¿Haces tú bien en enojarte tanto?
Por:
Jorge L. Trujillo
Jonás 4
El enojo de Jonás
1 Pero Jonás se apesadumbró en extremo, y se enojó.
2 Y oró a Jehová y dijo: Ahora, oh Jehová, ¿no es esto lo
que yo decía estando aún en mi tierra? Por eso me apresuré a huir a
Tarsis; porque sabía yo que tú eres Dios clemente y piadoso, tardo
en enojarte, y de grande misericordia, y que te arrepientes del
mal. 3 Ahora pues, oh Jehová, te ruego que me quites la vida;
porque mejor me es la muerte que la vida. 4 Y Jehová le
dijo: ¿Haces tú bien en enojarte tanto? 5 Y salió Jonás
de la ciudad, y acampó hacia el oriente de la ciudad, y se hizo allí
una enramada, y se sentó debajo de ella a la sombra, hasta ver qué
acontecería en la ciudad. 6 Y preparó Jehová Dios una
calabacera, la cual creció sobre Jonás para que hiciese sombra sobre
su cabeza, y le librase de su malestar; y Jonás se alegró grandemente
por la calabacera. 7 Pero al venir el alba del día siguiente,
Dios preparó un gusano, el cual hirió la calabacera, y se secó. 8
Y aconteció que al salir el sol, preparó Dios un recio viento solano,
y el sol hirió a Jonás en la cabeza, y se desmayaba, y deseaba la
muerte, diciendo: Mejor sería para mí la muerte que la vida. 9
Entonces dijo Dios a Jonás: ¿Tanto te enojas por la calabacera? Y él
respondió: Mucho me enojo, hasta la muerte. 10 Y dijo
Jehová: Tuviste tú lástima de la calabacera, en la cual no trabajaste,
ni tú la hiciste crecer; que en espacio de una noche nació, y en
espacio de otra noche pereció. 11 ¿Y no tendré yo piedad
de Nínive, aquella gran ciudad donde hay más de ciento veinte mil
personas que no saben discernir entre su mano derecha y su mano
izquierda, y muchos animales?
I. El poder dañino y origen del enojo
El enojo puede hacernos perder las bendiciones
espirituales que Dios tiene para los que le buscan, pero también puede
dañar nuestras relaciones con nuestros hermanos de la iglesia, el
matrimonio, las amistades, etc. Dios desea que seamos personas
perdonadoras, y Cristo es nuestro mejor ejemplo.
Origen: El orgullo, el odio (rencor), la impiedad
La mayoría de las veces el enojo es producto de
un pensamiento equivocado:
1.
Por falta de amor a Dios y compasión por nuestro prójimo
Mateo 26
7 vino a él una mujer, con un vaso de alabastro de
perfume de gran precio, y lo derramó sobre la cabeza de él, estando
sentado a la mesa.(1)
8 Al ver esto, los discípulos se enojaron, diciendo:
¿Para qué este desperdicio? 9 Porque esto podía haberse
vendido a gran precio, y haberse dado a los pobres.
2.
Por celos y envidias:
Lucas 13
10 Enseñaba Jesús en una sinagoga en el día de reposo;
* 11 y había allí una mujer que desde hacía dieciocho años
tenía espíritu de enfermedad, y andaba encorvada, y en ninguna manera
se podía enderezar. 12 Cuando Jesús la vio, la llamó y le
dijo: Mujer, eres libre de tu enfermedad. 13 Y puso las manos
sobre ella; y ella se enderezó luego, y glorificaba a Dios. 14
Pero el principal de la sinagoga, enojado de que Jesús hubiese sanado
en el día de reposo, * dijo a la gente: Seis días hay en que se debe
trabajar; en éstos, pues, venid y sed sanados, y no en día de reposo.15
Entonces el Señor le respondió y dijo: Hipócrita, cada uno de
vosotros ¿no desata en el día de reposo * su buey o su asno del
pesebre y lo lleva a beber?
Lucas 15
27 Él le dijo: Tu hermano ha venido; y tu padre ha hecho
matar el becerro gordo, por haberle recibido bueno y sano. 28
Entonces se enojó, y no quería entrar. Salió por tanto su padre,
y le rogaba que entrase. 29 Mas él, respondiendo, dijo al
padre: He aquí, tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás,
y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos.
3.
