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Algunos Cristianos Conservadores, creyentes en la Biblia, creen que antes que Cristo regrese la iglesia experimentará una Era Dorada de éxito sin paralelo, victoria y gloria en este mundo - numéricamente, espiritualmente, y culturalmente. Muchos puritanos mantuvieron esta posición, así como también algunos muy conocidos teólogos de tiempos más recientes. [1][i]. No tenemos razón para negar que estos hombres sean hermanos en Cristo por razón de su creencia. Ellos no mantienen esta posición sobre terreno evolucionario o porque ellos piensan que el hombre es básicamente bueno y que el progreso es inevitable. Si no, estos hombres son generalmente protestantes ortodoxos quienes aman y creen que a causa de la depravación del hombre, su única esperanza es la obra salvadora de Jesucristo.

Sin embargo, ellos creen que esta obra de Cristo, completada una vez por todas en la historia por medio de la muerte y resurrección, ha de tener efectos positivos, tangibles y duraderos para la cultura humana y la sociedad antes de la segunda venida. Ellos creen que "el reino crecerá y se desarrollará hasta que eventualmente ejerza una agracia da influencia dominante y universal en una larga era de justicia, paz y prosperidad en la tierra y en la historia" [2]. [ii]Ellos esperan que el mundo entero sea Cristianizado, no solamente por la salvación de (mayormente) todas las personas viviendo entonces, sino por la influencia cultural de una Cristiandad dominante en toda esfera de la vida. Esta era de prosperidad es conocida como la Era Dorada.

¿Qué debemos pensar de esta idea? ¿Está enseñada en la Escritura? Después de examinar esta pregunta por mí mismo, He llegado a la conclusión de que la teoría de Era Dorada no corresponde a la enseñanza Bíblica. De hecho, me temo que esta creencia podría tener un impacto negativo en la vida y caminar de los cristianos en este mundo.

He aquí cinco razones por las cuales usted no debe de creer en una Era Dorada antes del retorno de Cristo:

1. El Silencio del Nuevo Testamento

En todos los principales textos escatológicos del NT - textos donde el acontecer completo de la era entre la primera y la segunda venidas de Cristo son descritos y predichos en detalle por la inspiración del Espíritu Santo - no se hace mención de una Era Dorada. Este silencio es ensordecedor. Puede la completa ausencia de alguna mención de una futura era de victoria terrenal para la iglesia en tales pasajes quedar sin significancia?

Considere el Discurso del Monte de los Olivos (Mateo 24-35; Marcos 13; Lucas 21). Cristo no menciona ni una palabra a sus discípulos acerca de tal Era Dorada en la cual la iglesia será dominante en el mundo. Recuerde, el Discurso del Monte de los Olivos no es una simple mención ligera de Cristo, como si Cristo solo hubiera mencionado algunas cosas acerca del futuro sin la intención de ser exhaustivo. Mire al tiempo del Discurso: ocurrió algún tiempo durante la semana de la Pasión, probablemente el martes. Cristo está a punto de morir. ¿Qué mejor momento para nuestro Señor dar a Sus discípulos la final, autoritativa, completa instrucción respecto al futuro de la Iglesia? Note además que el Discurso cubre el periodo entero hasta la misma segunda venida. Nada que es importante ó esencial podría ser dejado fuera. Es más, nada es dejado fuera: la destrucción de Jerusalén, los sufrimientos generales de la era de la iglesia, el periodo de una crisis intensificada en la cual la abominación desoladora toma lugar como una señal de que la venida del Señor está cerca, la segunda venida, la resurrección, el juicio de todos los hombres. ¿No le parece increíble que algo tan maravilloso, tan glorioso, y tan largo como la Era Dorada hubiera sido completamente dejado fuera de la enseñanza de nuestro Señor respecto al futuro?

Pablo le da a la iglesia en Corinto alguna enseñanza básica acerca de la estructura fundamental de la escatología (I Corintios 15:20-28). Él dice que es básicamente un proceso en dos etapas: la resurrección de Cristo, las primicias, seguidas por la resurrección de los que son de Cristo. No es un proceso en tres etapas: primero la resurrección de Cristo, las primicias, la Era Dorada, y finalmente la resurrección de los creyentes. ¿Por qué, si es tan importante, la Era Dorada es pasada por alto en silencio en este texto crucial el cual establece la estructura básica de la escatología?

