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calvino-lutero

-por Jorge L. Trujillo

Luteranismo vs. Calvinismo

Martin Lutero y Juan Calvino son considerados como los dos hombres más importantes de la Reforma Protestante del siglo  XVI.  Sin embargo, existen varias diferencias y semejanzas entre lo que se conoce hoy día como Calvinismo y lo que se conoce como Luteranismo.

En este breve documento deseo exponer tales diferencias a fin de ayudar a aquellos quienes desean saber un poco más sobre el tema.  Debo comenzar diciendo que ambos son grupos cristianos.  Ni los luteranos son seguidores de Lutero ni los Calvinistas son seguidores de Calvino. Las etiquetas simplemente significan que ellos concuerdan (en menor o mayor grado) con las interpretaciones de la Escritura tal y como fueron expuestas por estos dos hombres.

En este artículo solamente hablaremos de lo concerniente a los puntos específicos de salvación como se relacionan a la visión calvinista de esos cinco puntos.  Tanto los calvinistas como los luteranos están en total acuerdo sobre las doctrinas esenciales del cristianismo. Ambos grupos, como todos los cristianos, creen en la inspiración de las Escrituras, la trinidad divina, la deidad de Cristo, su nacimiento virginal, su vida, muerte, pasión y resurrección corporal.  También creen en la presencia de Dios en el cielo sentado a la diestra del Padre y su futuro retorno en gloria a juzgar los vivos y los muertos. Ambos sostienen una visión Amilenial de la escatología y también practican el bautismo de niños. 

Estaremos comparando lo escrito tanto en el libro de Concordia y particularmente la confesión de Augsburgo (documento doctrinal luterano) y otros documentos luteranos con lo expuesto en la confesión de Westminster (documento doctrinal calvinista).  Los tópicos que compararemos serán la depravación del hombre, la elección, la expiación, la obra del Espíritu Santo en la conversión, y la perseverancia de los santos.

“COMPARACIÓN de CREENCIAS”

1. La Depravación del hombre

Tanto para los luteranos como para los calvinistas sostienen que todos los hombres nacen con una naturaleza caída y totalmente incapaces de hacer nada bueno.  Los luteranos y los calvinistas niegan que el hombre tenga cualquier capacidad para hacer algo enteramente bueno delante de Dios.  Ambos grupos están enteramente de acuerdo sobre la total corrupción del hombre y la necesidad absoluta de la gracia de Dios y su directa intervención para su salvación. En la confesión de Augburgo leemos lo siguiente sobre el pecado original:

…se enseña entre nosotros que desde la caída de Adán todos los hombres que nacen según la naturaleza se conciben y nacen en pecado. Esto es, todos desde el seno de la madre están llenos de malos deseos e inclinaciones y por naturaleza no pueden tener verdadero temor de Dios ni verdadera fe en él. Además, esta enfermedad innata y el pecado hereditario es verdaderamente pecado y condena bajo la ira eterna de Dios a todos aquellos que no nacen de nuevo por el Bautismo y el Espíritu Santo.

Al respecto se rechaza a los pelagianos y otros que niegan que el pecado hereditario sea pecado, porque consideran que la naturaleza se hace justa mediante poderes naturales, en menoscabo de los sufrimientos y méritos de Cristo.

Enseñamos que a consecuencia de la caída de Adán, todos los hombres nacidos de manera natural son concebidos y nacidos en el pecado. Esto es, sin temor de Dios, sin confianza en Dios y con la concupiscencia. Este pecado hereditario y esta corrupción innata y contagiosa es un pecado real que lleva a la condenación y a la cólera eterna de Dios a todos los que no son regenerados por el Bautismo y por el Espíritu Santo.

De igual manera los calvinistas afirman la incapacidad del hombre para hacer algo completamente y espiritualmente bueno ante Dios. En la confesión de Westminster leemos:

LA CAIDA DEL HOMBRE, EL PECADO Y SU CASTIGO

I)...Nuestros primeros padres, seducidos por la sutileza y tentación de Satanás, pecaron comiendo del fruto prohibido (Gen. 3:13; 2*Cort. 11:3), Plugo a Dios, conforme a su sabio y santo proposito, permitir este pecado proponiendose ordenarlo para su propia gloria. (Rom.11:32)

II)...Por este pecado cayeron de su justicia original y perdieron la comunión con Dios, (gen 3:7,8; Eclst. 7:29; Rom. 3:23), y asi quedaron muertos en el pecado (Efs.2:1; Rom. 5:12), y totalmente corrompido en todas las facultades y partes del alma y del cuerpo. (Gen. 6:15)