Por orgullo:
2 Reyes 5
10 Entonces Eliseo le envió un mensajero, diciendo: Ve y
lávate siete veces en el Jordán, y tu carne se te restaurará, y serás
limpio. 11 Y Naamán se fue enojado, diciendo: He aquí
yo decía para mí: Saldrá él luego, y estando en pie invocará el
nombre de Jehová su Dios, y alzará su mano y tocará el lugar, y sanará
la lepra. 12 Abana y Farfar, ríos de Damasco, ¿no son
mejores que todas las aguas de Israel? Si me lavare en ellos, ¿no seré también limpio? Y se volvió, y se fue
enojado.
4.
Por egoísmo o vanagloria:
Mateo 20
20 Entonces se le acercó la
madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos (Jacobo y Juan), postrándose
ante él y pidiéndole algo. 21
Él le dijo: ¿Qué quieres? Ella le dijo: Ordena que en tu reino se
sienten estos dos hijos míos, el uno a tu derecha, y el otro a tu
izquierda..... 24 Cuando los diez oyeron esto,
se enojaron contra los dos hermanos.
II. El enojo en el matrimonio y en el hogar:
1.
El enojo en el matrimonio: Podríamos decir que es casi inevitable. Dos
personas de distintos caracteres viviendo bajo un mismo techo pueden
tener, por no decir "tienen o tendrán" diferencias.
Esto es completamente normal. Con la armonía del Espíritu Santo y un
hogar fundado sobre la Palabra se pueden evitar enojos dañinos en las
relaciones matrimoniales.
2.
El enojo descontrolado es
pecado: El que las diferencias
crezcan a tal grado o magnitud que el enojo nos haga decir o actuar de
manera irracional-(tirando cosas el uno al otro y el decir malas
palabras el uno al otro) y no cristianamente puede destruir el
matrimonio, y la relación con Dios. En un hogar donde no hay completa
sumisión a Dios y a su Palabra, donde el marido no es un hombre de Dios,
y donde la esposa no reconoce su lugar de ayuda idónea, se puede
convertir en un campo de batalla donde pronto Satanás tomará lugar.
3.
El no dar lugar al diablo: El diablo se encargará de crear cualquier
situación pequeña en algo que cualquiera de los dos en la pareja
utilice para comenzar una discusión o un altercado. Celos, intolerancia,
y falta de comprensión de cualquiera de los dos en la pareja podrá ser
lo que el diablo presente para traer el enojo.
4.
El amor en la pareja: El amor a Dios hará crecer el amor mutuo en la
pareja. El matrimonio debe de ser como un niño y aprender a perdonarse
prontamente cualquier falta u ofensa antes que se haga más grande y
el diablo tome lugar. Los enojos y discusiones se deben de evitar lo más
posible en la pareja. La Biblia nos dice "Ni deis lugar al diablo".
Mejor es
morar en tierra desierta que con la mujer rencillosa e iracunda ---
Proverbios 21:19
El
hombre iracundo promueve contiendas; mas el que tarda en airarse
apacigua la rencilla --- Proverbios 15:18
El
hombre iracundo levanta contiendas, Y el furioso muchas veces peca. La
soberbia del hombre le abate; Pero al humilde de espíritu sustenta la
honra---Proverbios 29:22-23
5.
La relación con los hijos: La relación con los hijos debe ser una de
amor y comprensión, evitando la ira excesiva, el enojo y la contienda.
La Biblia dice que los padres deben educar a los hijos en el temor del
Señor y no provocarlos a ira. (Efesios 6:4)
6.
Determina y Demuestra
Nuestra Relación con Dios: Nuestra
relación en el hogar con nuestra pareja determina y nuestra relación
con Dios y con los hermanos de la Iglesia, seamos culpables o no.
De igual manera, nuestra relación con Dios determina nuestra relación
con nuestra pareja y con nuestro prójimo, y lo que es aun más
importante es que nuestra relación con nuestros semejantes
‘demuestra’ y da evidencias de la relación que tenemos con Dios.
Recordemos que Cristo dijo “por sus frutos los conoceréis” y Pablo
nos dice que el fruto del Espíritu es “paz, amor, longanimidad,
paciencia y dominio propio” (Gálatas 5:22ss)
III. El enojo entre los hermanos
1.
Causa de división
El enojo contra los
hermanos o contra el Pastor, es en muchas ocasiones causa de división
en la iglesia. Gente que aunque tenga mucho tiempo en la iglesia, se
enojan y causan división son gentes que no se dejan usar por Dios, sino
por el diablo. Muchos se enojan porque las cosas no son como ellos
piensan que deben ser.
Hay quienes a todo
lo que se hace le encuentran faltas, siempre se quejan y se enojan, como
dice el dicho "no hacen ni dejan hacer. Con su conducta
"insoportable" crean mal ambiente para los lideres y los demás
hermanos. Siembran cizaña y vientos contrarios, en vez de
edificar, destruyen.
