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Categoría de nivel principal o raíz: Preguntas y Respuestas
Categoría: Sacramentos/ Ordenanzas
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por Jorge Trujillo

Introducción y Explicación

El Nuevo Testamento está, en su mayor parte, dirigido a personas adultas en la primera generación de convertidos al cristianismo. Muchísimos, la vasta mayoría de ellos durante los primeros cuatro siglos provenían directamente del judaísmo (judíos y prosélitos) tanto dentro de la nación como de la Diaspora por medio de la predicación en las sinagogas judías ubicadas en distintos lugares a través del Imperio romano. Aunque muchos venían de entre los gentiles paganos y se unían a las iglesias mayormente de judíos  el cristianismo era una secta más dentro del judaísmo del primer siglo. Según los historiadores, no fue hasta el quinto siglo que la iglesia de Cristo pasó a ser gentil en su mayoría (ver Dunn, James D.G. Parting of the Ways y Wikipedia).

Aunque los escritos del Nuevo Testamento se desarrollan mayormente en un contexto plenamente judío en la primera parte del primer siglo, no hallamos muchos mandamientos dirigidos a los hijos o acerca de ellos para los nuevos creyentes en Cristo, ni tampoco se nos dice mucho sobre cómo deben tratarse los hijos menores de quienes se convierten al cristianismo. Para algunas personas esta falta de 'mención infantil' significa que los niños menores, aunque son salvos por su inocencia, quedan completamente excluidos de la administración visible del Nuevo Pacto y de la membresía en la iglesia hasta que puedan por sí mismos declarar su fe personal y poder ser así incluidos. Adventistas, Bautistas, Pentecostales, Evangélicos en general, e incluso las sectas, lo creen de esa manera.

Para otros cristianos, el mero hecho de no ser mencionados frecuentemente significa que son tratados de la misma manera que fueron tratados bajo el Antiguo Pacto judío desde el tiempo de los patriarcas y que son efectivamente incluidos junto con sus padres (inclusión familiar) en la administración visible del Nuevo Pacto. Católicos Romanos, Ortodoxos Griegos, Orientales, Coptos,  Anglicanos, Luteranos, Presbiterianos, Metodistas, y Reformados lo ven así. Este grupo ve los mandamientos y referencias respecto a los hijos de los cristianos en el Nuevo Testamento (Mat. 19:14, 21:16; Mar. 10:15-16; 1 Cor. 7:14, 36-38; 2 Cir. 6:14; Efe. 6:1-4; Col. 3:20-21; 1 Pedro 5:5; 1 Juan 2:14) como clara indicación de que tales hijos estaban siendo tratados de la misma manera en que eran tratados los hijos del pueblo de Dios bajo el Antiguo Pacto (ver Gen. 17:7-14, 28:6; Det. 5:29, 6:1-9, 4:9-10, 11:19, Sal. 137:3; Prov. 1:8 9, 22:6, 29:17; Mal. 2:15), eso es, como miembros participantes de la comunidad del Nuevo Pacto.

En lo que respecta al bautismo de los hijos de los cristianos, no vemos en ninguna instrucción ni ejemplo en las cartas del Nuevo Testamento donde se les mande a los padres a que "preparen sus hijos para que sean bautizados cuando lleguen a la edad de responsabilidad", ni tampoco que "presenten o dediquen sus recién nacidos". El hecho de que hay iglesias hoy día que así lo hacen es en verdad una adición que carece del mandamiento directo y fundamento Bíblico.

La ausencia de tales mandamientos con relación al bautismo de los hijos de los cristianos, ya sean nuevos creyentes o los ya existentes, apunta a que se debe continuar la práctica anterior tal y como otras cosas mencionadas en el Nuevo Testamento son también traídas del Antiguo Testamento (ver Rom. 7:2; 1 Cor. 9:8, 14:34). De hecho, cuando leemos los mandamientos a los hijos de los cristianos, su contexto está basado en lo que dice el mandamiento de la ley (ver Efe. 6:1-3).

