Por Jorge L. Trujillo
¿Por qué se 'imponen manos' para el ministerio?
La manera en que se separa un hombre[i] para el ministro pastoral es por medio de la imposición de manos. Esto se hacía al principio por los apóstoles y sucesivamente por otros ministros u obispos previamente ordenados (el presbiterio). Antes de continuar debemos aclarar que el término 'pastor' se usa de manera intercambiable con el de 'obispo' o 'anciano'. El título oficial es 'anciano' y la tarea de tal es de 'supervisar' (obispado) o de 'enseñanza' (pastoreo didáctico).
Pablo ordena a Tito que establezca "ancianos en cada ciudad" (Tito 1:5) ya que en ese entonces sólo había una congregación por ciudad (Éfeso, Corinto, Roma). Esta es una práctica continuada desde el Antiguo Testamento. (Hch 20:17; 1 Sam. 16:4; Esdras 10:14). La palabra usada en Tito 1:5 es 'ἐπιδιορθόω (epidiorthoō), y significa "establecer correctamente" o "poner en orden", por ende "ordenamiento". La vulgata latina lo traduce "corregir y establecer" por lo que establecer es poner en orden u ordenar.
Algunos ejemplos de la ordenación al ministerio lo vemos en Hechos 6 con los casos de los siete hombres escogidos para "servir las mesas" (Gr: diakoneo trapeza), también con Pablo, Bernabé, y Timoteo (Hech. 13;1, 1Tim. 4:14) quienes fueron ordenados en la iglesia para la labor que el Espíritu Santo los había llamado (Hch. 13:1-5). Es el Espíritu Santo quien llama al ministerio por medio los líderes ya establecidos en cada iglesia (Hch. 20:24). Pablo fue llamado para ser apóstol por Cristo mismo, pero recibió la imposición de manos junto con Bernabé para ser apóstoles misioneros. La práctica de "imponer las manos" viene desde los tiempos de Moisés cuando puso a Josué como su sucesor.
Números 27:22-23 Y Moisés hizo como Jehová le había mandado, pues tomó a Josué y lo puso delante del sacerdote Eleazar, y de toda la congregación; 23 y puso sobre él sus manos, y le dio el cargo, como Jehová había mandado por mano de Moisés.
Deuteronomio 34:9 9 Y Josué hijo de Nun fue lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés había puesto sus manos sobre él; y los hijos de Israel le obedecieron, e hicieron como Jehová mandó a Moisés.
Según la Enciclopedia Judía, aunque este acto de imposición de las manos no se vuelve a mencionar más en el Antiguo Testamento, los israelitas continuaron haciéndolo para ordenar los ancianos de cada sinagoga después del exilio Babilónico:
Nombramiento y consagración pública solemne al cargo de juez y maestro de la Ley y a todas las funciones asociadas al mismo. La costumbre de la ordenación es muy antigua; Josué fue ordenado por Moisés, quien lo indicó como su sucesor (Núm. 27:22-23). La ceremonia fue la siguiente: Moisés colocó a Josué ante el sacerdote Eleazar y la congregación y le impuso las manos mientras le daba instrucciones. Una porción del espíritu de Moisés fue transferida a Josué a través de las manos de Moisés (comp. ib. verso 20, y Deut. 34: 9). Moisés ordenó también a los setenta ancianos que lo ayudaron a gobernar al pueblo (Núm. xi. 16-17, 24-25). No se dice expresamente que los ancianos fueron ordenados por imposición de manos; simplemente se dice que algo del espíritu de Moisés fue impartido a los ancianos. Esta transferencia del espíritu, sin embargo, sólo podía tener lugar mediante la imposición de manos, como aparece en el pasaje Deut. 34:9. Maimónides dice que Moisés ordenó a los ancianos de la misma manera que ordenó a Josué ("Yad", Sanedrín, iv. 1).
La imposición de manos no se menciona en ningún otro lugar de los libros del Antiguo Testamento. Según la tradición, los ancianos ordenados por Moisés ordenaron a sus sucesores, quienes a su vez ordenaron a otros, de modo que existió una serie ininterrumpida de ordenadores y ordenados desde Moisés hasta la época del segundo Templo ("Yad", l.c.).