Sorpresivamente, I Corintios 15:20-28 ha sido apelado en respaldo a la teoría de una Era Dorada. Sin embargo, la base para esto es bastante floja: la palabra "hasta" en el verso 25 es tomada (muy sutilmente) como una referencia al comienzo de la Era Dorada. [3] [iii]

Pedro, en su enseñanza sobre los tiempos del fin, no hace mención alguna de una Era Dorada (2 Pedro 3), de hecho el motiva a los creyentes a mirar adelante y esperar la venida del Señor, porque cuando el venga, entonces serán erigidos los cielos nuevos y la tierra nueva "en los cuales mora la justicia". ¿Si Pedro creía en una Era Dorada, no podía el haber mencionado que la justicia moraría también en la tierra antes del retorno del Señor, y que deberíamos mirar hacia eso también?

Porque el libro de Revelación no predice y describe una Era Dorada la cual traerá a la era de la iglesia a una conclusión antes del retorno de Cristo? En el pasado algunos han intentado identificar el milenio de Revelación 20 como la Era Dorada. Sin embargo, esa interpretación está altamente desacreditada hoy, ya que el atamiento de Satanás (el cual ocurre al principio de los 1000 años) casi ciertamente ocurrió en la muerte y resurrección de Cristo (Mateo 12:29; Col. 2:15; 1 Pedro 3:22). Hoy, la mayoría de los que creen en una Era Dorada admiten que esta interpretación es correcta y estarían de acuerdo en que el milenio es una referencia simbólica al tiempo completo entre la primera y la segunda venida de Cristo. Pero si esto es así, entonces no hay mención directa en Revelación 20 de un periodo especial dentro del milenio en el cual la iglesia disfrutará de un periodo extenso de éxito e influencia en la tierra. Si Juan hubiera sido informado de tal periodo, porque no partió el reino simbólico de 1000 años en dos segmentos, digamos, 500 años cada uno? El primer periodo de 500 años podría haber sido descrito como un tiempo de éxito limitado, de persecución y sufrimiento. El segundo periodo de 500 años (el cual es simbólico, por supuesto) podría haber sido descrito como la Era Dorada de una victoria y esplendor sin precedentes para la iglesia militante. Pero no es eso lo que encontramos. En vez, un reino de 1000-años de Cristo y su pueblo es prometido para aquellos que han sido decapitados por su testimonio de Jesús - eso es, para los mártires. Ellos son las "almas" que han ido a reinar en el cielo, no en la tierra. Revelación 20 no está concernido con lo que está pasando en la tierra - excepto para decir que los Cristianos están siendo decapitados allí. Esto parece estar muy lejano a una Era Dorada de dominio cultural! ¿Si el apóstol Juan hubiera sido informado de esta Era Dorada por una visión en otra revelación, porque no lo escribe? ¿Dónde están todas las imágenes de los profetas del AT acerca de un desierto floreciente como una rosa? Porque están estas ausentes en Rev. 20?

El silencio del NT es importante y no puede ser pasado por alto. Aunque la teoría de una Era Dorada puede ser defendida apelando a muchos pasajes del AT (ie. Isaías 65) en los cuales se ve una visión de extensión global del reino de Cristo en la tierra, es interesante notar que tales visiones proféticas nunca son aplicadas en el NT a una larga era de éxito la cual comienza mucho más tarde que la resurrección y se cierra con la segunda venida. El NT uniformemente aplica tales textos al estado eterno. Isaías 65:17, por ejemplo, es claramente aplicado en esta manera: la frase "los Cielos Nuevos y la Tierra Nueva" es citada en 2 Pedro 3:13 y Rev. 21:1 con referencia al estado final después que Cristo retorne. Una lectura "literal" de Isaías lleva muchos a pensar que no se puede estar refiriendo al estado eterno. ¿Pero no debemos de someternos nosotros a la autoridad de la interpretación dada por los apóstoles de Jesucristo, en vez de forzar el AT en nuestras ideas preconcebidas acerca de una interpretación "literal"?