Por lo tanto, el trato de los hijos de los cristianos sigue igualmente el patrón de lo revelado y establecido anteriormente bajo el Antiguo Pacto por lo que los escritores inspirados del Nuevo Testamento no necesitaron dar ningún tipo de mandamiento "nuevo" concerniente a ellos con respecto al bautismo como señal del pacto ni acerca de su inclusión en la comunidad cristiana. Después de todo, desde el mismo primer día del cristianismo se les dijo que la 'oferta y la promesa' del Nuevo Pacto y sus beneficios eran y son para "padres e hijos" por igual (Hechos 2:38-39), y el Nuevo Pacto fue profetizado y destinado para todas las familias cristianas “desde el mayor hasta el menor de cada familia” (Jeremías 31:1,34).

Esto es de suma importancia ya que la inclusión de toda la familia en el Antiguo Pacto comenzó con el pacto que Dios hizo con Abraham en Génesis 17 donde no solamente estaba incluido él, sino también su descendencia natural. En la carta a los Gálatas el Apóstol Pablo dice que el Nuevo Pacto en Cristo es el mismo pacto que Dios hizo con Abraham y que los creyentes ahora eran por la fe "hijos de Abraham" lo cual indica que incluye, tal como Dios le dijo a Abraham, “a ti y tu descendencia después de ti en ‘SUS’ descendencias”. (Gen. 17:7). Cristo es la descendencia directa al linaje de Abraham, pero los que creen son recibidos "con sus descendientes" (vs. 7). En Gálatas 3:14 leemos: “a fin de que en Cristo Jesús la bendición de Abraham viniera a los gentiles, para que recibiéramos la promesa del Espíritu mediante la fe.

Los nuevos creyentes en Cristo según el Nuevo Testamento habrían venido a ser participantes del pacto Abrahámico y la promesa del Espíritu Santo junto con ‘"sus’ descendientes como “pacto perpetuo” (Gen. 17:13). Eso es precisamente lo que dice Pedro el día de Pentecostés “Y Pedro les dijo: Arrepentíos y sed bautizados cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo. 39 Porque la promesa es para vosotros y para vuestros hijos y para todos los que están lejos, para tantos como el Señor nuestro Dios llame” (Hechos 2:38-39) junto con "sus" hijos. También leemos sobre la promesa del Espíritu Santo en el Nuevo Pacto:

"y haré con ellos pacto perpetuo. Y la descendencia de ellos será conocida entre las naciones, y sus renuevos en medio de los pueblos; todos los que los vieren, reconocerán que son linaje bendito de Jehová" (Isaías 61:8c-9);

y además en otra parte leemos:

"Porque derramaré agua sobre la tierra sedienta, y torrentes sobre la tierra seca; derramaré mi Espíritu sobre tu posteridad, y mi bendición sobre tus descendientes". (Isaías 44:3).

Es evidente que la promesa de Dios para su pueblo bajo el Nuevo Pacto es el darle Espíritu Santo a los creyentes y a sus hijos (Hechos 2:38-39). Eso fue lo mismo que Dios profetizo por medio de Joel que ocurriría y es precisamente lo que dice el texto del Antiguo Testamento que Pedro usa para su sermón expositivo el día de Pentecostés:

“sino que esto es lo que fue dicho por medio del profeta Joel: “17 Y sucederá en los Últimos días —dice Dios— que derramaré de mi Espíritu sobre toda carne; vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, vuestros jóvenes verán visiones”.

Como podemos apreciar, Pedro no ve los hijos de los creyentes en el Nuevo Pacto como ajenos y excluidos de la vida de la iglesia y su administración visible. Al contrario, la promesa del Espíritu Santo estaba directamente dirigida a ellos. Dios derramaría su Espíritu “sobre toda carne… vuestros hijos e hijas”. Es claro que los hijos de los creyentes gozarían de ese privilegio porque estaban siempre incluidos en la vida de la iglesia como participantes del pueblo del Nuevo Pacto y dentro del plan de Dios. Y si lo espiritual que es más importante está dirigido y prometido a nuestros hijos (el derramamiento del Espíritu para bautizarlos espiritualmente), cuanto más lo menor, la ceremonia física que lo representa (el derramamiento del agua sobre ellos para bautizarlos fisicamente) debe pertenecerles como derecho divino y como miembros del pueblo bajo el Nuevo Pacto.

