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Por Jorge L. Trujillo

Dentro de todos los argumentos usados por Roma para sostener el Papado y la supremacía de del Vaticano sobre toda la cristiandad el más fuerte es que las llaves del reino fueron dadas a Pedro y que, por lo tanto, es Pedro quien tenía autoridad sobre toda la iglesia, incluyendo los demás apóstoles. De ahí luego se argumenta, sin base histórica que la sustente que, aunque Pedro era el Apóstol principal en Jerusalén, la sede original del cristianismo, que esa sede fue transferida a Antioquía a causa de la caída de Jerusalén en el 70 d.C. y que esa autoridad luego pasó a Roma.

Pensamos que tales maniobras son evidencias de lo mismo que advirtió el Apóstol Pablo cuando advirtió a los ancianos (presbíteros) de Éfeso que vendrían algunos en el futuro que buscarían seguidores para sí. La iglesia antigua, aunque contaba con obispos en cada ciudad, estuvo siempre en contra de tener a algún obispo por encima de otro. Pero ese tema lo trataremos en otro artículo. En este artículo trataremos el asunto de las “llaves del Reino” y cual es su significado. Este escrito será dividido en tres partes, (1) ¿Qué significan las llaves?, (2) ¿Cuál era el propósito? Y (3) ¿A quién o quienes fueron dadas? 

¿Qué significan las llaves?

Muy a menudo en nuestro tiempo se practica el “entregar las llaves de la ciudad” a personas ilustres y extranjeros que, según se reconoce localmente, son dignos de admiración y amor.  Un dignatario que recibe las llaves de una ciudad se les demuestra ‘confianza’ para entrar y salir. Ahora bien, dentro del texto bíblico también nos encontramos con la referencia a “dar las llaves” cuando Jesús dijo lo siguiente Mateo 16:19:

Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos.

Las “llaves” son usadas para ‘abrir’ lo que está cerrado. Dese cuenta de que nadie usa las llaves “para cerrar” y mucho menos en el tiempo bíblico donde la cerraduras o candados usaban llaves para ser abiertas. Por ejemplo, leemos en los siguientes pasajes:

Jueces 3:25 Y habiendo esperado hasta estar confusos, porque él no abría las puertas de la sala, tomaron la llave y abrieron; y he aquí su señor caído en tierra, muerto.

En Isaías 22:22 vemos la profecía del Mesías que sería el descendiente de David y que tendría la llave o la autoridad para abrir “Y pondré la llave de la casa de David sobre su hombro; y abrirá, y nadie cerrará; cerrará, y nadie abrirá”. En el libro de Apocalipsis Jesús se identifica a sí mismo como el que tiene la llave y dice:

Apocalipsis 1:18 y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades.

Apocalipsis 3:7 Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre.

¿Cuál fue el propósito?

Vemos que Jesucristo es quien tiene las llaves de autoridad para abrir las puertas del sepulcro y libertar los cautivos del diablo y de la muerte. Y eso fue lo mismo que el dijo que haría como parte de su ministerio. En Lucas 4:18-19 leemos lo siguiente:

El Espíritu del Señor está sobre mí,

Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;

Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón;

A pregonar libertad a los cautivos,

Y vista a los ciegos;

A poner en libertad a los oprimidos;

A predicar el año agradable del Señor.

Con la llegada de Jesús, el reino de los cielos se había acercado a la tierra tuvo su comienzo en su ministerio terrenal y mucho más ampliamente el día de Pentecostés (Hechos 2) cuando el Espíritu Santo fue derramado sobre todos los apóstoles y todos los discípulos de Jesús.

¿A quien o quiénes fueron dadas las llaves?

Como Jesús mismo lo explicó, el tener las "llaves" (autoridad) para abrir tenía que ver con "atar" y "desatar". Jesucristo antes de ser llevado al cielo les dejó dicho que ellos recibirían poder de lo alto cuando el Espíritu Santo fuese derramado sobre ellos (ver Hechos 1:5,8) y darían testimonio a los judíos en Jerusalén, en Judea, en Samaria y hasta el fin de la tierra (los gentiles). En aquel día la puerta del reino fue abierta para dar entrada a quienes reconocían y aceptaban a Jesús como el Mesías.

Pedro como precursor

Una de las características más sobresalientes de Pedro era su impetuosidad para todas las cosas. Siempre era el primero en moverse, el primero en llamar, el primero en criticar, el primero en entrometerse, el primero en quejarse, y el primero en meterse en problemas. Pero era también el primero en levantarse, el primero en contestar, el primero en investigar, el primero en defender, y el primero en hablar. La impulsividad era su rasgo principal.