2. La Crisis al fin del Siglo

Un segundo argumento en contra de una Era Dorada es que la visión del NT de un tiempo de crisis y sufrimiento al final del siglo es antitética a la brillante visión de una larga era de justicia y paz. "Condenamos los sueños Judíos de que ha de haber una era dorada en la tierra antes del día de Juicio, y que los piadosos, habiendo dominado todos sus enemigos impíos, han de poseer todos los reinos de la tierra. Pues la verdad evangélica en Mateo 24 y 25, y Lucas 18 [presumiblemente v. 8], y la enseñanza apostólica en 2 Tes. 2 y 2 Timoteo caps. 3 y 4, presentan algo bastante diferente" (La Segunda Confesión Helvética, cap. 11). Los pasajes citados por este documento de la Reformación (1566) todos tienen una cosa en común: ellos describen el fin del siglo en términos mucho más sombríos que los que son la en visionados en la teoría de una Era Dorada.

He aquí algunas de las cosas que han de caracterizar ese tiempo:

  • - El amor de muchos se enfriará (Mat. 24:12).
  • - El tiempo antes del retorno de Cristo será caracterizado por la peor tribulación desde el comienzo del mundo (Mat. 24:21).
  • - Aun los elegidos serían engañados por los falsos milagros del Anticristo si el tiempo no fuera acortado (Mat. 24:24).
  • - "Cuando el Hijo del Hombre venga, hallará fe en la tierra?" (Lucas 18:8).
  • - Una gran apostasía ocurrirá en la iglesia visible (II Tes. 2:3).
  • - El Anticristo engañará el mundo y se hará a sí mismo como Dios (II Tes. 2:4).
  • - Satanás reunirá las naciones de los cuatro puntos de la tierra en un intento de destruir la iglesia (Rev. 20:7-9).

 

Hay una manera en que se intenta evadir esta evidencia. Algunos académicos (conocidos como preteristas) contienden que estas visiones de tribulación y crisis fueron cumplidas en los eventos alrededor del asedio a Jerusalén en 70 D.C. [4][iv] Los preteristas creen que Nerón, quien murió en 68 D.C., fue el Anticristo. Sin embargo, siendo cierto que la destrucción de Jerusalén es verdaderamente el cumplimiento de muchos pasajes proféticos, es imposible contender que todas las predicciones de una futura tribulación ó apostasía fueron cumplidas en 70 DC. ¿Por qué no? Porque la segunda venida de Cristo se nos dice que será "inmediatamente después de la tribulación de aquellos días" (Mateo 24:29). Pero si el retorno de Cristo ocurrió inmediatamente después de la tribulación, la tribulación de 70 DC. No puede ser la final o única tribulación (porque Cristo no retornó en ese entonces). También, el Anticristo, nos dice Pablo, será "destruido con el resplandor de la su venida" (2 Tes. 2:8). Pero si el Anticristo ha de ser destruido por el resplandor de la venida de Cristo, entonces debe de estar vivo cuando Cristo regrese! Por lo tanto, el Anticristo final no puede ser Nerón, sino un individuo todavía no revelado.

 

Algunos aspectos de la visión preterista tienen mérito - la Biblia si se refiere a la destrucción de Jerusalén como un evento escatológico importante en el cual el Antiguo Pacto es permanentemente terminado. Pero el Preterismo no puede blanquear de la Biblia todas las referencias a una crisis final venidera, una batalla final entre lo bueno y lo malo que será dramáticamente y decisivamente ganada cuando "el Señor Jesús sea revelado del cielo en llama de fuego" para aplastar la rebelión (2 Tes. 1:7-8; Rev. 20:7-10). [5][v] Y eso significa que por lo menos algunos de los pasajes prediciendo la gran tribulación no han sido todavía cumplidos. U estos pasajes enseñan que los tiempos que preceden el retorno de Cristo no serán caracterizados por justicia, paz, prosperidad y avivamiento. Al contrario, "como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre" (Mateo 24:37). Una Era Dorada parece inconsistente con esta oscura y tormentosa visión del futuro.

 

3. La evidencia de Daniel 2

 

Tercero, la teoría de la Era Dorada es damnificada por un texto muy importante. Daniel 2 enseña que los santos no han de heredar el reino sino hasta que los poderes de mundo sean completamente destruidos – lo cual, todos admiten, ha de ocurrir al retorno de Cristo, no antes.

