Por Jorge Trujillo
Es muy común escuchar a algunos miembros de la Iglesia Católica Romana (ICR) reclamar que los Protestantes usan la "Biblia Católica" y que fue la ICR quién nos dio la Biblia. Por ejemplo, tenemos el siguiente comentario que es representativo de lo que muchos sostienen y repiten en las redes: "Gracias a la iglesia Católica fue que apareció la Biblia". Al mismo tiempo tenemos algunos no-Católico Romanos decir que "la Iglesia Católica Romana" (ICR) nada tuvo que ver.
Consideramos que tales comentarios están basados en la ignorancia y la pasión por su denominación, pero no están sustentados en la verdad. El error está en creer que la ICR comenzó en Jerusalén en el año 33dC cuando en realidad la ICR tal como la conocemos hoy es el resultado de muchos años de transformación y adiciones doctrinales que no fueron parte de la vida y creencias de los primeros cristianos en el principio, y ni siquiera parte de lo que Jesús mismo enseñó.
Pero aun comenzando con las Escrituras del Antiguo Testamento, la Palabra de Dios escrita nunca fue traída "por" la iglesia (congregación), sino "para" la iglesia, el pueblo de Dios. El orden que vemos desde el principio es que Dios primero "llama" un pueblo y luego le entrega su palabra escrita. Este patrón lo vemos desde el libro de Génesis. Primero Dios llamó a Abraham y luego le entregó su palabra. Dios llamó al pueblo de Egipto y luego le entregó su ley. Dios llamó a la iglesia y luego le entregó la Palabra.
Es por tanto, el rol y deber de la iglesia, no es el "traer" la Palabra de Dios escrita sino de obedecerla, protegerla, y enseñarla por todas las generaciones futuras sin añadirle ni quitarle. Es ese precisamente el mismo mandamiento que Dios dejó al pueblo de Israel cuando le entregó Su Palabra, y se repite a la iglesia de la misma manera y con fuertes amenazas de castigo oír desobedecer. (Deut. 4.12, 12.32, Apoc. 22.18-19)
¿Cómo entonces nos llegó la Biblia?
Vemos que en el Antiguo Testamento (AT) Dios escogió a Moisés como Mediador entre Él y el pueblo para entregarle su Ley. Más tarde vemos que Dios escogió otros instrumentos, los profetas, los cuales recubieron el mensaje de Dios para el pueblo y era su responsabilidad el 'escribir' cuidadosamente lo que Dios les estaba diciendo. Una vez este mensaje era entregado a la iglesia, era el deber de ellos, como pueblo de Dios, él obedecer, proteger, y enseñanzas esa Palabra al pueblo y generaciones venideras.
Tanto en el AT como en el NT esta labor de "proteger las Escrituras" fue supervisada y guiada por el mismo Espíritu de Dios obrando por medio de hombres fieles a través de la historia, pero también en algunas ocasiones vemos que la tarea de proteger la palabra escrita se dio por medios sobrenaturales y hasta pir medios no necesariamente piadosos como fue la misma traducción de todo el AT al griego conocida como la Septuaginta . Pero el método principal de protección fue por el uso de escribas quiénes cuidadosamente copiaron y recopilaron la Palabra escrita tal como había sido entregada para mantener intacto el mensaje de Dios para su pueblo (Ver Her. 36.32). De simlar manera fue el proceso en la preservación del NT hasta el día de hoy.
¿Cómo fue revelada la Bibla?
"Toda la Escritura es inspirada por Dios..."
(2 Timoteo 3.16)
La Biblia salió de Dios y fue dada a la/su Iglesia. La Palabra 'salió' de Dios, desde tiempos antiguos, y fue dada a su Pueblo/ Iglesia/ Congregación unas veces por Dios directamente hablando (como a Moisés), por medio de ángeles (como fue la ley), por medio del Espíritu Santo hablando por medio de profetas del AT y apóstoles del NT:
Porque la profecía no ha tenido su origen en la voluntad humana, sino que los profetas hablaron de parte de Dios, impulsados por el Espíritu Santo. (1 Pedro 1.21)
Y él les dijo: Oíd ahora mis palabras. Cuando haya entre vosotros profeta de Jehová, le apareceré en visión, en sueños hablaré con él. 7 No así a mi siervo Moisés, que es fiel en toda mi casa. (Num. 12.6-7)
Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, 2 en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo... (Heb. 1.12a)
Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, 3 ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron (Heb. 2.2-3)
Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho. (Juan 14.26)
Según el historiador Eusebio hubo un consenso de que los mismos 27 libros que constituyen el cánon hoy en día eran los mismos 27 libros generalmente reconocidos en el primer siglo...
el Concilio de Cartago en 397 dC declaró que la iglesia recibió de sus "padres" los libros que deberían recibirse como Escritura. La evidencia corrobora las afirmaciones de los concilios eclesiásticos del siglo IV de que su lista canónica son los mismos 27 libros que la iglesia recibió de los primeros obispos.
La Protección de las Escrituras
Lo que sí podemos sostener es que desde su fundación cerca del cuarto o quinto siglo, la Iglesia Católica Romana junto con otras denominaciones antiguas como la iglesia de Antioquia, la iglesia en Constantinopla (Iglesia Ortodoxa Oriental, etc) han jugado un papel importante en la preservación de las Sagradas Escrituras. Dios ha utilizado "las diversas denominaciones de la iglesia" como medio de protección para la revelación que el mismo le había entregado. Lo que conocemos como la Iglesia Católica Romana ha sido particularmente instrumental en esta tarea y el Vaticano afirma esta realidad cuando dice que las Escrituras han sido "recibidas" de parte de Dios:
Y así la predicación apostólica, que se expresa de manera especial en los libros inspirados, fue preservada por una sucesión incesante de predicadores hasta el fin de los tiempos. Por eso los Apóstoles, transmitiendo lo que ellos mismos habían recibido, advierten a los fieles que se aferren a las tradiciones que han aprendido de boca en boca o por carta (ver 2 Tes. 2:15), y que luchen en defensa de la la fe transmitida de una vez por todas (cf. Jud 1, 3) (4) Ahora bien, lo transmitido por los Apóstoles incluye todo lo que contribuye a la santidad de la vida y al aumento de la fe del pueblo de Dios; y así la Iglesia, en su enseñanza, vida y culto, perpetúa y transmite a todas las generaciones todo lo que ella misma es, todo lo que cree.
En español:
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Escrito: 6 de marzo, 2023