En el día de Pentecostés Pedro demostró su carácter una vez más. Después de ser lleno del Espíritu Santo Pedro se levantó a predicar y 3000 almas vinieron al reino. Eso marcó el comienzo de la iglesia del Nuevo Testamento y la entrada al reino de Dios. En ese entonces todos los que entraron al reino fueron judíos. Además, vemos a Pedro predicando el evangelio en las regiones de Judea donde muchos más entraron al reino.  En una siguiente ocasión, en Hechos 8, cuando Felipe predicó a los Samaritanos, Pedro fue allá junto a Juan a ver qué había pasado, allí volvió a ser usado por Dios, esta vez para que los Samaritanos recibieran el don del Espíritu Santo y fueron bautizados en agua. Los Samaritanos entraron al reino.

Finalmente, en Hechos 10, vemos a Pedro siendo el primero en predicar el evangelio a los gentiles, en contra de su voluntad Pedro fue llevado a la casa de Cornelio, un centurión Romano y le predicó el evangelio de Cristo a su familia. Ellos recibieron el Espíritu Santo y todos fueron bautizados en agua. Como vemos, los gentiles también recibieron la entrada al reino y fue Pedro quien les abrió la puerta por medio del evangelio.

Después que las puertas están abiertas a estos tres grupos: Judíos, Samaritanos, y Gentiles, no vemos que haya falta seguir abriendo otras puertas étnicas, pues eso ya incluye toda la humanidad. Las palabras de Jesús se habían cumplido en Pedro. Pero había mas que eso en lo que Jesús dijo en Mateo 16.

Un punto de gran importancia que es necesario mencionar es que aún con toda la prominencia que vemos en Pedro, el líder principal de la iglesia de Jerusalén no fue Pedro sino Santiago, el hermano de Jesucristo (ver Hechos 15). 

La autoridad de perdonar pecados

Junto con la autoridad de abrir las puertas al reino Jesús mencionó que también “y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos”.  Estas palabras están asociadas con declarar ‘perdonados’ o ‘no perdonados’. Interesantemente esta autoridad no fue dada solo a Pedro sino a todos los Apóstoles por igual. Para mejor entendimiento veremos que este mandamiento no fue dado solamente a Pedro sino también al resto de los apóstoles. Después de su resurrección, Jesús dijo lo siguiente a sus discípulos:

Juan 20:19-23 Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros. 20 Y cuando les hubo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y los discípulos se regocijaron viendo al Señor. 21 Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío. 22 Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo. 23 A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos.

Entendiendo esto, podemos ver que si las llaves son para dejar entrar al reino y la autoridad es para declarar perdonado de pecados, TODOS los apóstoles recibieron esa autoridad y todos los apóstoles tienen las llaves. Compare Mateo 16:16 con Lucas 9:19-21, y Marcos 8:27-30 donde se les da a todos los apóstoles la misma autoridad dada⁷ a Pedro. En fin, toda la iglesia, por medio de Cristo, tiene esa llave y tiene esa autoridad. En Lucas 11:52 Cristo dijo que los lideres de la nación de Israel que ellos tenían la llave del conocimiento, pero en vez de abrir la puerta para que entraran, no lo habían hecho. Ahora la llave a sido dada a la iglesia/ congregación reunida en nombre de Cristo. No vemos supremacía alguna en Pedro en el sentido que a él deban someterse los demás apóstoles. 

Las llaves la tiene la iglesia

En el libro de Mateo capítulo 18 también vemos que Jesús mismo dice que es la Iglesia la que tiene la autoridad para ‘atar’ y ‘desatar’ tal como lo vimos en Mateo 16:19. Entonces, eso significa que no era Pedro el único que recibió esa autoridad. La autoridad reside en la iglesia, y la palabra “Iglesia” significa congregación o asamblea:

15 Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. 16 Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. 17 Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano. 18 De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo.

Cuando Pedro abrió la boca para responder la pregunta de Jesús: “¿Quién dicen VOSOTROS que yo soy? Pedro, como de costumbre, estaba hablando como portavoz del grupo entero de apóstoles. Todos habían entendido que Jesús era el Cristo y a todos les había sido revelada por Dios esa verdad que muchos otros no habían comprendido aún. 

Solamente pueden entrar al reino quienes han recibido perdón de pecados. Y ese perdón lo reciben solamente los que “creen y confiesan a Jesús como su Señor y Cristo” como lo hizo Pedro y como lo hicieron también los demás apóstoles. Una persona que no confiesa a Jesús como Cristo, Señor y Salvador no puede ser admitido en el reino. La puerta permanece cerrada para esos. La “Fe” es la condición para que las puertas del reino se le abran. Y si esa condición no se cumple, las puertas del reino permanecen cerradas.

Conclusión:

  • Las llaves del reino pertenecen a Cristo
  • Llaves representan autoridad para abrir lo que está cerrado
  • Pedro tomó la llave para introducir el reino de Dios a Israelitas, Samaritanos, y Gentiles (eso se cumplió en el primer siglo)
  • Pedo y TODOS los apóstoles recibieron autoridad para perdonar pecados.
  • Las autoridad de declarar perdonado o no perdonado (atar o desatar) fue dadas a la iglesia.

Escrito: 2 de enero, 2024.