Daniel 2 nos dice sobre la imagen del sueño de Nabucodonosor la cual tenía una cabeza de oro (Babilonia), pecho y brazos de plata (Medo-Persas), la barriga y muslos de bronce (Grecia), y las piernas de hierro y pies de hierro y barro (Roma). La unidad de todos estos poderes mundiales puede que no sea evidente al ojo humano, ya que ellos se atacan sucesivamente los unos a otros. Pero, en la perspectiva divina, son realmente uno. Juntos, ellos constituyen una imagen idolatra del hombre en su intento arrogante al estilo de Babel para establecerse a sí mismo como Dios. Este poder mundial completo ha de ser destruido en la venida de Cristo, la roca hecha sin manos (Dan. 2:34).

Nótese que ésta roca es completamente tritura los poderes del mundo (la imagen) y los convertirse en polvo: “Entonces fueron desmenuzados también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las eras del verano, y se los llevó el viento sin que de ellos quedara rastro alguno. Mas la piedra que hirió a la imagen fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra.” (Dan. 2:35). ¡No queda ni rastro de la imagen! El poder mundial no es simplemente incapacitado o suprimido, dejando una minoría que más tarde levanta su fea cabeza. Esta destrucción total de la ciudad del hombre es luego seguida por el establecimiento de la ciudad de Dios: “Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre,” (Dan. 2:44).

Entonces, la secuencia es de la siguiente manera:

  1. Los poderes idolatras del mundo tienen dominio por un tiempo.
  2. Los poderes del mundo son totalmente aniquilados a la venida de Cristo
  3. Luego, el reino eterno de Dios es establecido para siempre.

 

Ahora bien, es cierto que la primera venida de Cristo resultó en la atadura de Satanás. Cristo triunfó sobre los poderes angelicales detrás del poder mundial y los puso bajo su autoridad (1 Pedro 3:22). Una subyugación significante del poder del mundo ocurrió en ese entonces. Por medio de su triunfante resurrección Cristo vino a ser en principio, “el Soberano de los reyes de la tierra” (Rev. 1:5).

Todo esto debe ser reconocido. Pero nadie argüirá que el poder del mundo fue totalmente aniquilado “sin dejar ningún rastro” en la primera venida de Cristo. Porque “Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar. (Rev. 20:7-8). La vision de Daniel de una ‘roca’ que vino del cielo a destruir la imagen (Dan. 2:34) no se cumplió en la primera venida de Cristo.

Por lo tanto, la declaración “la piedra que hirió a la imagen fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra.” (Dan. 2:35) se cumplirá solamente cuando Cristo vuelve por segunda vez. La roca no se hará un gran monte y llenará toda la tierra hasta que Cristo destruya totalmente los reinos de este mundo en su segunda venida. Solamente entonces “los reino de este mundo vendrán a ser de nuestro Señor y de su Cristo” (Rev. 11:15). Solamente entonces el reino que Cristo logró en principio durante su primera venida se realizará de manera visible con poder externo y gloria. “Y el reinará por lo siglos de los siglos”.

Ya que la teoría de la Era Dorada ve el reino como un monte llenando la tierra antes de la segunda venida, ve algo contrario a la enseñanza de Daniel, eso es, su coexistencia con el poder del mundo. La posición de la Era Dorada ve el monte como el reino de Cristo llenando la tierra junto a la imagen idolatra la cual se mantiene en pie hasta la segunda venida. Es muy difícil reconciliar tal cuadro con la evidencia de Daniel 2.

 

  1. 4. ¿Cuál es el propósito que sirve?

 

La misma noción de una Era Dorad – una “Victoria” limitada e imperfecta en la historia y sobre la tierra antes de la Victoria absoluta e ilimitada en los cielos nuevos y la tierra nueva --- es algo irrazonable.

