba del libre albedrío. En ningún sitio de la Escritura existe algún indicio de que Dios dé órdenes a los humanos para demostrar que son capaces de seguirlas. 

B. Esta premisa es irracional. Puede existir un sinnúmero de razones para ordenar a alguien hacer algo, fuera de asumir que puede hacerlo. El propósito podría ser, como se mencionó antes, demostrar a la persona su incapacidad de seguir la orden. Por consiguiente, no se puede deducir NADA en cuanto a la capacidad, partiendo de la orden dada. 

2. Si nuestro albedrío es libre, no somos los responsables 

O, “si no es libre, no es nuestra responsabilidad”. Esto quiere decir que si somos incapaces de tomar una decisión contraria, entonces nuestras voluntades no son libres. Por lo tanto, estamos completamente atados en el pecado y no podemos hacer nada aparte de pecar, quedando así libres de responsabilidad de tales pecados. Esto es irracional porque la suposición básica es la idea de neutralidad.

A. La Biblia no presenta el concepto de libertad de esta forma. Según la Escritura, la libertad se describe como santidad. La suma libertad es la santidad absoluta. Siendo esto verdad, Dios es el ser más absolutamente libre del universo. De otra forma, debemos decir que Dios es el ser más esclavizado del universo porque El es el menos neutral en temas morales.

B. Asimismo, si afirmamos que la atadura elimina la responsabilidad, entonces la mejor manera de evitarnos la responsabilidad de nuestros pecados sería estar lo más atados a ellos que fuera posible. El ebrio que está atado al alcoholismo no sería responsable de sus actos. ¿Deberemos animar a que la gente peque lo que más pueda, ya que no tienen responsabilidad alguna?

C. Toda la idea de una voluntad neutral es un absurdo. Si las decisiones de la voluntad no son determinadas por la naturaleza interna de la persona, entonces en qué sentido puede decirse que tales decisiones sean resultado de una decisión de la persona misma? ¿Cómo podría en realidad una decisión ser moral si es moralmente neutral?

3. Para que el amor sea real, debe existir la posibilidad de rechazo

Dios quiere que lo amemos libremente, no por obligación. Por lo tanto, el ser humano caído debe ser capaz de amar a Dios. Pero, simplemente escoge amar otras cosas.

A. La Escritura nos enseña que el amor a Dios es un producto de Su gracia. I Tim. 1:14. Si es necesaria la gracia para que podamos amar a Dios, es obvio que no teníamos la capacidad de amarlo antes de que nos llegara la gracia. De aquí también se desprende que no se nos es dada la gracia porque escojamos amar a Dios, sino que podemos amarlo porque nos fue dada Su gracia. La gracia tiene la iniciativa, no la virtud humana.

B. Esta premisa es similar a aquella que dice, “Es necesario que exista otra posibilidad de selección para que exista libertad”. ¿Será acaso que Dios entrega a los santos del cielo una posibilidad periódica de que lo odien, con el fin de ser “justo”? ¿Tuvo Jesús alguna capacidad de odiar al Padre? ¿O su amor por el Padre reflejaba lo que en sí mismo El es?

C. Si la fe es un don de la gracia, como ya lo vimos, entonces, ¿por qué resulta extraño pensar que el amor no sea también un don de gracia?

4. Una persona no puede ser castigada por lo que no puede dejar de hacer.

Si éste es el caso, entonces un cristiano no puede ser recompensado por algo que su nueva naturaleza le obliga a hacer. No olvidemos que la naturaleza del ser humano  no es algo que éste posee.  Es algo que él es.

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