III)...Siendo ellos la raíz de la raza humana, la culpa de este pecado fue imputada a su posteridad (Hech. 17:26, Gen. 2:16,17, comp. Rom. 5:12; 15-19; I*Cort. 15:21; 22, 45, 49(, y la misma muerte en el pecado y la naturaleza corrompida se transmitieron a aquella que desciende de ellos segun la generación ordinaria. (Salm. 51:5; Gen. 5:3; Job 14:4; 15:14)

IV)...De esta corrupción original, por la cual carecemos de disposición y aptitud para todo bien (Rom. 5:6; 8:7; 7:18; Juan 3:6); y estamos opuestos a este, así como enteramente inclinados a todo mal (Gen. 8:21; Rom.3:10-12), dimanan todas nuestras transgresiones actuales. (Stgo. 1:14, 15; Mat. 15:19)

V)...Esta corrupción de naturaleza dura toda la vida aun en aquellos que son regenerados, (Rom. 7:14, 17, 18, 23; Prov. 20:9; Eclst. 7:20), y aun cuando sea perdonada y amortiguada por medio de la fe en Cristo, sin embargo, ella, y todos los efectos de ella son verdadera y propiamente pecado. (Rom.7:5, 7,8,25)

VI)...Todo pecado, ya sea original o actual, siendo una transgresión de la justa ley de Dios y contrario a ella (I* Juan 3:4) por su propia naturaleza trae culpabilidad sobre el pecador (Rom. 3:19) por lo que este queda bajo la ira de Dios (Efs. 2:3), de la maldición de la ley (Galt. 3:10), y por lo tanto sujeto a la muerte, (Rom. 6:23) con todas las miserias espirituales (Efs. 4:18), temporales (Lam. 3:39) y eterna (Mat. 25:41)

2. La elección para salvación

Tanto los luteranos como los calvinistas creen que Dios ha escogido desde antes de la fundación del mundo un grupo de hombres para salvación eterna.  Esta elección según ambos puntos de vista no está basada en nada que Dios haya visto en el hombre sino en su pura gracia y amor por medio de Cristo. Según la creencia luterana:

“Dios, antes de la fundación del mundo, de pura gracia, a causa de la redención de Cristo, ha escogido para sí de toda la masa corrompida, un grupo definido de personas y ha determinado traerlos por la Palabra y Sacramento, a la fe y la salvación.”

Los luteranos niegan que Dios haya previsto algo en los hombres como base para su elección:

Rechazamos como error anti Escritural la doctrina que no solo la gracia de Dios y el merito de Cristo son la causa de la elección de gracia, sino que Dios ha, en adicion, hallado o considerado algo bueno en nosotros lo cual le movió o causo a elegirnos, esto siendo designado de varios formas como “buenas obras,”, “buena conducta, “propia auto-determinación”, “detener la resistencia voluntaria,” etc.  Ni tampoco conoce la Sagrada Escritura que de una elección basada en “fe prevista”, “en vista de la fe”, como si la fe de los escogidos fuera puesta antes de su elección; sino que de acuerdo a la Escritura la fe por la cual los escogidos tienen en su debido tiempo pertenece a las bendiciones espirituales con las cuales Dios le regala por medio de Su elección eterna.

Los calvinistas creen muy parecido. En la Confesión de Westminster leemos:

V)...A aquellos que Dios ha predestinados para vida desde antes que fuesen puestos los fundamentos del mundo, conforme a su eterno e inmutable propósito y al consejo y beneplácito secreto de su propia voluntad, los ha escogidos en Cristo para la gloria eterna. (Efs. 1:4, 9, 11; Rom. 8:30; 2*Tim. 1:9; I*Tesl.5:9), mas esto por su libre gracia y puro amor, sin la previsión de la fe o buenas obras, de la perseverancia en ellas o de cualquiera otra cosa en la criatura como condición o causa que le mueva a ello (Rom. 6:11, 13, 16; Efs.1:4-9), y lo ha hecho todo para alabanza de su gracia gloriosa. (Efs.1:6-12).

3. La expiación de Cristo

En este punto los calvinistas y luteranos tienen diferencias. Mientras los Calvinistas sostienen que la muerte de Cristo fue para beneficio eterno único de los escogidos, los luteranos sostienen que la muerte de Cristo fue para el beneficio de toda la raza humana pero que solo obtienen ese beneficio los que creen.  Es bueno aclarar aquí que siendo que los luteranos sostienen la creencia en la predestinación idéntica a los calvinistas y creen que la fe viene a los que han sido elegidos desde la fundación del mundo para salvación, entonces la expiación finalmente beneficia solamente a aquellos quienes han sido escogidos por Dios para salvación.