 

-          ¿Por qué necesitamos tal “Victoria” anti-climática e inherentemente no-satisfaciente para que nos prepare para la Victoria verdadera que nunca tendrá fin? Una Era Dorada que se queda corta de una ideal y absoluta gloria eterna en los cielos con Dios no debería tener tanto atractivo para aquellos que tienen el Espíritu en sus corazones como “deposito que garantiza nuestra herencia” (Ef. 1:14). Para citar a Geehardus Vos: “No importa cuán con cuantos elementos concretos o colores tenga la concepción y se llene un estado Quiliástico [por ej. Una Era Dorada], para una mente nutrida con las primicias de la vida eterna misma, ello puede, por esa misma razón de que se queda corta de la vida eterna, ha tenido tan poca significancia o atracción.” [6][vi] ¿ No exclamaremos nosotros, aun en la Era Dorada, “los sufrimientos de esta era presente no pueden compararse a la Gloria que será revelado en nosotros!” (Rom. 8:18) [7] [vii]

 

-          ¿Por qué necesita Dios una “victoria” tan hueca cuando el ya va a obtener una vicotria perfecta, y celestial en el estado eterno? La Era Dorada es descrita como un tiempo glorioso, pero aun sus más ardientes promotores admiten que todavía habrá pecado, muerte, e imperfección. Entonces, ¿Por qué la necesita Dios? ¿Por qué será una derrota para Dios el esperar hasta la segunda venida para traer la Era Dorada, una Era Dorada sin pecado, muerte e imperfección, y una que durará para siempre?

 

-          Una victoria terrenal imperfecta se hace significativa solamente sobre la asunción de que la civilización Cristiana que resultará va a continuar en el estado eterno. [8][viii] Pero la Escritura claramente enseña algo muy distinto: “porque la apariencia de este mundo se pasa” (1 Cor. 7:31). “Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas”(2 Ped. 3:10). “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más” (Rev. 21:1); En toda su probabilidad, estos textos no enseñan que Dios destruye completamente la tierra y luego crea una distinta de la nada. Sino que, Dios “hace todas las cosas nuevas” (Rev. 21:5). Sin embargo, debemos tomar el lenguaje “pasarán” y “siendo quemados” seriamente. Yo encuentro muy dificil de creer que el product de la cultura Cristiana – pore j. la música, arte, arquitectura, literature, logros politicos, avances científicos y medicos – sobrevivan los purificadores fuegos del juicio. “no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.” (2 Cor. 4:18; Compare con Heb. 12:26-29) .

 

-          La creencia en una Edad de Oro destruye la fe, porque alienta a los cristianos a caminar por la vista (2 Cor 5: 7). Déjeme explicar. La victoria que Cristo ha logrado a través de su muerte y resurrección en principio es una victoria final y completa que simplemente espera que su segunda venida se manifieste de hecho. Debido a esto, debemos vivir incluso ahora con la alegría, el optimismo y la confianza de que Cristo ha ganado la victoria, incluso cuando las cosas parecen muy diferentes. "Al poner todo bajo [Cristo], Dios no dejó nada que no esté sujeto a él". Esto sigue siendo una realidad sólida, aunque "en este momento no vemos todo sujeto a él". ¿Qué debemos hacer entonces? Por la fe "vemos a Jesús, que fue hecho un poco más bajo que los ángeles, ahora coronado de gloria y honor porque sufrió la muerte" (Heb 2: 8-9). Por la fe nos apoyamos en la realidad celestial e invisible de que "Dios nos resucitó con Cristo y nos hizo sentar con él en los lugares celestiales" (Efesios 2: 6). Porque "la fe es la realidad de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve" (Hebreos 11: 1). Los defensores de la teoría de la Edad de Oro nos dicen que caminar de esa manera fomenta una mentalidad derrotista, una perspectiva pesimista. Pero esto delata una suposición fundamentalmente no bíblica: que el verdadero optimismo y la confianza en la victoria de Cristo se basan en la vista, en la evidencia terrestre tangible de la victoria. Pero el NT tiene la visión opuesta: "Por lo tanto, no nos desanimamos, sino que, aunque nuestro hombre exterior se está consumiendo, nuestro hombre interior se renueva día tras día. Pues nuestra aflicción ligera y momentánea nos está logrando un eterno peso de la gloria. Así que no fijamos nuestros ojos en lo que se ve, sino en lo que no se ve, porque lo que se ve es temporal, pero lo que no se ve es eterno "(2 Cor 4, 16-18). De acuerdo con la teoría de la Edad de Oro, podemos evitar perder el corazón solo si fijamos nuestros ojos en lo que se ve. Esta teoría, por lo tanto, destruye la fe al tentar a los creyentes a caminar por la vista.