Fuente: Enciclopedia Judía - https://www.jewishencyclopedia.com/articles/11756-ordination (Fuente en Inglés - Traducción de Google)
Sin embargo, esta práctica de ordenación por la imposición manos en las sinagogas judías fue abandonada después del primer siglo en parte porque había sido tomada también por los apóstoles para ordenar sus líderes:
Otra causa pudo haber contribuido a la abolición de la costumbre: la dedicación de los discípulos como oficiantes independientes por medio de la imposición de manos, y la transferencia del oficio de maestro por esta ceremonia habían sido adoptadas por el cristianismo; los Apóstoles impusieron sus manos, mientras oraban, sobre los siete discípulos elegidos por la congregación de Jerusalén (Hechos vi. 6; comp. ib. 13:3). Como acto de consagración del candidato como maestro de la Ley y recipiente de la gracia divina, la ceremonia se menciona tres veces en las dos Epístolas a Timoteo (I. v. 22, II. i. 6). La costumbre, por tanto, se había convertido en una institución cristiana a mediados del siglo II, y este hecho puede haber inducido a los judíos palestinos a abandonarla. Al mismo tiempo se cambió el nombre, sustituyendo el término "minnuy" (institución, nombramiento) por "semikah" o "semikuta", que se había derivado de la práctica de la imposición de manos.
Fuente: Enciclopedia Judía - https://www.jewishencyclopedia.com/articles/11756-ordination (Fuente en Inglés - Traducción de Google)
¿Por qué se ordena al ministerio?:
El Nuevo Testamento no borra la distinción entre los oficiales y la congregación. Es Dios quien llama o constituye al ministerio (Efesios 4:11). La ordenación al ministerio es hecha como confirmación del llamado interno ("desear obispado" Tim. 3:1) así como la confirmación o reconocimiento de los líderes anteriormente establecidos en la iglesia ("siendo evaluada su calificación" -1 Tim. 3; Tito 1). El obispo (anciano, pastor) tendrá como responsabilidad "velar" por la obra de Dios en la tierra que es la iglesia, enseñar la Palabra a otros, y ser administrador de los misterios de Dios. En esto podemos ver que en muchas denominaciones solamente los que han sido ordenados al ministerio pueden administrar los sacramentos por lo que se llama al anciano docente "Ministro del Evangelio" o "Ministro de la Palabra y Sacramentos".
Sólo hay dos sacramentos ordenados por Cristo nuestro Señor en los evangelios, a saber, el bautismo y la cena del Señor: ninguno o los cuales pueden ser dispensados sino por un ministro de la Palabra, legítimamente ordenado. (Confesión de Fe de Westminster Cap. 27.5)
"Por institución divina, son sacramentos eclesiásticos públicos, para ser administrados públicamente por la iglesia institucional visible" (citado de R. Scott Clark). La palabra de Dios debe ser enseñada con sumo cuidado y temor por los ministros quienes deben presentarse "como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad" (2 Tim. 2:15). El ministro debe ser un "fiel administrador de los misterios de Dios":
2 Corintios 4:1-2 Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios. 2 Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel.
Además de la cuidadosa ministración de la Palabra, los sacramentos del bautismo y la cena del Señor encierran "ese misterio divino" y deben ser administrados con precaución, temor y sabiduría a receptores propios evaluados por la iglesia (1 Corintios 2:7).
La unción con Aceite:
Con respecto al uso de aceite, como se hace en algunas denominaciones, no vemos que se haya hecho en el Nuevo Testamento. Quienes lo hacen, toman la práctica del Antiguo Testamento donde los reyes, sacerdotes, y profetas también eran ungidos para el ministerio, pero particularmente los sumos sacerdotes. (Éx.29:7,21).
Advertencia:
Una de las advertencias más importantes que les da Pablo a Timoteo es que “no imponga sus manos” sobre nadie de manera precipitada.
1 Timoteo 5:22 No impongas con ligereza las manos a ninguno, ni participes en pecados ajenos. Consérvate puro.
Es por lo tanto entendible por qué razón Pablo pone una lista de ‘calificaciones’ para poder ser ordenado como obispo en la iglesia tal como lo vemos tanto en la carta de Timoteo o la de Tito ( ver: 1 Tim. 3 y Tito 1). Hacemos bien en seguir ese mandato en oración y dirección divina.
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Escrito: 12 de junio, 2023
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[i] La Biblia no contempla la ordenación de mujeres al ministerio de enseñanza pastoral u obispado, ni por mandato ni por ejemplo; al contrario, lo prohíbe.