¿Qué hacemos con los niños?

Pues hacemos lo mismo que Dios quiso para ellos. Incluirlos,  ponerles el sello de pertenencia en el pueblo de Dios, tratarlos como lo que son, "herencia de Jehová", verlos como "la simiente" que Dios desde tiempos de antaño buscaba para sí, y reconocer que ellos están en el centro del plan de Dios, son partícipes de la administración del Nuevo Pacto y herederos de la promesa del Espíritu Santo que Dios profetizó por medio de sus siervos desde mucho tiempo antes que Cristo viniera a establecerlo en su propio cuerpo. 

Sólo una teología muy superficial, descontinuísta, individualista, separatista, y antropocéntrica excluye los hijos de los cristianos de la total inclusión en la administración del Nuevo Pacto. 

__________

A continuación, presentamos un resumen sobre como algunas denominaciones cristianas ven el lugar y trato de los hijos de los cristianos en la iglesia.

Espectro de creencias sobre el lugar y de los niños en algunas denominaciones del cristianismo:


*Nota al lector:

Este resumen que sigue abajo (en orden alfabético)  está basado en nuestros estudios sobre las posturas de cada denominación "en general". Puede haber variaciones.

Si usted piensa que hay algún error en la presentación puede enviarnos un mensaje aquí. Los segmentos por edades son aproximados - Gracias


PUNTO DE VISTA BAUTISTA

(Tanto Arminianos y Particulares tienen visones similares):

En era de Inocencia (0~8 años):

En era contabilidad o responsabilidad (~8 a ~12ss años)

En la era de la creencia si profesan la fe (~8 en adelante):

En la era de la rebelión y/o la duda (~13ss) después del bautismo

En la era de la rebelión (~13ss) sin haber sido bautizados

En la era de reconciliación (previamente bautizados o no):

(Muchos bautistas testifican haber pasado por este proceso múltiples veces)

En la era de la rebelión sin retorno (~13ss):

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PUNTO DE VISTA CATÓLICO ROMANO:

En la era de la Inocencia (0~8 años):                  

En la era de la responsabilidad (~8 a ~12 años):

En la era de la creencia si confirman la fe (~8 en adelante):

En la era de la rebelión y/o la duda (~13ss):

En la era de reconciliación:(~13ss):

En la era de la rebelión sin retorno (~13ss):

_____________

PUNTO DE VISTA LUTERANO:

En era de Inocencia (0~7 años):

En era contabilidad (~8 a ~12 años):

En la era de la creencia si profesan la fe (~8 en adelante):

En la era de la rebelión y/o la duda (~13ss):

En la era de reconciliación:

En la era de la rebelión sin retorno (~13ss):

_____________

PUNTO DE VISTA PENTECOSTAL:

En era de Inocencia (0~7 años):

En era contabilidad (~8 a ~12 años):

En la era de la creencia si profesan la fe (~8 en adelante):

En la era de la rebelión y/o la duda (~13ss):

En la era de reconciliación (~13ss):

En la era de la rebelión sin retorno (~13ss)

____________

PUNTO DE VISTA REFORMADO:

En era de Inocencia (0~7 años):                  

En era contabilidad (~8 a ~12 años):

En la era de la creencia si profesan la fe (~8 en adelante):

En la era de la rebelión y/o la duda (~13ss):

En la era de reconciliación (~13ss):

En la era de la rebelión sin retorno (~13ss):

* Todos son tratados como salvados hasta que demuestre que son réprobos. Solo Dios conoce los suyos y al final eso quedará claro. Pero Dios manda, como dijo a Abraham, a que se ponga la señal del pacto sobre todos en su pueblo porque tal señal es de suma importancia “hacer distinción entre lo santo y lo profano, entre lo inmundo y lo limpio”.

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Escrito: 18 de Junio, 2023

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