4. La obra del Espíritu Santo en la salvación

Tanto los luteranos como los calvinistas creen que la única razón por la que una persona puede venir a Cristo es por la obra del Espíritu Santo en su vida.  Ambos están de acuerdo en que la fe es producida en el oyente por medio de la Palabra de Dios. Según los luteranos, la diferencia entre quien cree y quien no cree es producto de la elección eterna:

“la elección eterna es la causa del por la cual los elegidos son traídos a la fe en su tiempo, Hechos 13:48; pero la elección no es la causa por la cual los hombres se mantienen incrédulos cuando escuchan la Palabra de Dios.”

Siendo que los escogidos por la gracia de Dios han de ser traídos a la fe en su debido tiempo, la visión luterana y la calvinista en torno a la gracia irresistible es que no puede fallar.  En este punto de vista tanto los luteranos como los calvinistas concuerdan.  El calvinismo sostiene que la gracia de Dios es resistida por todos los hombres pero no por aquellos que Dios ha escogido para salvación desde antes de la fundación del mundo.  Los escogidos vendrán en su debido tiempo a la fe:

I. A todos aquellos a quienes Dios ha predestinado para vida, y a ellos solamente, le agrada en su tiempo señalado y aceptado, llamar eficazmente (1) por su palabra y Espíritu, (2) fuera del estado de pecado y muerte en que están por naturaleza, a la gracia y salvación por Jesucristo; (3) iluminando espiritual y salvíficamente su entendimiento, a fin de que comprendan las cosas de Dios; (4) quitándoles el corazón de piedra y dándoles uno de carne; (5) renovando sus voluntades y por su potencia todopoderoso, induciéndoles hacia aquello que es bueno, (6) y trayéndoles eficazmente a Jesucristo; (7) de tal manera que ellos vienen con absoluta libertad, habiendo recibido por la gracia de Dios la voluntad de hacerlo. (8)

5. La perseverancia Final

Tanto luteranos como calvinistas concuerdan en que los escogidos han de perseverar hasta el fin. Esto significa que no hay pérdida de salvación para un verdadero escogido por  Dios en ambas posiciones. Eso sin embargo no significa que algunos, según ambas posiciones, creen por un tiempo luego se aparten de esa profesión cometiendo de esa forma apostasía. Los luteranos afirman que “se rechaza a los que enseñan que quienes una vez se convirtieron ya no pueden caer.” Muchos han entendido esto como “caer de la justificación” sin embargo la aclaración provista en el mismo documento declara que lo que se refiere es caer en pecado:

En lo que concierne al arrepentimiento, enseñamos que aquellos que han pecado después del Bautismo pueden obtener el perdón de sus pecados todas las veces que se arrepientan y que la Iglesia no debe rechazar su Absolución. El verdadero arrepentimiento comprende en primer lugar la contrición, es decir el dolor y terror que uno siente a causa del pecado; en segundo lugar la fe en el Evangelio y en la Absolución, es decir, la certeza que los pecados nos son perdonados y que la gracia nos llega por los méritos de Jesucristo. Es esta fe la que consuela los corazones y que da paz a la conciencia. Luego de esto se debe enmendar la vida y renunciar al pecado. Ya que tales deben ser los frutos del arrepentimiento, como lo dijo Juan el Bautista (Mt. 2,8) « Haced   frutos   dignos   del arrepentimiento ».  Condenamos pues a los Anabaptistas que niegan que los justificados pueden perder el Espíritu Santo. Igualmente a los que enseñan que una vez convertido, el cristiano no puede volver a caer en el pecado. Condenamos también a los Novacianos que niegan la Absolución a los que pecaron después del Bautismo. Finalmente rechazamos a los que enseñan que se obtiene el perdón de los pecados, no por la fe, sino por nuestras satisfacciones. (énfasis añadido.)