2.
Causa de fracaso y estorbo
en nuestra relación con Dios
La Biblia nos enseña que
debemos de mantener nuestras cuentas claras con todos. Especialmente
nuestros hermanos. Dios no puede perdonar a nadie que no haya perdonado
a su hermano, y aun también a su enemigo.
Jesús dijo:
21 Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y
cualquiera que matare será culpable de juicio. 22 Pero yo os
digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de
juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante
el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al
infierno de fuego. Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí
te acuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda
delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y
entonces ven y presenta tu ofrenda. (Mateo 5: 21-24)
El no tener las
cuentas claras con nuestros semejantes nos puede impedir el que Dios
acepte nuestra ofrenda. (Adoración, Oración, Alabanza, Cántico,
Predicación, Enseñanza, Profecía, Ministerio, Etc.)
El enojo nos puede
cegar de tal manera, que no veamos lo que Dios quiere hacer con nosotros.
Naamán se enojo en tal manera que no podía ver lo que
Dios quería hacer en su vida. (2 Reyes 5:11).
El hermano mayor del hijo pródigo, se enojo y no pudo ver la
bendición de tener a su hermano perdido de vuelta en casa. Él pensaba
que se merecía más que el otro. Se creía superior, mejor a su hermano.
Su celo, lo llevó al enojo y la falta de comprensión. (Lucas 15:28)
Dios busca hombres
que no sean iracundos: Quiero pues, que los hombres oren en todo
lugar, levantando manso santas, sin ira ni contienda. (1Timoteo
2:8)
Aun cuando Dios diseñó
los requisitos para aquellos que serian lideres espirituales de la
iglesia, Él señalo que quería hombres no iracundos. Porque es
necesario que el obispo sea irreprensible, como administrador de Dios; no
soberbio, no iracundo, no dado al vino, no pendenciero, no codicioso
de ganancias deshonestas. (Tito 1:7).
Como siervos de Dios,
estamos llamados a mantenernos lejos del que se enoja fácil y del
iracundo. (Proverbios 22:24), pero no debemos guardar rencor ni sentir
ira ni enojo aun contra los que nos hacen mal. Meditemos las palabras de
Jesús:
Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os
maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os
ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está
en los cielos. (Mateo 5:44-45a)
3.
Dios perdona si perdonamos:
Dios perdonará
nuestras ofensas de acuerdo como nosotros perdonamos a los que nos deben.
Cuando Jesús enseñó a orar a los discípulos les enseñó diciendo: "Padre...
perdona nuestros pecados así como nosotros perdonamos a los que nos
deben".
La falta de perdón
afecta nuestra comunión con Dios y dificulta que nuestras oraciones
sean contestadas.
Hebreos
12:14-16
14 Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual
nadie verá al Señor. 15 Mirad bien, no sea que alguno deje
de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de
amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados;
4.
¿Puedo yo como cristiano
enojarme?
El Cristiano está
llamado a evitar toda clase de enojo (Efesios 4:31), pero si nos
enojamos, debemos de evitar el pecar con nuestra actuación y debemos de
no dar lugar al diablo sobre todas las cosas. Y que no se ponga el sol
sobre nuestro enojo (Efesios 4: 26-27).
"Airaos
pero no pequéis":
Significa estar en todo tiempo consciente de nosotros mismos y de
nuestro llamado a una vida santa y espiritual, no haciendo nada indebido
lo cual pueda poner nuestra relación espiritual en peligro.
"
No se ponga el sol sobre nuestro enojo": La Biblia nos habla acerca de ser como un niño para
poder entrar al reino de los cielos. Debemos perdonar nuestras ofensas
los unos a los otros. El enojo es contrario a la paz. Y a paz nos llamo
el Señor con todos los hombres.
"Si
es posible en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los
hombres." Romanos 12:18.
"Ni
deis lugar al diablo":
El no dar lugar al diablo significa el no permitir que nuestro enojo sea
tan grande que demos lugar al diablo en nuestra vida y "que nos
use" para hacer daño a nosotros mismos o aquellos que nos rodean.
Buscad la Paz con todos: El enojo descontrolado es un comportamiento
contrario a la Palabra de Dios y su requisito de que vivamos en paz,
armonía, el amor, el sometimiento y dominio propio.
Versos bíblicos que nos
hablan del enojo:
Proverbios 11:23
El
deseo de los justos es solamente el bien; Mas la esperanza de los impíos
es el enojo.
Proverbios 14:17
El
que fácilmente se enoja hará locuras; Y el hombre perverso será
aborrecido.