 

-          Diluye la esperanza en la medida en que distrae la mirada del cristiano de la esperanza máxima de la bendita aparición del Señor en gloria y poder. "Pon toda tu esperanza en la gracia que se te dará cuando Jesucristo sea revelado" (1 Pedro 1:13). Tener una edad de oro para nuestra esperanza (incluso como una esperanza secundaria) parece incompatible con el apasionado anhelo de la aparición de Cristo que debe caracterizar nuestras vidas (2 Tim 4: 8).

 

-          Socava la paciencia en la medida en que nos hace insatisfechos con el sufrimiento que nos ha designado "en este tiempo presente" (Rom 8, 17-18). Si esperamos una Edad de Oro, realmente no podemos estar contentos con la forma en que van las cosas para la iglesia ahora. Nos impacientaremos con el calendario de Dios. Pero "si esperamos lo que aún no tenemos, lo esperamos pacientemente... Y sabemos que en todas las cosas Dios trabaja por el bien de los que lo aman... ¿Quién nos separará del amor de Cristo? dificultad o persecución o hambre o desnudez o peligro o espada? ... No, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó "(Rom 8:25, 28, 35, 37).

 

-          Nos desvía de nuestras verdaderas prioridades. En lugar de vivir vidas piadosas y testificar del evangelio de Cristo mientras vivimos en medio de este mundo perdido (Fil. 2, 15-16), la teoría de la Edad Dorada implica que debemos esforzarnos por construir una sociedad y una civilización cristianas en la tierra. Tener una agenda tan terrenal es inconsistente con el llamado del NT. "Dado que todo se destruirá de esta manera, ¿qué tipo de personas deberías ser?" Peter pregunta. "Debes vivir vidas santas y piadosas mientras esperas el día de Dios y apresuras su venida" (2 Pedro 3: 11-12). Se nos ordena "negar la impiedad y las pasiones mundanas, y vivir vidas piadosas, virtuosas y piadosas en esta era presente, mientras esperamos la bendita esperanza: la gloriosa aparición de nuestro gran Dios y Salvador, Jesucristo". (Tito 2: 12-13).

 

-           Finalmente, la teoría de la Edad de Oro disminuye la mentalidad celestial. "Desde entonces, han sido resucitados con Cristo, pongan sus corazones en las cosas de arriba, donde Cristo está sentado a la diestra de Dios. Pongan su mente en las cosas de arriba, no en las cosas terrenales. Porque murieron, y su vida es ahora escondido con Cristo en Dios. Cuando Cristo, quien es tu vida, aparezca, entonces tú también aparecerás con él en gloria "(Col 3: 1-4).

 

Conclusion

Nuestro tesoro debería estar en el cielo, no en la tierra (Mateo 6:19). "Aquí no tenemos una ciudad duradera, pero estamos buscando la ciudad que está por venir" (Hebreos 13:14). Pongamos nuestra esperanza plenamente en la gloriosa aparición de nuestro Señor Jesucristo, sabiendo que la victoria que se ganó a través de su muerte y resurrección es una realidad segura. "Los sufrimientos de este tiempo presente no son dignos de ser comparados con la gloria que ha de ser revelada" (Romanos 8:18). Porque tenemos "una herencia que no puede perecer, despojarse ni desvanecerse, reservada en el cielo para nosotros" (1 Pedro 1: 4).

 

NOTAS FINALES:

Artículo Original en Inglés: http://www.upper-register.com/papers/golden.html

Traducido por: Jorge L. Trujillo

 

REFERENCIAS:


[i] [1] Trato contemporaneo del tema incluye Loraine Boettner's, The Millennium, and J. Marcellus Kik's, The Eschatology of Victory (La Escatología de Victoria).

[ii] [2] Kenneth L. Gentry, Jr., The Greatness of the Great Commission (Tyler, TX: Institute for Christian Economics, 1990), p. 141.