Se sostiene por ambos grupos que alguno ‘no escogido’ puede llegar a expresar cierta clase de fe por un tiempo y no llegar a ser glorificado.  Sin embargo aquellos quienes solo creen por un tiempo gozan de la salvación temporal y los beneficios presentes de ella mas no gozan de los beneficios eternos de la misma y dejan de creer y caen en apostasía perdiendo sus almas y salvación final pertenecen al grupo de los que no fueron escogidos por la gracia de Dios. Aunque el calvinismo niega que un verdadero hijo de Dios, justificado y santificado por su sangre pueda terminar en el infierno, el Luteranismo admite que un hijo de Dios, regenerado y justificado puede llegar a perderse por dejar de creer al poner su confianza en sus obras de justicia carnales y no en Cristo.  Para el calvinista, uno que hace esto prueba que nunca tuvo una verdadera fe en primer lugar. No obstante, la doctrina Luterana es ambigua en este punto. Se afirma que un verdadero creyente tiene seguridad eterna al mismo tiempo que se afirma que puede perderse.  Esto, es considerado un misterio, por ejemplo, en la sección de preguntas y respuestas de la Iglesia Luterana Sínodo de Missouri, se explica que:

“Los Luteranos creen que ambas son verdaderas y fundamentadas en la Escritura: Es posible para un creyente el caer de la fe y perder su salvación, y es posible para un creyente el tener completa seguridad eterna de salvación por medio de la fe en Jesucristo.”  De esto dicen que “es una paradoja para la razón humana.” Es ciertamente una paradoja cuando consideramos la fuerte creencia de Martin Lutero (y los luteranos) en la predestinación de algunos y la no predestinación de otros y cuando se niega claramente en la confesión de Augburgo que “los justificados pueden perder el Espíritu Santo.”

El problema radica en la creencia luterana de la regeneración bautismal, que una persona bautizada es automáticamente regenerada. De esa manera si alguien que fue bautizado luego da pruebas de confiar en su carne y no tener una fe genuina en Cristo, esa persona es entonces considerada como uno que perdió su salvación.  Los calvinistas no creen en la regeneración bautismal y por lo tanto si un bautizado luego da evidencias de ser un réprobo en cuanto a la fe, la conclusión es que simplemente esa persona nunca nació de nuevo.

Conclusión:

A mi entender las diferencias entre luteranos y calvinistas sobre los cinco puntos analizados aquí son mínimas a excepción de dos de ellos, la expiación universal luterana y lo que considero cierta ambigüedad en torno a la perseverancia final de los santos por parte de los luteranos. Ambos sistemas sostienen una visión igual de la depravación del hombre, de la elección y la predestinación. En este punto la diferencia radica en que la predestinación desde el punto de vista luterano no insiste como lo hace el calvinista en un decreto de reprobación.  El luterano prefiere permanecer silente en este punto aunque afirma junto con el calvinista que la predestinación y la elección de gracia en base a los méritos de Cristo y la expiación es la única razón por la que los escogidos creen la palabra del evangelio mientras que otros no lo hacen.  En otras palabras, “es Dios quien hace la diferencia.”

Sobre el tema de la extensión de la expiación hay una diferencia no muy profunda.  El luterano ve una expiación universal donde toda la raza humana ha sido reconciliada con Dios.  Ellos sin embargo sostienen que solamente los escogidos por gracia son justificados y reciben los beneficios de ese sacrificio mientras que los demás son condenados. Los calvinistas creen que la expiación fue únicamente para beneficio único de los escogidos por gracia y que el resto de la humanidad goza de la gracia común gracias a la misericordia de Dios pero no recibe beneficio alguno de la cruz de Cristo.  Finalmente, en torno a la perseverancia final, ambos sostienen que los escogidos por gracia y predestinados por Dios para su gloria eterna han de permanecer en fe hasta el fin.  Los luteranos creen que algunos creen verdaderamente y que luego se alejan dando pruebas así de que no son de los escogidos por gracia. Los calvinistas creen lo mismo aunque no llegan a decir como los luteranos que el que tal hizo, habría sido nacido de nuevo, justificado y verdaderamente creyente.

21 de diciembre de 2010.

 

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Notas y Referencias:

Antes de proceder es importante aclarar que según muchos comentaristas lo que se conoce como Luteranismo hoy no es en ciertos puntos necesariamente ni exactamente lo que creyó Martin Lutero sino lo que formularon sus seguidores, particularmente Melanchton quien según se afirma no permaneció en las enseñanzas de Lutero. Calvinismo es usado en este contexto como comúnmente se entiende en nuestros días, como referencia solamente a los 5 puntos (TULIP) y no al sistema completo de Calvino.

http://www.lcms.org/pages/internal.asp?NavID=576

http://www.lcms.org/pages/internal.asp?NavID=576

Confesión de Fe de Westminster: http://vidaeterna.org/esp/historia/doctrina/Westminster_fe.htm

http://www.ielprincipedepaz.org/La_Confesion_de_Augsburgo.htm (capitulo XII)

Confesión de Augsburgo : http://mb-soft.com/believe/tsn/augsburg.htm

 

 


 

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