Proverbios
22
24 No te entremetas con el iracundo, Ni te acompañes con el
hombre de enojos, 25 No sea que aprendas sus maneras, Y
tomes lazo para tu alma.
Eclesiastés 7
9 No te apresures en tu espíritu
a enojarte; porque el enojo reposa en el seno de los necios.
IV. El enojo de Dios es Justo
El único que tiene razón JUSTA para enojarse es
Dios. Porque su enojo es un
enojo justo. Nuestro enojo
si es justo entonces es un enojo que edifica y produce buenos resultados.
Pero el enojo del hombre es mayormente dañino. Dios vive enojado con el
pecador (porque no le busca), y con el desobediente.
Dios estuvo enojado con el pueblo de Israel a causa de su
deslealtad y su desobediencia pero aun así, Dios es lento para el
Enojo y grande en misericordia.
Salmos 78:58
Le
enojaron con sus lugares altos, Y le provocaron a celo con sus imágenes
de talla.
Isaías
57
15 Porque así dijo el Alto y
Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo
habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu,
para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón
de los quebrantados. 16 Porque no contenderé para siempre,
ni para siempre me enojaré; pues decaería ante mí el espíritu, y
las almas que yo he creado. 17 Por la iniquidad de su codicia
me enojé, y le herí, escondí mi rostro y me indigné; y él siguió
rebelde por el camino de su corazón.
Salmos
103
8 Misericordioso y clemente es Jehová; Lento para la ira, y
grande en misericordia. 9 No contenderá para siempre, Ni
para siempre guardará el enojo. 10 No ha hecho con nosotros
conforme a nuestras iniquidades, Ni nos ha pagado conforme a nuestros
pecados.
La ira de Dios
Llegará un día cuando Dios ejercerá su ira sin
misericordia. Ese día es
conocido en la Biblia como el día del Señor o el día de la gran ira
de Dios. Dios ejecutará su
ira sobre todos aquellos pueblos y naciones que le han rechazado y los
que continúan en pecado:
Salmos
110
4 Juró Jehová, y no se
arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre Según el orden de
Melquisedec. 5 El Señor está a tu diestra;
Quebrantará a los reyes en el día de su ira. 6
Juzgará entre las naciones, Las llenará de cadáveres; Quebrantará
las cabezas en muchas tierras.
Romanos 2
4 ¿O menosprecias las
riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su
benignidad te guía al arrepentimiento? 5 Pero por tu dureza
y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el
día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, 6
el cual pagará a cada uno conforme a sus obras:(1)
Apocalipsis
6
12 Miré cuando abrió el
sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto;(5)
y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda
como sangre; 13 y las estrellas del cielo cayeron sobre la
tierra,(6)
como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte
viento. 14 Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se
enrolla;(7)
y todo monte y toda isla se removió de su lugar.(8)
15 Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los
capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en
las cuevas y entre las peñas de los montes;(9)
16 y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros,
y escondednos(10)
del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del
Cordero; 17 porque el gran día de su ira ha llegado;
¿y quién podrá sostenerse en pie?(11)
¿Cuál debe ser nuestro comportamiento?
Aunque haya momentos cuando pensemos que tenemos
razón para estar enojados y quizás hasta sintamos algún tipo de 'ira
santa' como dicen muchos por el celo de Dios que hay en nosotros, lo
cierto es que la Biblia nos ordena a que quitemos el enojo de nuestra
vida (Efesios 4). En la historia de Jonás se nos dice que el se
enojó con Dios porque Nínive fue perdonado, pero Dios le demostró que
no debía estar enojado y que debía tener misericordia por las almas
perdidas de aquella ciudad entre las cuales se encontraban lo que
consideramos era una multitud de niños que “no sabían discernir
entre su mano derecha y su izquierda”. Nuestro sentir debe ser el
mismo.
El enojo demuestra que hay falta de misericordia
y comprensión hacia nuestro prójimo (nuestro semejante) y aun indica
la existencia de orgullo, soberbia y falta de agradecimiento hacia Dios
en aquel (o aquella) que se enoja. El enojo es falta de compasión
y piedad y adicionalmente a esto, muestra falta de madurez tanto
emocional como espiritual en la persona. Debemos de crecer en el
Señor y tomar ejemplo de nuestro Padre celestial. Tal como es
Dios es así también debemos ser nosotros, “lentos para la ira y
grande en misericordia”.
"Si
es posible en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los
hombres."
(Romanos 12:18).
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©2004 Jorge L. Trujillo
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Última
Revisión: 12/2004
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