[iii] [3] Gentry, "¿De quién es la victoria en la historia?" en Theonomy: An Informed Response, editado por Gary North (Tyler, TX: Institute for Christian Economics, 1991), págs. 210-13. Gentry cita el léxico hebreo-inglés de Brown, Driver y Briggs al interpretar que la palabra "hasta" significa "no un cierre absoluto, sino una época, o punto de inflexión, en el futuro". Esto puede ser cierto en algunos casos, pero en 1 Cor 15:25 Pablo define claramente cuándo ocurre el "hasta": "Él debe reinar hasta que haya puesto a todos sus enemigos bajo sus pies. El último enemigo que se destruirá es la muerte" ( vv. 25-26). Por lo tanto, Cristo reinará "hasta" que haya destruido la muerte. ¿Y cuándo se destruirá la "muerte"? El contexto de 1 Cor 15 como un todo proporciona la respuesta: en la resurrección de los creyentes, e incluso Gentry admite que esto ocurrirá en la segunda venida, no antes de ella.

[iv] [4] La interpretación preterista de muchos de estos pasajes está delineada por Gentry, He Shall Have Dominion (Tyler, TX: Institute for Christian Economics, 1992). Hoy hay dos formas de preterismo: una forma extrema (y herética) que dice que incluso la resurrección y la segunda venida ya son pasadas; y una posición más moderada que admite que estos eventos son aún futuros (Gentry sostiene esta visión).

[v] [5] Estos dos pasajes (2 Tesalonicenses 1: 7-10; Apocalipsis 20: 7-9) son los bajos sobre los que el barco del preterismo finalmente debe encallar. Gentry incluso admite que "la evidencia de las Escrituras, aunque claramente espera el dominio de Cristo en todo el mundo, también permite que haya una minoría que no se convertirá a Él. Parece que hay evidencia clara de esto en los eventos asociados con el regreso de Cristo, que incluyen una breve rebelión, como lo indican 2 Tesalonicenses 1: 7-10 y Apocalipsis 20: 7-9 "(Él tendrá Dominio, pp. 253f). Por supuesto, minimiza la crisis a "una breve rebelión" por "una minoría", pero su admisión confirma el hecho de que la lejía del preterismo no puede eliminar por completo todos los indicadores de una batalla final al final de la era. Solo la forma extrema y herética del preterismo puede (ver nota 4).

[vi] [6] Geerhardus Vos, citado por Richard B. Gaffin, Jr., "Theonomy and Escatology: Reflections on Postmillennialism", en Theonomy: A Reformmed Critique, editado por William S. Barker y W. Robert Godfrey (Grand Rapids: Zondervan, 1990). ), pag. 210.

[vii] [7] Los defensores de la teoría de la Edad de Oro admiten que aún podremos citar Rom 8:18 incluso en la Edad de Oro. "La expansión del reino, incluso en su altura más gloriosa, no se comparará con la gloria de la libertad total del creyente en la resurrección, ya que posee un cuerpo glorificado y eterno" (Gentry, "¿De quién es la victoria en la historia?" En Theonomy : Una respuesta informada, página 229). Entonces la inquietante pregunta sigue siendo: ¿Por qué una Edad de Oro?

[viii] [8] According to some theologians, the Fall did not abolish the dominion or cultural mandate of Gen 1:26-28. Rather, it continues in force and is fulfilled through the cultural, political, and scientific efforts of Christians. This view was first championed in the latter part of the 19th century by a movement known as Dutch Neo-Calvinism (Abraham Kuyper and Klaas Schilder were the primary theological leaders of this movement). A contemporary explanation of this Dutch Neo-Calvinistic philosophy of culture may be found in H. Henry Meeter, The Basic Ideas of Calvinism, 6th ed. (Grand Rapids: Baker, 1990). Meeter, who agrees with Kuyper and Schilder, believes that "those things that we do which spring genuinely from the grace and mercy of God and which are done in faith and obedience will not pass away and be lost forever. Instead they will be purified and will be carried over into the kingdom of God" (p. 198). Anthony Hoekema takes a similar view of culture in chapter 20 of The Bible and the Future (Grand Rapids: Eerdmans, 1979). For a response see Kline, Kingdom Prologue (2000), pp. 68-82, 155-72.

 

 

 

 

 

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Escrito  01/16/2006